miércoles, abril 26, 2017

El legado de Hylia

The legend of Zelda: Breath of the wild

Larga ha sido la espera, tanto que -para convertirse en el buque insignia del lanzamiento de Switch- no ha llegado a tiempo para el 30º aniversario de la saga. Pero al fin ha llegado el siguiente gran juego de Zelda, la saga más prestigiosa de Nintendo, y la espera desde luego ha merecido la pena. Zelda regresa, y lo hace con un juego monumental.

"Breath of the wild" no me parece el mejor juego de la historia, ni siquiera me parece el mejor juego de la saga Zelda, y quizás tampoco lo sea de esa extinta consola llamada WiiU en la que lo he jugado. Pero es un grandísimo juego y, por encima de todo, es un juego distinto. Y si hay algo que me gusta y valoro en un Zelda es que no se sienta un plagio de un juego icónico de la franquicia. Este juego desde luego no lo es, y de hecho es tan identificable que pondrá en serios apuros a cualquier juego que intente seguir sus dinámicas de juego. Este Zelda renuncia a items y mazmorras, renuncia a la estructura lineal clásica de la franquicia y por renunciar renuncia prácticamente hasta de la Trifuerza y se acuerda de la Espada Maestra casi de milagro. Este Zelda reinventa por completo la saga, convirtiéndola en un gigantesco juego de mundo abierto donde la exploración prima por encima de todo y donde la minimalista historia es algo secundario ante la diversión de explorar Hyrule y probar las mil y una posibilidades de interacción que este ofrece.


El mundo de Hyrule

El corazón de este Zelda, claro está, es la exploración. Este Zelda en verdad no es otra cosa que un gigantesco juego de exploración y supervivencia en un Hyrule inmenso. La historia no importa mucho en verdad, el juego nos presenta -y nos da absoluta libertad para explorarlo desde el primer instante- un mundo repleto de montañas que escalar, valles sobre los que planear, bosques en los que perdernos, desiertos que atravesar o rios que cruzar. Puede llevarnos media hora cruzar el mapa de arriba a abajo y otro tanto de este a oeste, y aunque tenemos caballos para facilitar la tarea y unos 130 puntos de teletransporte, la extensión de este mundo es obviamente gigantesca y aún cuando llevemos un centenar de horas explorándolo llegaremos a una zona a la que aún no habíamos puesto nombre en el mapa. Y cada ubicación del mapa suele ser distinta, las hay mejores y peores, las hay más variadas o más monótonas, las hay más desérticas o más llenas de vida, las hay más simples o las hay más detalladas, pero la variedad y la sensación de que no hay nada repetitivo es increible. Hay mil y un secretos repartidos por Hyrule, y a cada paso encontraremos algún pequeño detalle que nos llamará la atención y que nos hará preguntarnos que pasará si hacemos tal cosa o tal otra. La interacción con el medio es el gran mérito del diseño de este juego, con nuestro equipo y nuestras habilidades -disponibles prácticamente desde el primer momento- podemos interaccionar con cualquier elemento del entorno, y ese reaccionará de una forma lógica y consecuente, y esta interacción dará paso a otra, y conforme progresemos en el juego descubriremos más formas de interaccionar con el medio y más posibilidades para descubrir secretos aunque estos sean un mera semilla de kolog. Naturalmente también podemos interactuar de una forma "no lógica", descubriendo entonces combinaciones muy locas y divertidas que nos muestran que cualquier objetivo -incluso los puzles aparentemente más rígidos- puede ser conseguido en el juego de varias formas. También señalar que este no es un juego de minería y que no podemos modificar el mapeado base, y las opciones de interacción se limitan en los pueblos... es un juego muy libre, pero no podemos hacer un canal desde la Montaña de la Muerte a Kakariko para asolar esta con un torrente de flujo piroplástico.
