Necesario de transición, pero quizás también la veintena de páginas más decepcionantes de lo que llevamos de batalla. Era necesario mostrar como el ejército de Pacifistas sembraba el caos en el campo de batalla, y aquí creo que Oda ha estado muy acertado en la narración. Y la ofensiva del Gobierno Mundial ha conseguido por fin herir a Barbablanca, pero en este hecho creo que Oda no ha estado tan acertado.
La primera mitad del capítulo corresponde al avance de los Pacifistas. Como he comentado antes, es necesario. A pesar de que su carisma sea mínimo, los Pacifistas constituyen una fuerza de choque brutal y Oda tenía que dejar claro este hecho. Se me antojan demasiadas páginas porque ni estos androides ni Sentoumaru me gustan demasiado, pero las imágenes de estos Terminators barriendo el campo de batalla son impresionantes y muestra una vez la versatilidad de Oda y la facilidad antinatural que él y su equipo tienen para representar cualquier tipo de escena. El número de Pacifistas parece finalmente pequeño, sólo se menciona que son "más de veinte", me ha sorprendido bastante pues tal cantidad no debería ser demasiado problema para monstruos como se presuponen los distintos capitanes de Barbablanca o los capitanes del nuevo mundo. El rol de este recurso, cuyo gran debut estamos viendo, me parece una incógnita. Particularmente creo que seran destruidos en su mayoría ahora, pues en el futuro tampoco serían demasiado utilizables; evidentemente la Marina debería ser capaz de construir bastantes más de ellos, pero no creo que juegen un papel definitivo en las aventuras de Luffy porque su nivel es demasiado bajo para los Luffy, Zoro y Sanji, y demasiado alto para el resto de los miembros de la banda. Supongo que la Marina los usará como arma contra los emperadores, pero en este momento me parecen más un problema de la serie que una solución.
Sin embargo los Pacifistas abren una posibilidad muy interesante de cara al desarrollo de esta batalla. Vista y Ojos de Halcón posponen su batalla ante la perspectiva de un ejército de androides que arrasan con lo que ven a su paso. Boa, Smoker, Tashigi y otros secundarios de la serie aparecen en esta secuencia de imágenes; los Pacifistas estan acabando con muchos piratas, pero también con algunos marines a su paso, y aunque en este capítulo no parece confirmarse, las posibilidades de que ataquen a los propios shichibukai existen y podrían añadir un matiz muy interesante a esta batalla. En estos últimos capítulos la Marina está tomando la delantera en la batalla, e incluso los Almirantes están reapareciendo después de unos capítulos principalmente centrados en los shichibukais. Oda no se esta quedando corto en fanservice en esta saga y, aunque es complicado y seguramente no suceda, sería una gozada ver luchar juntos a los siete shichibukais originales.
Este es un capítulo de sensaciones generales, no de nombres. La Marina esta atacando "sin personalidad", por medio de un ejército de máquinas y de una traición (sea o no esta atribuible a ella). Es un capítulo extraño en el que todos los grandes nombres se han mantenido quietos. Unicamente vemos a los protagonistas de la batalla contemplar estas acciones. Oda lo aprovecha para volver a mostrar a algunos personajes que supuestamente son capitanes de Barbablanca pero de los que no sabemos ni el nombre y para mostrar un poco el ir y venir de los distintos participantes, siendo aquí sólo destacable que Kizaru sube unos escalones más en el ranking de personajes odiados de la serie. Pero durante la lectura he tenido la sensación de que no sucedía verdaderamente nada y que no será hasta el próximo capítulo, una vez la traición de Vortex comience a catalizarlo todo, cuando verdaderamente comiencen a pasar cosas.
Pero con respecto a mi párrafo anterior hay un pero. Un factor libre que esta desequilibrando absolutamente la batalla y que en este capítulo tiene una nueva ración de hilarante protagonismo. En esta batalla de gigantes, Oda esta erigiendo un nuevo mito, y ese no es otro que el de Buggy. De nuevo creo que se le han dedicado demasiadas páginas a este personaje, pero One Piece es One Piece porque hasta un personaje como este patético bufón es capaz de hacer enloquecer al pobre Sengoku. Buggy tiene ahora sobre sí la única cámara de la batalla, ello no sólo significa que todo el mundo puede ver en cierta manera lo que Sengoku quería ocultar, si no que además lo hará con Buggy como guía. Un Buggy sobre el que sus seguidores no se cansan de repetir que es un miembro de la tripulación de Roger, casi un hermano para Shanks, el hombre que organizó la fuga de Impel Down y el hombre al que Ojos de Halcón no pudo derrotar. Se dice que es dificil llegar a lo más alto, pero que más complicado es aún mantenerse. Buggy es uno de los personajes favoritos de Oda y en esta saga va a conseguir ensalzarlo hasta la cima de los pirámides, pero nuestro absurdo bufón de gran nariz no deja de ser el mismo pirata debilucho que Luffy encontró en una de sus primeras aventuras; Toriyama pudo mantener en lo más alto a Mr.Satan gracias a la paz, pero tengo curiosidad por ver como Oda mantiene a Buggy en esa posición cuando decenas de cazarrecompensas, piratas y marines quieran su cabeza.
