sábado, febrero 27, 2016

Objetivo: Sekigahara

One Piece 817 - Raizou de la niebla

Una gran virtud de One Piece es la capacidad para renovarse; siempre digo que una de sus grandes ventajas con respecto a otras series es la capacidad de hacer borrón y cuenta nueva al llegar a una nueva isla, pero esta característica también se extiende a sus secretos. En este capítulo hemos sido testigo de ello. La trama del misterio de los samurais había sido un argumento "en segundo plano" durante prácticamente tres años, no era especialmente importante, pero estaba ahí. En este capítulo Oda ha arrojado bastante luz sobre ella, pero en verdad no ha hecho si no confirmar lo que era casi evidente: que Momonosuke no era hijo verdadero de Kin´nemon y que era alguien importante, y al mismo tiempo ha puesto sobre la mesa un nuevo misterio aún mayor que lo eclipsa todo... temporalmente, porque conociendo a Robin Oda se va a guardar mucha información sobre ese inquietante fonegrifo color sangre.
Let´s go to Wano. It´s showtime!
El capítulo, en todo caso, esta dedicado a Wano, y se nos da no poca información. Que Momonosuke no era hijo de Kin´nemon era algo que podíamos intuir. Que Doflamingo les conociera, que estos conocieran a Kaidoh o que Jack buscara a Raizou hacia entender que el de los samuraís no era un viaje de placer para conocer islas del Nuevo Mundo. La trama, si bien no inesperada, se ha revelado al fin. Momonosuke es hijo de un señor feudal y el resto de los samurais están a su servicio... parece previsible pensar que hay una especie de guerra en Wano entre diversos señores feudales y que nos dirigimos hacia una particular revisión de Sekigahara o alguna otra batalla importante de la historia japonesa. No obstante, también es justo decir que Kin´nemon y los suyos no parecen una fuerza capaz de hacer frente a un Emperador, así que entiendo que no es algo tan simple como una batalla entre Oden Kouzuki y Kaidoh, así que está claro que aún queda bastante por contar de esta historia y que incluso podríamos un componente místico al volver a entrar en escena "la voz de las cosas" (uno de los grandes misterios de la saga, cuya relación con los fonegrifos ya había revelado Rayleigh).
Así pues, se cierran unas puertas, y se abren otras... algo lógico si tenemos en cuenta que aún no hemos llegado a Wano y que esta será una saga muy importante. Oda incluso ha supeditado Zou a ella al revelar que Inuarashi y Nekomamushi conocían a los samurais y que su enemistad parece tener su origen en algún suceso acontecido en Wano, con lo cual el conflicto entre estos dos podría trasladarse a esta isla, lo que trasladaría a estos o a algunos de sus hombres a esta isla para disfrute de todos, isla con la que también estaría relacionado quizás entonces Shanks, isla a la que podría acudir Big Mom habida cuenta de la trama de Sanji e isla con la que también estaría relacionado Barbanegra por Shillew (aunque parece claro que tanto el pelirrojo como el carcelero no estarían en esta saga más allá de algún flashback, flashback que podrían alcanzar incluso hasta a Roger).
¡Ninjas del clan Hojo!
El capítulo en sí tiene un ritmo algo raro, la revelación de Kin´nemon y Momonosuke ha estado bien, pero en contraposición se ha resuelto muy rápido la enemistad entre el perro y el gato (supongo que Oda no estaba cómodo con una enemistad verdadera y quería pasar a una rivalidad pendenciera, pero no me ha gustado demasiado que además se haya atribuido la resolución de este conflicto a la "divinidad" de Momonosuke... aunque esta haya sido la causa de la tregua);  e igualmente tenemos una parte muy cómica sobre un ninja que está más cerca de Ivankoff que de Naruto que era obvio que Oda no podía dejar pasar y a la que pone palabras Franky... pero curiosamente apenas se explica nada del escondite de este más allá de que tenía una entrada secreta y su acceso era también bastante innacesible.

jueves, febrero 25, 2016

Esta vez no me arrodillaré ante los Coen

¡Ave, Cesar!

No me cabe la menor duda de que los Coen se divirtieron mucho escribiendo esta película, como seguro se divirtieron horrores grabándola, así como también les pasó a los actores. Ahora bien, para los montadores, la película tuvo que ser una auténtica pesadilla.

La película nos pone en la piel de un jefe de producción del Hollywood de los años 50, un hombre que ha de encargarse de resolver los entuertos que surgen en el día a día de un gran estudio, ya sea como afrontar un problema meteorológico o lidiar con los caprichos de una estrella. El problema estalla cuando la mayor estrella del estudio es secuestrada... o eso es lo que nos quería hacer creer el traíler. Y sí, el protagonista es Josh Brolin resolviendo entuertos, y sí, George Clooney es secuestrado mientras rueda una suerte de Ben-Hur... pero ahí queda todo. No hay misterio o trama argumental principal, la trama del secuestro practicamente es independiente y se resuelve sola, en su lugar tenemos una sucesión de escenas inconexas que nos muestran el respeto de los dos hermanos hacia el cine de la época dorada.