El mundo, en mi opinión, es un poco grande de más. Está exquisitamente relleno y el diseño de cada zona es en general impecable, con mil y una variaciones que hacen de este un mundo en el que uno se pierde... pero se pierde, es tan grande y tan basto que avasalla, y eso creo que se traduce en el hecho de que el título es muy poco rejugable. El juego es fascinante, Hyrule te atrapa y es increible ir descubriéndolo poco a poco, llegar a nuevas zonas y fascinarte con las vistas y las posibilidades jugables que ofrece, pero también resulta agotador y una vez finalizado el mundo y descubiertos muchos de sus secretos no incita mucho a ser rejugado a no ser que los contenidos descargables ya anunciados cambien mucho la experiencia de juego.
En cuanto a puzles habría que decir que el mundo en si es una gigantesca sucesión de puzles, aunque el desafío siempre es encontrar una nueva zona y el juego no es tan explicito en este sentido como podía serlo Skyward Sword. Hay puzles propiamente dichos en forma de santuarios y bestias; los primeros son pequeñas pruebas que suelen poner a prueba nuestra habilidad bajo un concepto explícito (puede ser una batalla, un puzle concreto o incluso en ocasiones el encontrar el santuario en si), y los segundos serían las mazmorras tradicionales de la saga, sólo hay cuatro de ellas y tienen alguna buena idea jugable pero en líneas generales se hacen cortos y escasos.
Técnicamente el juego lleva la WiiU al límite, con su desmesurado tamaño y su ausencia de tiempos de carga entra las regiones (señalar aquí también que la carga del juego es sorprendentemente rápida habida cuenta de su envergadura). El juego usa algún truco en forma de niebla, y quizás abusa de la lluvia en alguna región, pero en general no tiene problemas para mover el mundo y sólo he notado ralentizaciones en los enfrentamientos contra un tipo concreto de enemigos no sé muy bien porque. 
El diseño artístico, con una clara influencia del anime visible desde aquel primer trailer a lo princesa Mononoke, es sobresaliente y demuestra aquello de que con talento se puede compensar la falta de potencia de una consola. El Hyrule de este juego es, sencillamente, increíblemente bello a pesar de la desolación que impregna cada uno de sus escenarios. 
En el apartado musical si podrían encontrarse más pegas, aunque esto dependería un poco de los gustos del jugador. Salvó en algún enfrentamiento con jefes y momento muy concreto, la banda sonora es extremadamente minimalista o brilla directamente por su ausencia. Un par de acordes de piano y el ruido de las bestias componen una banda sonora completamente ambiental durante la mayor parte del juego, algo que no deja de ser lógico teniendo en cuenta la dirección escogida para el juego. El juego incluye también voces por primera vez en la franquicia más allá de las frases puntuales del acompañante, y al menos el doblaje español me ha parecido bastante decente.