Y llegamos a la traición de Spider Vortex. Inesperada claro, pero para mi gusto mal ejecutada. Evidentemente Oda sabe mucho más de su serie que yo, y la vergonzosa presentación de Magellan fue borrada expeditivamente por ese monstruo que resultó ser el carcelero de Impel Down. Pero aquí nos encontramos con un personaje apenas conocido (no creo que haya aparecido en más viñetas que en la de su presentación y alguna escena de guerra genérica), asestando un golpe brutal a la batalla. No creo que Barbablanca vaya a morir por ese picotazo de mosquito, pero es cuanto menos sorprendente el que alguién haya conseguido tocarle. Hay teorías sobre DoFlamingo (e incluso he llegado a leer que sea cosa de Tsuru), pero esta acción no deja de ser sorprendente y de primeras hemos de pensar que el atacante es Vortex. Y su traición es dificil de explicar. Independientemente de que trabaje para la Marina, para Barbablanca, para si mismo o incluso para Dragon... es dificil pensar que alguién realize un ataque así pues las posibilidades de sobrevivir al mismo son ridículamente pequeñas (aunque haya conseguido herir a Barbablanca, sobre él pueden caer facilmente sus subordinados... y además aún tiene que salir del rango de acción de un semigigante seguramente bastante irritado).
Otra cosa es que, de cara al lector, este pirata no era nadie. Es comprensible que Oda no tenga tiempo de presentar a la infinidad de personajes que estan apareciendo en esta saga. Y sucede que cuando uno realiza una acción sorprendente parece una trampa de Oda (como sucedió con el espadachín floral en el último capítulo). Es posible que Spider Vortex sobreviva a la batalla y después se convierta en un nuevo shichibukai o en un enemigo de la banda en el Nuevo Mundo, pero no me ha gustado nada como ha pasado de ser nadie a ser alguién en este capítulo. Algo como unas viñetas de una batalla casual con un vicealmirante en el que mostrara su fuerza y hubiera dado a su enemigo la oportunidad de decir su nombre hace cinco capítulos me habría bastado.
La primera mitad del capítulo corresponde al avance de los Pacifistas. Como he comentado antes, es necesario. A pesar de que su carisma sea mínimo, los Pacifistas constituyen una fuerza de choque brutal y Oda tenía que dejar claro este hecho. Se me antojan demasiadas páginas porque ni estos androides ni Sentoumaru me gustan demasiado, pero las imágenes de estos Terminators barriendo el campo de batalla son impresionantes y muestra una vez la versatilidad de Oda y la facilidad antinatural que él y su equipo tienen para representar cualquier tipo de escena. El número de Pacifistas parece finalmente pequeño, sólo se menciona que son "más de veinte", me ha sorprendido bastante pues tal cantidad no debería ser demasiado problema para monstruos como se presuponen los distintos capitanes de Barbablanca o los capitanes del nuevo mundo. El rol de este recurso, cuyo gran debut estamos viendo, me parece una incógnita. Particularmente creo que seran destruidos en su mayoría ahora, pues en el futuro tampoco serían demasiado utilizables; evidentemente la Marina debería ser capaz de construir bastantes más de ellos, pero no creo que juegen un papel definitivo en las aventuras de Luffy porque su nivel es demasiado bajo para los Luffy, Zoro y Sanji, y demasiado alto para el resto de los miembros de la banda. Supongo que la Marina los usará como arma contra los emperadores, pero en este momento me parecen más un problema de la serie que una solución.
Sin embargo los Pacifistas abren una posibilidad muy interesante de cara al desarrollo de esta batalla. Vista y Ojos de Halcón posponen su batalla ante la perspectiva de un ejército de androides que arrasan con lo que ven a su paso. Boa, Smoker, Tashigi y otros secundarios de la serie aparecen en esta secuencia de imágenes; los Pacifistas estan acabando con muchos piratas, pero también con algunos marines a su paso, y aunque en este capítulo no parece confirmarse, las posibilidades de que ataquen a los propios shichibukai existen y podrían añadir un matiz muy interesante a esta batalla. En estos últimos capítulos la Marina está tomando la delantera en la batalla, e incluso los Almirantes están reapareciendo después de unos capítulos principalmente centrados en los shichibukais. Oda no se esta quedando corto en fanservice en esta saga y, aunque es complicado y seguramente no suceda, sería una gozada ver luchar juntos a los siete shichibukais originales.