Y vemos western cutres, vemos películas de bailes y vemos espectaculos poco menos que cirquenses... el problema es que verdaderamente pocas de estas escenas tienen que ver algo entre ellas, y esto podría funcionar si no dejaran de ser escenarios de fondo de unas pesquisas, pero como he dicho, el misterio apenas existe y la película va de género en género, dándonos largas escenas de un tipo u otro. Se nota que los Coen están enamorados del cine y que querían grabar este tipo de escenas, pero son escenas que se hacen demasiado largas y que en su mayoría no conducen a nada. Algunas tienen diálogos muy buenos y son muy divertidas, pero otras son bastante planas... escogiendo palabras benévolas. Es como, si conscientes de que la trama principal era muy floja, los Coen hubieran decidido rellenar metraje con homenajes al cine clásico... y paradojicamente creo que si película fuera más larga funcionaría mejor, pues no dudo que en el guión original todas estas tramas estarían más relacionadas... pero desgraciadamente lo nos ha llegado no es una película que refleje ese hipotético guión original.
Lo que nos ha llegado es una película bastante inconexa, con muchas tramas y poca historia, con muchísimos cameos (salen Wayne Knigth y Richard Picardo, por Dios) pero poco desarrollo de personajes. Una película con momentos muy divertidos, pero también muchos otros muy normalitos. Esta película está muy lejos de los mejores clásicos de los hermanos, y he de decir que esperando una comedia sencilla y sin pretensiones me ha decepcionado. Tiene cosas que me gustan y transmite un gran amor por el cine, pero no es una película que recomiende.

martes, febrero 23, 2016

Dejad a los curas en paz ya de una vez

Studio 60 on the Sunset Strip

Finalizada "El Ala Oeste de la Casa Blanca" (ver reseña), aún con los problemas que tuvo durante su producción en las últimas temporadas, Aaron Sorkin se encontraba en la cresta de la ola, era un creativo respetado por crítica y público, alguien con el que todo el mundo quería trabajar. Uno de esos alguien era Matthew Perry, que ya había aparecido en unos episodios de la citada crónica de la administración Barlett y que acababa de salir del éxito de Friends (ver reseña) y buscaba un producto para mantener su status de estrella, así como para conseguir algo de prestigio. El plan parecía bueno, Perry conseguía una serie que pintaba que iba a ser buena, y Sorkin conseguía una estrella popular con la que enganchar a la audiencia. Al proyecto se sumó la guapísima Amanda Peet (supongo que por la influencia de Perry con el que coincidió en "Falsas apariencias" y su secuela) y un par de los magníficos actores del Ala Oeste (Bradley Whitford y Timothy Busfield).
Todo parecía apuntar bien.
El problema es que la serie es irregular como ella sola. Fue cancelada tras su primera temporada, y tengo que decir que con razón. Tiene cosas buenas, y tiene cosas malas... el problema es que las malas no son puntos secundarios de la trama como sucedería después en "The Newsroom" (ver reseña), el problema es que las tramas y los personajes secundarios son muy disfrutables pero el eje principal de la serie es una basura.
La química entre Perry y Whitford es muy grande, uno se los cree como amigos, y sus conversaciones son de lo mejor de la serie. Uno también se cree lo que es la recreación de un "Saturday Nigth Live", con sus guionistas, sus problemas de logística, sus actores, sus improvisaciones, sus presiones políticas. Algunos personajes son muy carismáticos y la comedia funciona. Peet aparece guapísima y, aunque su personaje peque de molar demasiado, funciona de sobremanera en su romance. 
El problema es lo que yo ya llamó "la puta rubia de Sorkin". No sé muy bien porque, Sorkin tiende a meter rubias-stu, tías que todos los personajes se empeñan en ensalzar a todas horas, pero cuyo valor verdaderamente el espectador nunca ve. Donna no era grave, era sencundaria, y al final del "Ala Oeste" era un personaje que había tenido recorrido. Maggie ya destrozaba gran parte de "Newsroom". Pero aquí tenemos a Harriet, y Harriet destroza toda la jodida serie. Si en un episodio no sale Harriet, estará bien, será simpático y divertido. Si Harriet es protagonista el episodio tiene serias posibilidades de ser una mierda. Y Harriet es muy protagonista de la serie, porque es el interés romántico de Perry, y se nota mucho que la serie está diseñada para su lucimiento. No hay una química en esta trama romántica, que es previsible y se alarga hasta el absurdo como un culebrón que no le importa a nadie. Y para colmo aquí llega el maniqueismo de Sorkin, porque la tía esta es una fanática religiosa, y aquí tenemos a Sorkin en una cruzada contra los fanáticos católicos, los republicanos más retrogrados y lo que ahora llamaríamos "Tea Party". En otras series Sorkin muestra la óptica de ambos bandos, los respeta y no es exagerado. Aquí no, aquí va a saco contra todas sus obsesiones de liberal progresista, ridiculizando a sus enemigos... y luego al final siendo algo condescendiente o permisivo con ellos para dar sensación de magnánimo, justo o algo así. No es ya que no me gusten estas partes, es que en su mayoría me parecen mal escritas, y además me aburren por lo repetitivo que son estos temas ya dentro de la carrera de Sorkin. El título de esta entrada puede parecer algo raro, pero viene a coalición de este último párrafo, es como cuando escuchas un disco de Mago de Oz, dices "esta bien", pero cuando escuchas otro, independientemente de que el sonido sea parecido, comienzan a cansarte con tantas letras "anti-curas"... no seré yo quien defienda a los curas, ni mucho menos, pero si en un disco la mitad de las canciones tienen esa temática... sencillamente acaba cansándome. Con Sorkin pasa un poco lo mismo, tiene algunos temas demasiado recurrentes, y cuando el tratamiento de estos es chapucero... queda mal y el mensaje pasa a ser contraproducente hasta cierto punto.
"Studio 60" no es una serie demasiado recomendable. Finalizada apresuradamente, es irregular como ella sola, con varios episodios normalitos, unos pocos absolutamente geniales que se nota que son lo que Sorkin tenía en mente al concebir la serie, y unos muchos bastante decepcionantes.
Una pena, la idea de partida no es ni mucho menos mala y hay gente con mucho talento en ella. Podía haber sido infinitamente mejor.

sábado, febrero 20, 2016

Un gran poder conlleva...