El portador de la Espada Maestra

Sin duda uno de los elementos que más ha cambiado en este juego es el sistema de batalla, evolucionando hacía un sistema mucho más libre. Mientras que en los anteriores Zelda las batallas eran más como puzles (especialmente en el caso de los jefes), en esta entrega se ha optado por un sistema más convencional de barras de energía. La batalla gira en torno a las espadas en su distintas variantes (las normales, que te permiten usar el escudo; las pesadas y los martillos o hachas; y las lanzas) y los arcos; disponemos también de bombas y para todas las armas suele haber variaciones "elementales". El Z-targeting imperante desde el Ocarina sigue estando presente, aunque -creo que premeditadamente- funciona de una forma bastante torpe y deficiente que dificulta los combates.
Las armas se desgastan y la munición escasea, con lo que hay que saber muy bien esquivar batallas... pues además un grupo de enemigos con arqueros puede liquidarnos en cualquier momento con más facilidad que un jefe. En el juego prima el esquivar para activar una especie de "tiempo-bala", el devolver los golpes con el escudo, el pillar a los enemigos por sorpresa o el usar el entorno para acabar con ellos.
Particularmente echo en falta algunos de los items clásicos de la saga como el boomerang, que aquí funciona de una forma bastante extraña y complicada al tener que lanzarlo y después recogerlo, pero también es cierto que muchas de las armas clásicas están enmascaradas bajo alguna versión de los cetros u otras de las armas. El sistema de batalla es muy espectacular y da lugar a grandes batallas cuando se sabe aprovechar el medio, recuperando además también un poco de la dificultad original de la franquicia en sus entregas 2D, sin embargo a un Zelda no le pido especialmente batallas y este está cerca de querer convertirse en un beat´em´up ligero, con un control bastante poco ágil que usa demasiados botones. El control del juego es bastante complejo, o poco intuitivo para lo habitual en un juego de Nintendo. Es natural en un juego de esta magnitud y posibilidades, pero no deja de ser un punto en contra del juego, y también algo curioso habida cuenta de la obsesión de Nintendo por hacer juegos accesibles. Este juego en su control no es especialmente accesible, y ello junto a su elevada dificultad inicial lo hace un juego sorprendentemente poco accesible (aunque esta dificultad hace al mismo tiempo que los avances se sientan más gratificantes).
El aumento de la dificultad me gusta, es una gozada que un par de bokoblings sean una amenaza considerable, pero esta dificultad es algo irregular y es algo extraño que los primeros enemigos puedan resultar más desafiantes y complicados que unos jefes finales contra los que básicamente sólo hay que disparar flechas y poco más. La dificultad no termina de estar bien balanceado, como los juegos clásicos, la curva de dificultad es especialmente alta al principio, cuando tenemos peor equipamiento y no hemos terminado de aprender a controlar al personaje. Conforme avanza el juego es notable la sensación de progreso en el manejo de Link, y con armas y corazones lo hacemos más poderoso, y ello se refleja en nuestro dominio del medio. Conforme avanza el juego comenzamos a ir tan dopados que ningún enemigo supone un problema, mientras que al principio tenemos que huir de una cabra. Si bien con el caso de los enemigos si hay una subida de dificultad merced a las Lunas Rojas (el elemento con el que se reponen los enemigos derrotados), con el resto del medio no se produce dicho aumento de dificultad. Señalar después de esta queja, que la dificultad no es tramposa, el juego te exige atención y no te permite menospreciar los peligros, pero ante cada muerte uno no dejara de tener la sensación de que es el único culpable de esa muerte, y aprenderá y disfrutará con ella (en pocos juegos se puede morir de formas tan epicamente absurdas como en esta aventura).

La tragedia de Zelda

Se ha criticado mucho la historia de este juego; es una historia bastante sencilla, pero me parece que esta muy bien contada, y que de hecho supera con mucho la media de la saga. Zelda no es una saga de grandes historias, es una saga -y creo que siempre ha de ser así- de videojuegos, y la historia no es más que un pretexto para ir de a A a B y enfrentarse final a un cerdo gigante. Poco a poco Nintendo ha ido puliendo la saga en este sentido, con aciertos que han dotado de más personalidad a su mundo y con fallos que han apostado por un estilo cutre peliculero. Siempre he dicho que hay pocos juegos que me parezca que tengan una buena narrativa, ya que no entiendo por esto una sucesión de cinemáticas mal dirigidas si no otra cosa, que la propia historia se viva jugando, y eso es algo que en los videojuegos apenas está explorado. 
Me parece que este Zelda estaría dentro del selecto grupo de juegos que tienen una buena narrativa integrada en su jugabilidad. La historia es muy simple y desde el principio nos exponen que el mundo se ha ido a la mierda y que nos toca a nosotros arreglarlo, ya que hace 100 años no estuvimos a la altura. Podemos pasar de la historia y, tan pronto como bajemos de la meseta inicial, ir al castillo y derrotar a Ganon sin averiguar nada más. Sin embargo, si decidimos explorar el mundo encontraremos las ruinas de un país y las historias de sus habitantes, encontraremos resquicios de leyendas olvidadas con referencias a otros juegos, y por últimos descubriremos a una de las mejores princesas Zelda de toda la saga mediante fugaces recuerdos.
Es cierto que la historia se siente escasa, el mundo es tan grande y los elegidos tan carismáticos que uno querría saber algo más de ellos; pero todo es coherente y lógico, y en ningún momento la historia da vergüenza ajena con algún momento forzado o absurdo. Las búsquedas secundarias son relativamente variadas y algunas da lugar a pequeñas historias secundarias muy divertidas y locas. Las tribus de Hyrule están bien dibujadas y se sienten imponentes; los Sheikah son decadentemente majestuosos y las ruinas nos hacen imaginar un reino increíble. El juego no tiene la oscuridad de un Majora´s Mask, pero un halo de tristeza y melancolía lo envuelve por completo, contemplamos un triste mundo arrasado en el que no hay esperanza y cuyos habitantes esperan resignados un final que saben que llegará más pronto que tarde.