Este es un capítulo de sensaciones generales, no de nombres. La Marina esta atacando "sin personalidad", por medio de un ejército de máquinas y de una traición (sea o no esta atribuible a ella). Es un capítulo extraño en el que todos los grandes nombres se han mantenido quietos. Unicamente vemos a los protagonistas de la batalla contemplar estas acciones. Oda lo aprovecha para volver a mostrar a algunos personajes que supuestamente son capitanes de Barbablanca pero de los que no sabemos ni el nombre y para mostrar un poco el ir y venir de los distintos participantes, siendo aquí sólo destacable que Kizaru sube unos escalones más en el ranking de personajes odiados de la serie. Pero durante la lectura he tenido la sensación de que no sucedía verdaderamente nada y que no será hasta el próximo capítulo, una vez la traición de Vortex comience a catalizarlo todo, cuando verdaderamente comiencen a pasar cosas.
Pero con respecto a mi párrafo anterior hay un pero. Un factor libre que esta desequilibrando absolutamente la batalla y que en este capítulo tiene una nueva ración de hilarante protagonismo. En esta batalla de gigantes, Oda esta erigiendo un nuevo mito, y ese no es otro que el de Buggy. De nuevo creo que se le han dedicado demasiadas páginas a este personaje, pero One Piece es One Piece porque hasta un personaje como este patético bufón es capaz de hacer enloquecer al pobre Sengoku. Buggy tiene ahora sobre sí la única cámara de la batalla, ello no sólo significa que todo el mundo puede ver en cierta manera lo que Sengoku quería ocultar, si no que además lo hará con Buggy como guía. Un Buggy sobre el que sus seguidores no se cansan de repetir que es un miembro de la tripulación de Roger, casi un hermano para Shanks, el hombre que organizó la fuga de Impel Down y el hombre al que Ojos de Halcón no pudo derrotar. Se dice que es dificil llegar a lo más alto, pero que más complicado es aún mantenerse. Buggy es uno de los personajes favoritos de Oda y en esta saga va a conseguir ensalzarlo hasta la cima de los pirámides, pero nuestro absurdo bufón de gran nariz no deja de ser el mismo pirata debilucho que Luffy encontró en una de sus primeras aventuras; Toriyama pudo mantener en lo más alto a Mr.Satan gracias a la paz, pero tengo curiosidad por ver como Oda mantiene a Buggy en esa posición cuando decenas de cazarrecompensas, piratas y marines quieran su cabeza.
Y llegamos a la traición de Spider Vortex. Inesperada claro, pero para mi gusto mal ejecutada. Evidentemente Oda sabe mucho más de su serie que yo, y la vergonzosa presentación de Magellan fue borrada expeditivamente por ese monstruo que resultó ser el carcelero de Impel Down. Pero aquí nos encontramos con un personaje apenas conocido (no creo que haya aparecido en más viñetas que en la de su presentación y alguna escena de guerra genérica), asestando un golpe brutal a la batalla. No creo que Barbablanca vaya a morir por ese picotazo de mosquito, pero es cuanto menos sorprendente el que alguién haya conseguido tocarle. Hay teorías sobre DoFlamingo (e incluso he llegado a leer que sea cosa de Tsuru), pero esta acción no deja de ser sorprendente y de primeras hemos de pensar que el atacante es Vortex. Y su traición es dificil de explicar. Independientemente de que trabaje para la Marina, para Barbablanca, para si mismo o incluso para Dragon... es dificil pensar que alguién realize un ataque así pues las posibilidades de sobrevivir al mismo son ridículamente pequeñas (aunque haya conseguido herir a Barbablanca, sobre él pueden caer facilmente sus subordinados... y además aún tiene que salir del rango de acción de un semigigante seguramente bastante irritado).
Otra cosa es que, de cara al lector, este pirata no era nadie. Es comprensible que Oda no tenga tiempo de presentar a la infinidad de personajes que estan apareciendo en esta saga. Y sucede que cuando uno realiza una acción sorprendente parece una trampa de Oda (como sucedió con el espadachín floral en el último capítulo). Es posible que Spider Vortex sobreviva a la batalla y después se convierta en un nuevo shichibukai o en un enemigo de la banda en el Nuevo Mundo, pero no me ha gustado nada como ha pasado de ser nadie a ser alguién en este capítulo. Algo como unas viñetas de una batalla casual con un vicealmirante en el que mostrara su fuerza y hubiera dado a su enemigo la oportunidad de decir su nombre hace cinco capítulos me habría bastado.