Deadpool

Si tuviera que comparar esta película a alguna otra, elegiría quizás "Kick-ass" (ver reseña), ambas son parodias de un género que está terriblemente estancado y muy polarizado entre el cine colorista y relativamente blando de las adaptaciones Marvel y la oscuridad pretenciosa de DC. No obstante, al mismo tiempo que comparten algunos elementos, esta película y la del adolescente que se ponía un pijama e intentaba ser superhéroe son también opuestas: Kick-ass intentaba meter superheroes reales en un mundo real, Deadpool lleva al mundo de coña de los superheroes un personaje aún más de coña.
Los superhéroes son un invento de nuestro tiempo. En esta época que Orwell ya veía venir, no haya nada realista en él, son ideales imposibles, no hay nada realista en ellos que nos permita identificarnos con ellos. Son absolutamente buenos y infalibles. No son héroes, como nos mostraba la cultura más antigua, que se sobreponían a sus defectos o resultaban humanos. Los superhéroes, por defiinición, están fuera del alcance de los mortales. Exagero, claro. Puede que Superman fuera así en un principio, y puede que el Capi también... pero con todos ellos han trabajado buenos guionistas que les han dado transfondos interesantes. Llevamos camino de un siglo conviviendo con algunos de ellos, eso son muchas paginas con muchas historias, y por pura estadística algunas tienen que ser buenas.
Ahora, si bien en los comics si que existe esa riqueza argumental, en el cine normalmente no. Las películas de superheroes son caras de hacer, y siempre que hay una gran inversión hay un gran riesgo económico, y eso se traduce en poco riesgo argumental. En la infame "Lobezno" (película que, por cierto, fue la que me dio la idea de la sección de duelos (ver sección) al ver junto con Chronicle, pero que curiosamente nunca he reseñado) teníamos una cosa horrible de Deadpool con muchos poderes y la boca sellada... no conocía por entonces al personaje pero vi como todos los fans se llevaban las manos a la cabeza por semejante sacrilegio. El personaje era un horror y la franquicia casi murió con aquella película hasta que llegó la Primera Generación (curiosamente de manos del director de la antes citada Kick-ass (ver reseña)). Pero he ahí que Ryan Reynolds, actorcillo que está donde está por ser guapillo, dijo "eh, no quiero ser un actorcillo que está donde está por ser guapillo"; el personaje le molaba y el hombre comenzó una cruzada para conseguir su pequeña franquicia. Y al final, con la ayuda o el handicap del fracaso de Linterna Verde (ver reseña) consiguió hacer esta película, de la que, tras unas 450 palabras supongo que ha llegado el momento de comenzar a hablar.


"Deadpool" es una gansada, una cafrada gamberra que no aspira a más que a hacer que el espectador se lo pase bien. Y eso lo hace a las mil maravillas, riéndose de todos los tópicos del género y rompiendo todas las veces que puede la cuarta pared. Deadpool es un cabrón, un héroe que no quiere ser tal porque es muy aburrido y se centra en la parte de putear a los que son más cabrones que él, porque sencillamente le divierte.
Y lo mejor de la película es que funciona y, además, en ningún momento insulta al espectador. La coña absoluta en la que vive el personaje hace que nada parezca forzado o ilógico... porque cuando la película necesita un guionazo para encauzar la trama -el hombre de negro- o cuando hay un evidente agujero de guión -X-men en plural de milagro- la película no duda en mencionarlo y reírse de si misma antes de que el espectador haya tenido tiempo de darse cuenta de ello. No es una película que requiera complicidad del espectador, porque el propio Deadpool está al lado de él con su bol de palomitas dándole codazos para que se ria con las coñas o explicarle las más enrevesadas.
Y la película es bastante solvente. Incluso siendo la clásica historia de "orígenes" logra salirse del esquema habitual narrativo comenzando con una gran escena de acción y enlazándolo todo mediante largos flashback dentro de esta. Apenas tenían dinero para hacerla, y eso se convierte en una virtud porque:

a) No llega a las dos horas, y eso le ayuda a tener un ritmo excelente en el que la trama siempre esta avanzando.
b) No tenían mucho para acción, así que la poca que hacen es muy bestia, y todo el resto del tiempo lo rellenan con un guión trabajadísimo y muy cachondo.
c) Todo es muy físico, la química entre la pareja protagonista es notable (I ♥ Morena Baccarin) y Ryan Reynolds consigue que la comedia física de su personaje funcione a pesar de ir con máscara casi todo el tiempo (jodídisima actuación que borda).

Sobra decir que la película está hasta arriba de violencia sin complejos y un lenguaje soez con bromas escatológicas, sexuales y de cualquier tipo. Pero... es humor. Por muy hijo de puta que sea el protagonista, en el fondo no es mal tío y en el fondo estamos ante una historia de amor, pero sencillamente a Deadpool no le gusta que se vea ese fondo porque es muy aburrido y lo ha enterrado bajo toneladas de mala leche e ironía. Y es espectador, harto de superheroes atormentados o magnánimos abraza con cariño a este superheroe que no es un héroe para los buenos, sino un villano para los malos.