El destino de la Trifuerza

Y así se acaba mi reseña de este juego, sobra decir que es positiva y que recomiendo encarecidamente la compra de este juego. Un juego increíble y superlativo, tan fascinante como divertido, tan absorbente como lleno de posibilidades para hacer lo que uno quiera en su interior. Un juego absolutamente recomendable y espero que irrepetible. El mayor problema que le veo a este juego es que es... "muy poco Zelda", tiene muchas cosas que me gustan y otras que no tanto, con lo que espero que el gran y merecidísimo éxito que haya tenido no haga que las siguientes entregas se conviertan en plagios de esta y que sigan evolucionando o mostrándonos otras formas de entender la saga de videojuegos más legendaria de todas. 

9 comentarios:

j. e. dijo...

tssss..

Fede 5000 dijo...

Pienso jugarlo en switch pienso que un zelda portátil tiene más valor además con la reciente actualización dicen que va de maravillas.

eter dijo...

j. e, no se como responder a tu comentario XD

Fede 5000, en WiiU no va mal, pero vamos lo que he visto en Switch se ve de fábula también.

toti dijo...

Yo lo estoy jugando en mi computador (si, me da vergüenza, pero no tengo una Wii U y las consolas son estúpidamente caras en mi país, por ejemplo la Switch sale mas de 500 dólares al cambio). No funciona perfecto, se cae y hay cosas que no funcionan bien, pero tengo que decir, que aun así, que hace mucho tiempo que no me atrapaba tanto un juego, la libertad en el mundo, el sistema de combate, creo que todo me ha gustado hasta ahora.

Realmente me alegro por Nintendo :D
Como dato curioso, leí por ahí que en la Switch Breath of the Wild tiene un índice de apego de más del 100% (se han vendido más juegos que consolas)

eter dijo...

El mundo que presentan es increíble, es inmenso... pero cada zona está exquisitamente detallada y son todas sorprendentemente distintas y diferenciables, y uno siente el dese de explorarlo todo.

Y sí, se han vendido unos 2700000 switch más o menos... y unos 20000 Zeldas más, es muy curioso.

Smith-Corona dijo...

Creo que lo mejor que puedo decir del juego es que no quiero que acabe. Creo que el mayor logro del juego es que el mundo invite a explorarlo y explotarlo, y de ahí disfrutar de todo lo demás. Cada santuario, cada grupo de enemigos, cada recuerdo es una recompensa a la exploración. El mundo no es un escenario, es el corazón del propio juego. Te invita a quitarte cualquier ayuda, a maldecir las pocas veces que te guía y jugarlo a tu manera. No creo que sea un juego difícil, pero sí que exige al jugador y no suele perdonar nada
La verdad es que me daba bastante miedo todo esto del mundo abierto, que alejarse de la estructura tradicional de la saga iba a provocar alejarme de ella. Pero al final me ha enganchado como hace mucho que no lo hacía un videojuego. Por eso, sobre si es un Zelda o no, creo que tras tanto tiempo siguiendo la misma fórmula hayamos tendido a creer que es lo que define a la saga. Pero la exploración del mundo siempre ha estado allí, la interacción con el mundo y la experimentación con el también, el crecimiento personal, los personajes estrafalarios, encantadores (y algún odioso), las pequeñas historias y los mitos que es lo que de verdad enriquece el mundo, los lugares extraños y fascinantes... Este juego lleva muchos ellos mucho más allá que ninguno en la saga, y creo que es lo que hacen de él un Zelda más que la enésima iteración de la estructura del Ocarina of Time
Es un juego valiente, y por eso creo que no hay marcha atrás para las entregas principales de aquí en adelante. La saga necesitaba ir un paso más allá.
Respecto a la historia, a mi me está gustando El recurso de los recuerdos me parece muy bien hecho, sigue estando al servicio de la exploración del mundo y no está metido con calzador. Es tan gratificante buscarlos como verlos, y es otra forma de contar el crecimiento de Link. Y también como han planteado la historia de Zelda, ya era hora que alguno de los personajes principales sintiera el peso de su destino, en lugar de asumirlo sin más. Sería muy difícil hacerlo con Link, pero creo que el personaje de Zelda es el que más necesitaba reivindicarse con un poco mas de peso y profundidad
Y también me alegro un poco por Aonuma. Ahora que hay un poco de consenso de la calidad del juego, parece que todo el mundo se ha acordado que el director de la saga ya es otro. Se ha le ha dado muchos palos cuando la saga había tornado otro rumbo, buscando llegar también a otro público. Creo que algo debe caerle al productor de la saga.

