Kiriyama es un joven jugador de shogi profesional. Criado en una familia adoptiva viciada por la competitividad por un padre obsesionado por ese deporte, el joven pronto se muda a un apartamento para vivir en solitario y centrarse en el shogi, pues es lo único que verdaderamente tiene en su vida. Pronto conocerá, casi por azar, a tres hermanas que se autoproclamaran sus amigas y se impondrán la tarea de cuidarle y hacer que vea algo más allá del tablero de ajedrez. Este anime narra la vida y las interacciones entre Kiriyama y las tres hermanas Kawamoto, así como algunos compañeros de profesión de Kiriyama que poco a poco se convertirán también en sus amigos.
Dejando a un lado el shogi y las explicaciones sobre él (la serie nos muestra partidas constantemente pero se puede ver perfectamente sin tener ni idea del juego ya que las batallas son más psicológicas que otra cosa), es una serie sobre las obsesiones, sobre como estas destrozan a las personas y lo difícil que es escapar de ellas, así como sobre porque algunas algunas personas se refugian en ellas. La serie tiene unos personajes muy carismáticos y recurre constantemente a un humor -a veces un poco alocado, pero normalmente simpático e inocente-, y sus segmentos de comedia funcionan muy bien por el carisma y la simpatía que destilan sus personajes, pero es sobre todo un drama. Un drama con segmentos muy oscuros y rebuscados, con algunos personajes completamente perdidos en si mismos. El drama funciona muy bien, es potente y efectivo. No se recurre al maniqueismo ni se simplifican los conflictos; los dramas son complejos y no ya de difícil resolución si no directamente de difícil exposición, los personajes están sometidos a tensiones brutales que los llevan al límite y a los que a veces no pueden responder con una sonrisa cuando sencillamente todo parece injusto para ellos. No es una serie cuyos conflictos se resuelvan mágicamente -y muchos de ellos no se resuelven al continuar el manga original en activo-, es una serie amarga en la que los personajes aprenden a lidiar con sus problemas aceptándolos y apoyándose en terceros para ello.
Como es de esperar, la serie se articula en torno a diversos de estos dramas. He de decir que la primera temporada me parece más redonda en cuanto a temas de composición, al presentarse la historia y los personajes las tramas son más cortas y se alternan entre ellas muy bien. En la segunda temporada la trama de Hina se come demasiado tiempo; y aunque es una trama muy bien llevada, también creo que es una trama algo artificial para hacer crecer el personaje y llenar páginas del manga mientras se postergan algo forzosamente tramas como la de Kyouko y todo lo referente al pasado del protagonista. En este sentido las tramas de las hermanas o de algunos personajes me parecen algo más flojas; la serie explota en toda su plenitud cuando se inmerge en las mentes desquiciadas de los jugadores de shogi y nos muestra la particular locura en la practicamente viven todos.
Para mostrar esta locura, la elección de Shaft como estudio es excelente. Normalmente la serie tiene un aspecto muy parecido al de "Hachimitsu no clover", no en vano Chica Umino es la autora de ambas series. La serie parece dibujada en parte en acuarela, con una gran presencia de tonos pastel y unos escenarios de fondo muy trabajados. Shaft y Shibou Akiyuki se contienen entonces, no hay demasiados giros de cuello, planos monocromáticos o con saturación de algún tipo de elementos... sin embargo cuando entramos en la mente de los personajes los elementos simbólicos si se disparan y aquí vemos una animación mucho más experimental y por momentos extremos. El Shaft de esta serie es un estudio comedido, y eso le sienta muy bien. Tenemos una animación muy sólida y consistente, preciosista y muy digerible en sus segmentos normales o en los relajados momentos de comedia, sin embargo todo se vuelve mucho más enrevesado, agobiante, agresivo y amenazador cuando entramos dentro de la psique de los personajes.
Es uno de los animes más celebrados de los últimos años y no puedo hacer otra cosa que sumarme a las filas de sus incondicionales. Una serie absolutamente recomendable, donde a un buen drama se le suma una efectiva comedia y donde a sus carismáticos personajes se les suman como guinda del pastel numerosos animales con subtítulos.
*en verdad si que hay varias interpretaciones como el nombre de la ciudad en la que viven, la trinidad que componen las hermanas, el paso del tiempo, etc, ect... pero es un título muy raro