Naturalmente hay que saber que se va a ver, pero si se es consciente de que se paga por ver una gamberrada... entonces es muy recomendable pagar los euros de la entrada del cine.

jueves, febrero 18, 2016

La maldición de los 3 años

Chihayafuru 158-160

Veo Haikyuu! Y me gusta. Me encanta. Es sumamente divertida y tiene unos personajes muy carismáticos y entrañables (y además tiene a Shimizu-san). Pero no tiene emoción ninguna. Se sabe perfectamente como va a acabar a grandes rasgos. A no ser que la serie se marque un final a lo Slam Dunk... el grupillo protagonista ira acabando con equipos hasta llegar al nivel nacional y entonces, quizás, perder la final o algún otro partido sumamente importante pero ya simbólico... porque el viaje ya estará hecho. Es la maldición de los spokon de instituto de la que ni la mismísima Slam Dunk antes citada pudo escapar. Es la maldición que hará que Souma tenga que acabar con todo el Elite Ten en un año. Porque en los mangas deportivos... el instituto dura 1 año. El rol y el carisma de los sempais es demasiado grande y no se pueden sustituir. No importa que el equipo sea un desastre y que pierda los primeros partidos, los mimbres estarán ahí, como ese par de buenos jugadores que habían dejado el equipo el año anterior por falta de interés, enfermedad de un familiar, necesidad de trabajar como ornitólogos o por proxenetismo. Da igual. Al cabo de 6 meses serán un equipo de la hostia sin suplentes y con grandes carencias que sorprenderá a todos por sus ganas y superara a equipos mucho más versados. Eso es, a grandes rasgos, lo que pasa en cualquier spokon.


Y eso es lo que en Chihayafuru no pasa. Tenemos los tres años del instituto, con un equipo muy débil al principio, reclutado a la fuerza por la carismática protagonista; y un gran bloque al final que quiere perpetuarse como un equipo ganador y estar a la altura de las espectativas de su líder. Y, lo que es mejor, tenemos eso en todos los equipos, con sus motivaciones, sus tradiciones y su poderío. Y con cinco enfrentamientos de uno contra uno, en ocasiones unos pueden cubrir a otros, y en ocasiones no. Y los buenos pueden perder, y no pasa nada. Y sorprende cuando en el segundo año consiguen ganar el campeonato. Y sorprende cuando en el tercero pierden en las semifinales. Y no pasa nada porque ganaran "antes de tiempo" porque aquella victoria estuvo bien justificada, así como está bien desarrollada esta derrota, que incluso dignifica aquella victoria anterior... porque ganar es difícil, pero repetir aún más.

Y hemos visto grandes momentos con todos los secundarios, les hemos visto sufrir y mejorar, les hemos visto sacrificarse... y han perdido. Porque sus rivales han hecho esos mismos sacrificios. Pero lo han dado todo, y el lector lo ha visto y no puede echarles nada en cara. Sencillamente, los otros han sido mejores esta vez.

Habrá otras ocasiones, y no las veremos porque el manga habrá acabado... pero sabemos que estarán ahí, porque Yuki Suetsugu ha narrado a la perfección el buen trabajo hecho por Chihaya.

Y ahora, se acabó el tiempo de los secundarios...

lunes, febrero 15, 2016

El final del principio del desenlace de la presentación del desarrollo

Owarimonogatari

Nueva entrega de la ya longeva franquicia Monogatari (ver reseña). Esta entrega supuestamente es el final, o el principio del final, o parte del final... pero yo sencillamente ya me niego a siquiera intentar comprender donde encaja cronológicamente cada historia. Digamos sencillamente que tanto Senjougahara como Hanekawa llevan el pelo corto, con eso creo que más o menos sobra para ubicarnos. Donde estén Sengoku y Hachikoji no importa mucho, así como tampoco el estado de las hermanas.
Esta nueva entrega basicamente son dos historias, y como es medio habitual, bastante independientes del resto de la franquicia.
La primera media docena de episodios se centran en Oikura Sodachi, personaje completamente nuevo en la franquicia. Este es un fragmento algo extraño, por una parte resulta muy raro que, tan cerca del final de la serie, se nos presente un personaje completamente nuevo, y además es un arco completamente cerrado que teoricamente no debería repercutir sobre arcos futuros. Podríamos decir que este arco sirve para el lucimiento de Ougi-chan, ese personaje tan raro e inquietante con pinta de cadáver con mangas largas... pero lo cierto es que si este arco no existiera... la serie más o menos seguiría siendo bastante igual.
Es, además, un arco bastante oscuro en el sentido de que se aleja de la magia más o menos presente en el resto de los arcos y nos presenta un conflicto cruel y descarnado sin un ápice de romanticismo o esperanza, una simple historia triste sobre una niña desgraciada. La comedia brilla por su ausencia y apenas hay erotismo. Si ignoramos la repetición de ciertos elementos matemáticos y algunos de los recursos narrativos clásicos de la franquicia, así como algunos de los sellos de identidad visuales de Shaft, esta historia no parece parte de Monogatari. 
Es una historia completamente independiente, es sólida y funciona bastante bien, pero aún así no deja de sentirse algo extraña, y creo que en todo caso ocupa demasiado metraje.
La segunda mitad de la temporada gira en torno a Shinobu, con el regreso del pasado de esta. Esta parte si que tiene todos los componentes claros de la franquicia, y además argumentalmente es sin duda uno de los arcos más importantes, desarrollando la relación entre el protagonista y la vampira devoradora de donuts. No obstante tengo que decir que no me ha parecido redondo.
El arco anterior de Sodachi, siendo mucho menos importante, es más sólido. Este arco, teniendo buenos momentos, se nota demasiado alargado, con una trama demasiado forzada en algunos puntos. Y si Ougi-chan era la guía de la primera mitad de episodios, en esta el turno le toca a Gaen Izuko, pero este personaje se había mostrado anteriormente tan esquivo que su presencia tan constante se me hace artificial y extraña. No es un mal arco, tiene un buen drama y una acción correcta, pero me parece que no es tan bueno como, por ejemplo, los arcos de la propia Shinobu en la segunda temporada (ver reseña). Habida cuenta de la importancia que tiene dentro de la historia, se hace algo flojo... prueba de ello es que el protagonismo de la dupla Araragi-Shinobu queda completamente eclipsado por la que teoricamente era la secundaria de apoyo del arco, pero sencillamente Kanbaru tiene un carisma monstruoso y roba por completo la serie, mas alocada que nunca, se convierte incluso en el catalizador del drama y las relaciones de este arco.