eter dijo...

El mundo es increible... cuando sabes que tienes que ir a algún sitio, cuando sabes que la historia te espera en la aldea Zora, pero en su lugar estas perdido en un acantilado rompiendo rocas para que pase viento a través de ellas e intentado averiguar exactamente cual es el puzle de la canción del bardo, cuando llegas a la isla Frontia por primera vez, cuando te encuentras un santuario escondido de milagro o cuando ingenuamente cargas contra tu primer centaleon pensando que es débil... todo eso es impagable.

Yo creo que es, indudablemente, un Zelda. Como dices, la exploración ha estado ahí desde un principio y en este juego de verdad exploramos, y los secretos no se limitan a poner un par de bombas en dos sitios para encontrar cuevas cutres. El mundo es inmenso y a cada instante descubres un detalle nuevo. Y, sobre todo... es un ZELDA, es la saga la que se define a si misma, no los jugadores los que dicen lo que son. Quiero decir que, por mucho que a los fans clásicos de Resident Evil nos guste el 1, el 4 también es un Resident Evil, como Castlevania paso de ser muy arcade chungo mata-mata a ser rollo Metroid y luego estilo beat´em´up. Este Zelda añade una nueva vertiente más a la franquicia, y yo que me alegro. Como he dicho siempre, lo que no me gusta es jugar otra vez lo mismo... por eso no soy muy fan del Twiligh, que tiene grandes cosas, pero es demasiado "Ocarina" (como el Ocarina en si era muy "A link to the past" en 3d), por eso cuando llegue cosas con la personalidad de Majora´s, Wind Waker o Skyward yo las recibiré con los brazos abiertos, y desde luego este "Breath of the wild" es muy rompedor y aporta muchos elementos nuevos... al tiempo que reimagina otros más clásicos. El miedo que me da este juego particularmente es que, por su exageradísimo éxito, Nintendo intente repetir demasiado su esquema... y creo que sencillamente es irrepetible todo lo de la caza y el estar sólo en el mundo, a fin de cuentas estamos en un Hyrule apocalíptico; no se cómo será el siguiente juego, pero lo tienen muy complicado para mantener la escala, lo del mundo abierto y todo eso... y meter muchos más personajes y un estilo de historia algo distinto, porque la historia conlleva en si el estilo de juego solitario e íntimo que parece más próximo a un Metroid que a una saga más grandilocuente y épica como se supone que es esta. Y sí, la Zelda de este juego es una maravilla... y eso que apenas sale, aunque me habría gustado que en el final fuera algo distinta. Eso sí, esperando ya un Hyrule Warriors 2 para poder repartir a diestro y siniestro con Urbosa, que un servidor siempre ha sido muy fan de las Gerudo y le dolió más no ver a Nabooru que a Saria en el juego anterior.

Fujibayashi hizo un gran trabajo en el Skyward y en este se ha confirmado... pero es indudable que Aonuma es quien manda en la serie, y lo ha hecho muy bien desde aquel Majora´s en el que ya estuvo muy implicado. En mi opinión tanto Wind Waker como Twiligh eran muy mejorables, pero había grandes ideas allí, como también las ha habido en las muy discutidas aventuras portátiles (Spirits traks me parece terriblemente infravalorado). Creo que hay pocas sagas que tengan más presión que Zelda, ni de Mario se espera tanto y además el fontanero tiene más libertad por la ligereza de sus juegos, y me parece que el trabajo de Aonuma ha sido terriblemente digno y meritorio estos años.

Xesu dijo...

Sólo llevo 2 bestias y unas 80 horas y creo que puedo decir que va a ser unos de los juegos de mi vida. La entrada de Zelda en el esquema de los juegos de mundo abierto me daba terror porque mis experiencias con esos juegos suelen ser siempre de más a menos y me acaban resultando repetitivos. Sin ir más lejos el propio Xeno X me acabó saturando con sus miles de misiones chorra xD Sin embargo, este Breath of the Wild es la Nintendo superlativa, la que encandila y maravilla, la de "estoy jugando algo memorable". Hyrule es la protagonista, un mundo abierto que tiene sentido y está más vivo que nunca. Siempre hay que hacer algo y siempre hay sorpresitas. Es increible. Además me encanta el diseño, su decadencia y al mismo tiempo su estado salvaje, sus NPC diferentes, su estilo artístico (grandes personajes), sus recovecos...etc. Sí que estoy de acuerdo que el sistema de combate y menús es engorroso, muy mejorable. Tampoco estoy llevando bien el tema de la degradación de armas. Por suerte el juego siempre tiene algo a mano por si escasean xD

El tema físicas da para post aparte. Solo diré que me parece incredibol *__*U Llevar un flecha de fuego, que el aire se vuelva contra ti y te empieces a quemar me parece de aplauso ^^

Con la historia es lo que dices, nunca ha sido un punto fuerte de los Zelda. Siempre se han sentido sencillas y aquí no es diferente. Me encanta el tema de los recuerdos, la verdad xD Encaja muy bien en este Hyrule del pasado y devastado.

Sobre si la saga va a estandarizar este Hyrule de mundo abierto...yo diría que sí, almenos en los Zeldas sobremesa que vengan. Eso no quita que veamos algún Zelda menor más portátil o de diferente planteamiento. Pero vamos, viendo ventas y críticas, el Zelda team va a perfeccionar la fórmula.

PD: Personalmente sí creo que es el mejor juego de Wii U. Yo también lo estoy jugando en ella (Switch para más adelante) y que mueva esto es de magia negra, directamente. Tiene sus caidas de frames obvias pero es que algo tenía que tener xD Sí creo que lo acabaré metiendo entre mis tres Zeldas favoritos, no tengo duda al respecto.

PD2: Con lo antiDLC que soy veo cayendo y todo.

eter dijo...

Je, lo estas exprimiendo bien, yo por las 80 horas creo que ya tenía las 4 y esta completando santuarios antes de ir a por Ganon. Hay algunas de las zonas que me gustan menos que otras, y me pillaron bastantes de ellas hacia el final (demasiados escenarios nevados o desérticos de una forma u otra). El Xenoblade X me lo guardo para este verano, aunque me temo que voy a acusar el defecto que mencionas, en el original apenas se producía ese defecto más allá de que Mechanis era inferior a Bionis, pero con esa mania de hacer juegos más y más grandes al final es imposible llenarlo todo de cosas interesantes.
Yo a los NPC´s les echo en falta un poco más interacción entre ellos, aunque con la posibilidad de ir en cualquier momento a cualquier lado es normal que hasta sus líneas de guión sean tan ambiguas como para no dejar claro si los has liberado los primeros de todos o ya sólo te queda Ganon tras salvarles.
La degradación de las armas molesta sobre todo al principio... luego ya pasa a ser el clásico juego de rol en el que guardas y guardas armas y al final no las usas XD.
Las físicas son increibles por detalles como ese, que no te esperas... pero que cuando ves no son otra cosa que lógicos.
Tengo interés por ver como continua la saga, aunque supongo que antes veremos algún remake del Skyward, un Warriors 2 y alguna que otra cosita más ligera rollo juegos portátiles. Por mucho que Nintendo quiera aligerar los tiempos, esta es una saga que merece cocerse a fuego lento, y con este fuego y los DLCs tendremos para bastante (el primer pack de DLCs no está mal, pero es muy caro si pensamos que sale a 10€... esperaré a ver que tiene el segundo, que como nos lleve 100 años atrás en el tiempo me parece que acabará cayendo)