Owarimonogatari no es una mala serie, no es ni mucho menos lo peor que nos ha dado la franquicia, ni lo más extraño, pero tampoco es lo más divertido o emocionante. Es correcta y tiene sus buenos momentos, pero no vuelve en ningún momento a las cumbres más altas que esta serie ha alcanzado.

sábado, febrero 13, 2016

El difícil arte de la trampa narrativa

One Piece 816 - Gato vs Perro

La trampa narrativa es un recurso muy peligroso. Bien ejecutada es una herramienta poderosisima que juega con la retentiva del lector/espectador y la vuelve contra él. Mal ejecutada, es una chapuza, un "Deux Ex Machina" o un "Secreto a voces" cuyo resultado muchas veces da más vergüenza que otra cosa.
Oda sabe usarlas. No siempre, claro. A veces la caga, las hace muy obvias o muy tramposas como esa "muerte" de Law en Dressrosa o esa ridícula omisión de Kaidoh como objetivo en Punk Hazard. Otras veces tiene buenas ideas que no terminan de salirle bien, como ese "Nada" de Hodi Jones. Pero otras veces, sencillamente, las clava, y ahí pondré siempre el ejemplo de la batalla contra Ryuma en Thriller Bark (ver reseña).
Y la trampa de este capítulo puede que no sea la mejor Oda y no llegue al nivel de cuando de repente te revela que un detallito de una página perdida del tomo 23 era en verdad muy importante, pero ha estado muy bien. La trampa nos la ha puesto en su mayor parte por medio de la banda, cuyos miembros daban voz a un pensamiento que todos teníamos, y ese era que algo muy gordo iba a pasar cuando los samurais llegasen a la isla porque los minks parecían haber sido masacrados por su culpa. Era un pensamiento lógico, un pensamiento que la banda había elaborado por si misma de una forma bastante juiciosa. Y si bien en una trampa narrativa normalmente lo que se hace es ocultar la verdad, en esta ocasión Oda hace algo muy arriesgado: mentir sin complejos. Los mink, sencillamente, han mentido. Incluso estando a punto de ser erradicados de la espalda del elefante... continuaron mintiendo a sus enemigos, porque para ellos ese juramento o amistad era más importante que sus propias vidas, algo por lo que ni siquiera podían revelarselo a la banda porque a estos sólo les debían la vida.
Es una trampa narrativa como una casa. Inmensa. Pero creo que Oda la ha ejecutado a la perfección, confiando en que la imaginación de sus propios lectores la engrandeciera para después desmontarlo todo de la forma más sencilla imaginable. Ha sido una trampa tan exagerada que no queda otra que admitir que hemos caído en ella de lleno.
No obstante, con toda la sorpresa que ha supuesto este giro argumental, creo que Oda estaba casi obligado a realizarlo. Los minks se habían presentado como demasiado amigables para convertirlos ahora en enemigos, amen de que los pobres ya han sufrido bastante. No obstante, esto abre ahora otro interrogante, o más bien podríamos decir que engrandece uno ya existente ¿Qué demonios está pasando en Wano? Sabíamos que algo estaba sucediendo; Kinemon y los suyos escondían  una trama, pero hasta ahora no parecía algo tan grande. Es comprensible que los mink hayan protegido a sus aliados, ese tipo de absolutos son comunes en la serie y sin ir más lejos venimos de una isla donde el rey renunció a todo belicismo y el pueblo le siguió cuando les pidió todo su dinero. Que una raza se sacrifique enteramente por unos amigos es casi normal en One Piece. Ahora bien, si los mink han protegido a Raizou, eso significa que Raizou estaba en la isla, ergo ha visto todo lo que esta isla ha hecho por él. Historicamente a los ninjas se les ha atribuido cobardía, o secretismo. Eran los samurais los que eran soldados de un señor en un castillo, mientras que los ninjas vivían en sus aldeas ocultas. Eran los samurais los que tenían el honor por encima de todo, pero aún así tiene que haber una muy buena justificación para que Raizou no haya podido hacer nada al ver lo que los mink estaban haciendo por él. 

jueves, febrero 11, 2016

Un defecto... ¡Inaceptable!

Bravely Default

Batalla, batalla y más batalla es lo que propone este juego, rol por turnos en el sentido más clásico de la palabra. En una época en la que los juegos de rol tiran hacia la acción directa tratando de evitar los turnos, los juegos tan refrescantemente clásicos son de agradecer. El juego que perfectamente podría haberse llamado Final Fantasy VII, es un juego muy continuista con lo que fue el estilo de esta saga durante los 16 bits (aunque debido a lo elaborado de su sistema de trabajos tiene más en común con el V que con el VI).
Bravely nos presenta una historia relativamente chorra con todos los tópicos del género, donde nuestro grupo ira recorriendo poco a poco el mundo enfrentándose a enemigos de dificultad creciente. El grupo es cerrado. Tenemos 4 personajes que controlamos casi desde el minuto 1, todos ellos con carisma, sus motivaciones y un desarrollo coherente a lo largo de la historia. No obstante, tenemos entre una veintena de trabajos para elegir, y podemos asignar a cada personaje el trabajo que queramos... así como un trabajo secundario del que tomará algunas habilidades, así como unas pocas ranuras en las que podemos heredar habilidades de otros trabajos (y si vinculamos los personajes a "amigos de internet" podemos usar incluso las habilidades de estos, así como podremos invocar directamente a estos para que nos ayuden en los combates). Con toda esta parametrización, y la propia de objetos y atributos, disponemos de una gran personalización de personajes y grupo, pudiendo conseguir con ingenio personajes virtualmente invencibles.
Todas estas posibilidades están puestas al servicio de un sistema de combate exquisito, donde las posibilidades y estrategias son inabarcables, pero donde además brilla otro gran componente: el prestamo de turnos. El juego alterna el turno del jugador con el de la computadora, pero es posible que un personaje simplemente se defienda "modo Default" y que en el siguiente turno disponga de dos acciones, como es posible también apropiarse de estos turnos por anticipado "modo Bravely" y hacer que un personaje realice varias acciones seguidas al principio (con el riesgo de que en los siguientes turnos estará completamente vendido a los ataques enemigos). Este prestamo de turnos añade un importante componente estratégico más, así como más versatilidad -y en ocasiones velocidad- a los combates.
Existe otro método "Bravely Second", cuyos puntos son mucho más costosos de conseguir, en el que podemos interrumpir cualquier acción -incluso durante el turno del enemigo- para realizar nosotros una. No obstante, es un sistema que da tanta ventaja que creo que sólo habría de usarse contra unos pocos enemigos en el nivel de dificultad más elevado.
Ahora bien, el juego dista mucho de ser perfecto. En sus primeros dos tercios es poco menos que modélico. La historia no es nada del otro mundo, pero los personajes pronto se ganan nuestra simpatía y caen bastante simpáticos. El sistema de batalla es tan bueno y tiene tantas posibilidades que uno no deja de descubrir posibilidades, y las misiones secundarias añaden un buen plus al juego. El problema llega entonces, cuando hemos descubierto todo el mapa del juego y, tras unas 40 horas tras las que sería más que correcto cerrar el juego (porque además son 40 horas de una dificultad bastante alta), los desarrolladores se sacan de la mano EL PUTO BUCLE
Entiendo, narrativamente, el objetivo del equipo del juego. Es original y es loable. Pero es aburrido. Llegado un momento el juego te obliga a volver a recorrer el mundo y encargarte varias veces de todos los jefes finales hasta los que entonces te habías enfrentado. No te obliga a volver a derrotarlos una vez porque te salgan en una sala. No. Te obliga a recorrer todo el condenado mundo, con algún que otro templo, para derrotarlos, no una ni dos veces... si no tres o cuatro. Es un crimen jugable. Entiendo lo que se proponían con ello, y es una de esas clásicas paranoias japonesas con mucho significado... pero es aburrida. Sencillamente, toda esta parte del juego es aburrida. Es repetir una y otra vez lo que ya hemos hecho con pequeñas variaciones en la jugabilidad y en los vídeos, vídeos que un servidor se saltaban porque aunque cambiaran un par de líneas eran en su mayoría una repetición. Repito, entiendo lo que el juego se proponía, y la idea como tal me parece incluso buena... ¿pero no hubo nadie que se diera cuenta de que toda esta parte del juego podía ser peligrosamente aburrida para muchos jugadores? A mi me gusta mucho el género, y como he dicho el juego es una absoluta gozada por su sistema de batalla... pero sólo el hecho de que nunca suelo abandonar juegos que he comenzado impidió que abandonara el juego.
Técnicamente es un buen juego. Tiene un buen uso de las 3D, e incluso se permite un par de secuencias de realidad aumentada. Los fondos de las ciudades son absolutamente preciosos, y los personajes tienen multitud de trajes y acciones exquisitamente animados. El diseño artístico del juego es muy simpático y preciosista. Pero el juego es algo irregular en este sentido, pues si bien las ciudades son impresionantes, son pequeñas y escasa, y en exteriores y mazmorras los entornos son bastante simples y repetitivos. Algo parecido podría decirse de la música, es exquisita, pero al ser un juego con tantas batallas al final acabamos escuchando mucho unos pocos temas concretos.
El juego es largo y difícil, y el sistema de batalla es una absoluta maravilla. Podría ser fácilmente uno de los mejores juegos de la consola, pero todas sus virtudes las veo empañadas por una estúpida decisión de diseño que lastra increíblemente el juego en su tercio final. Es un buen juego, un gran juego para los amantes del rol japonés; pero es también el primer juego de una franquicia nueva, y se nota que algunas de las ideas originales y definitorias han de ser pulidas.

martes, febrero 09, 2016

Aquellos maravillosos 70

Tenía pendientes de colgar las reseñas de algunas películas que no sabía muy bien como calificar, pero viendo que todas eran más o menos de la misma fecha, la idea de agruparlas bajo este concepto apareció casi automáticamente. Así pues, aquí un poker de películas de los 70 (aunque técnicamente una es un poco posterior), la década en la que creo que nació el cine moderno. Las influencias de los clásicos seguían estando presentes -como muchos clásicos en sí como Wilder o Houston-, pero en los 60 comenzó una revolución formal con un tratamiento más explícito de temas hasta entonces casi tabú como el sexo y la violencia, así como unos guiones en general más valientes, y a ello se les unía toda una oleada de directores que a lo mejor de los clásicos le añadían encuadres mucho más complicados y arriesgados, montajes más agresivos, un uso de la música mucho más narrativo que se sumaba a los efectos especiales y cualquier medio que estuviese a su alcance.
Y después de esta parrafada... decir que casi todas estas películas -salvo Network- son de corte muy clásico, con lo que en cierta forma me estoy contradiciendo...

Chinatown

Película mítica y clásica de los 70, muy definitoria de lo negro que sería el cine negro tras su época dorada. Chinatown viaja al Los Angeles previo a la II Guerra Mundial, donde un detective ve como uno de sus casos se complica y como acaba envuelto en una gigantesca conspiración por el control del agua en todo el estado.
Una de las películas más clásicas de Nicholson y de su época, es un buen ejemplo de cine de detectives. Tenemos un caso que se complicando hasta niveles insospechados, y el espectador es testigo de los descubrimientos del detective y de como la historia crece y crece y se hace más siniestra y enrevesada. No se engaña al espectador, pero tampoco se le da todo mascado, es una de esas películas que ofrece toneladas de información y en la que hasta el más pequeño detalle es importante el final. El guión es una pequeña joya en la que todo esta cuadrado, pero es también uno de esos guiones exigentes con el espectador porque como este se despiste o no esté atento se perderá pronto o no comprenderá las deducciones del protagonista.
La dirección es muy clásica y viene guiada por los clásicos del género, pero la película vive en los alegres setenta y aunque no sea su género no se corta a la hora de mostrar escenas siniestras o sangrientas. El ritmo es muy bueno, avanzando siempre la historia y no teniendo la sensación de que esta se atacas más allá de lo necesario para que no tengamos la sensación de que todo es demasiado fácil para el protagonista. Los actores están bastante bien. La música cumple. La fotografía nos regala algunas panorámicas magníficas. En líneas generales, tecnicamente es un producto muy bien trabajado.
Es una buena historia de detectives, con un guión repleto de traiciones y giros argumentales que no obstante no parece tramposo. Muy recomendable.

Carros de fuego

No había visto esta película, y no esperaba que me gustase especialmente, como de hecho así ha sido. Pero creo que es una película que hay que ver, aunque sólo sea porque su tema principal ha trascendido de su aspecto meramente cinematográfico y se ha convertido en el tema identificativo del deporte rey.
La película nos traslada a los años 20, a un Reino Unido aún conmocionado por la Gran Guerra y que se resiste a abandonar las tradiciones y la forma de vida del siglo anterior. Aquí tenemos a dos protagonistas unidos por su pasión por el atletismo: un joven de origen judío que sonrié al mundo de las grandes clases burguesas pero que sabe que nunca le permitirán ser uno de ellos, y un devoto escoces cuya aspiración es ser misionero.
La película narra más o menos un lustro en la vida de ambos, con su pequeña carga de romance y el enfrentamiento de ambos contra algunos de los convencionalismos de la época. Me ha sorprendido, pero apenas hay interacción entre ambos personajes más allá de una rivalidad sana desde la distancia. Naturalmente tenemos carreras, y tenemos algunos momentos técnicos, pero el deporte entonces era muy amateur y la película también confronta en este sentido la necesidad de los sacrificios y la perserverancia con la mentalidad de "gentleman" más pura y dura.
Tiene un par de escenas memorables donde los personajes enarbolan sus ideas en el más tradicional sentido del cine británico. Las carreras transmiten emoción y, en líneas generales, la película esta impecablemente rodada. Los actores están bien, el guión es bastante solvente y el ritmo de la película esta bastante bien cuidado.
Es una película correcta. Está muy cortada por el patrón más académico y no corre demasiados riesgos, jugando sobre seguro con épica deportiva y añadiendo un poco de sustancia política y social. Pero hay muchas películas así. Me ha gustado, no me ha parecido una mala película ni mucho menos. Pero no es una obra maestra atemporal.

El golpe

Me parece una película sobrevalorada. No es una mala película, es relativamente sólida a nivel argumental, los actores están bien, el montaje es muy bueno, el diseño de producción es magnífico y la película destila carisma por los cuatro costados con una fotografía excelente y una de las melodías más reconocibles de la historia del cine. Pero poco más. No es, como he dicho, una mala película, pero no me parece que esta película sea digna de ser llamada una de las grandes de la historia del cine, no me parece que deba estar considerada también entre los clásicos.
El argumento es simple y el plan final pretende ser más inteligente o rebuscado de lo que en verdad lo es. El villano es terriblemente malo en las descripciones pero es derrotado con insultante facilidad, haciendo gala de esa violencia algo ridícula de la que hacían gala las películas en aquellos años. La película se me hace un poco larga; el ritmo es bueno pero quizás demasiado episódico, y se centra tanto en la dupla protagonista que el resto de los personajes son casi anecdóticos. Precisamente también se nota en  ocasiones demasiado enfocada al “fanservice” masculino Newman y Redford; si ya me molesta que intenten venderme una película por una mujer en bañador, obviamente no voy a ser menos severo cuando el departamento de marketing apunta al otro género. Algo que considero sintomático pues muestra lo que en verdad esta película es: un producto. Una película realizada sobre estudios de mercado –como todas en mayor o menor medida- realizada con el único fin de explotar la química de los protagonistas de “Dos hombres y un destino” y diseñada por completo en base a esa idea. Es una buena película, que no es poco. Sólida y digna, como he dicho. Una película, eso sí, de palomitas.

Network

Una auténtica salvajada de película, increíblemente profética. Network nos sumerge en el mundo de las noticias a mediados de los 70, donde una serie de viejos dinosaurios que crecieron durante la revolución del medio en los 40 y 50 son relevados por una horda de jóvenes cuya máximo objetivo es la audiencia. Tenemos así un debate entre lo que sería un periodismo serio y lo que sería el sensacionalismo, un debate entre el contenido y el continente.
Y la película, partiendo de esa premisa, carga sus tintas contra la sociedad misma, no distinguiendo entre países e ideologías; capitalistas y comunistas, así como cualquier otra ideología están cegados por el verde de los dólares, y la prensa y la televisión no son si no el más eficaz de los métodos para alienar y controlar a las masas. Incluso la trama romántica es un alegato contra la hipocresía y lo falso y medido del sueño americano, así como una extraña rotura de la cuarta pared con fines puramente dramáticos.
La película tiene un montaje mejorable, tiene una trama claramente periodística y otra más romántica, y suele pasar de una a otra muy bruscamente. Quitando este punto, y quizás alguna línea de su increíblemente denso guión que podría sobrar, creo que no hay defecto alguno en ella. Los actores están impecables y la dirección, clásica, se aprovecha de la ambientación televisiva para alguna fotografía o iluminación plagado de simbolísmo.
Al final exagera un poco un par de "ideas televisivas", pero también que hay que decir en otras se queda tristemente corta haciendo valer aquella frase de que la realidad siempre supera a la ficción. No obstante, es escalofriante comprobar el sensacionalismo que ya se denunciaba hace 40 años, la amenaza de la telebasura política que ya se atisbaba entonces y contra la que no hemos hecho nada.

sábado, febrero 06, 2016

Un capítulo mensual da para muchas teorías

One Piece 815 - ¡Llévame contigo!

Estos últimos capítulos de One Piece me han parecido algo raros. No malos ni erróneos de ninguna forma, pero creo que se ha notado que estamos ante una serie de publicación semanal y Oda ha tenido que meter algunos cliffhanger algo forzados o tramposos en varios capítulos que juntos componen un único acto de recapitulación y planificación.
Se ha alargado quizás en exceso toda la presentación del origen de Sanji, y en este capítulo hemos visto la justificación a la marcha de este con una representación palpable del poder de un Emperador. Poder que más allá de la información, la fuerza, el miedo o el control (características que ya tenía Doflamingo), alcanza el reconocimiento de otros, el no tener limitación alguna, la impunidad. Aquella definición que Law dio hace muchos capítulos, cuando decía que un Emperador era un poder tal que uno no llegaba siquiera a poder enfrentarse a él directamente, ha sido vista en este capítulo. 
Ahora llega, no obstante, el momento de elegir un camino. Parece claro que el objetivo será Sanji, pero si hay algo que me gusta en estos últimos capítulos es que, sencillamente, en una serie con más 800 capítulos a sus espaldas, ahora mismo es imposible discernir que pasará en unos pocos capítulos. Dentro de 10 capítulos probablemente estemos inmersos en la saga del rescate de Sanji y eso ocupe un año o más, pero si pensamos esto es porque Sanji apenas ha aparecido en los últimos dos años y parece que Oda está en la obligación de compensarlo... pero ahora mismo podríamos comenzar a lanzar teorías locas sobre el desarrollo de los próximos capítulos, y habría base para muchas de ellas.

Objetivo de los próximos capítulos: Sanji
Esto parece lo más claro, aunque sólo sea por las declaraciones de Oda de que este sería el año de Sanji. Además en verdad no se ha aclarado todavía mucho de su familia (como se intuía, no son asesinos puros y duros, si no "asesinos" (entre comillas), supongo que algún clan de mercenarios o algo así... porque además ha de explicarse como tienen poder para modificar un cartel de la Marina).
El Tea Party daría además la ocasión a Oda de "librarse" de un Emperador. Una gran batalla contra uno de ellos requeriría muchos medios. Shanks o Barbanegra podrían saldarse con "unos contra unos", pero Kaidoh y Big Mom se suponen al mando de Imperios, y contando además con que la Marina será un enemigo inevitable, eso requeriría demasiadas sagas monstruosamente grandes que supondrían mucho desgaste para la serie. Con el Tea Party podríamos tener una saga "corta" de Big Mom para que luego esta pudiera ser derrotada en segundo plano por otro poder. 

Acompañantes al Tea Party: Brook, Nami, Pekoms, Carrot, Jimbe, Caesar.
Una saga de Luffy sólo se hace extraña de imaginar, incluso presuponiendo que en la sede del partido republicano podría encontrarse con Sanji, Jimbe e incluso Caesar. Brook sabe algo, así que debería estar presente en esta saga... porque además "descansó" en Dressrosa, como también descansó Nami siendo la musa de la serie. Lo de Carrot no tiene apenas fundamento, pero es un personaje que destila carisma, y sería triste que Oda no la aprovechara más... así que pongamos a un mink del bando diurno como ya tenemos a otro del nocturno.

La madre de Lola: Big Mom.
No soy fan de esta teoría, me parece demasiado obvia. Prefiero esa posibilidad que surgió hace poco llamada Bakkin. No obstante, habida cuenta del partícular método de afiliación de Big Mom, me encantaría que Lola se revelara como su hija si supieramos que habría sido desterrada hasta que se casase con alguién fuerte para engrosar las filas de la banda o algo así. Su obsesión por encontrar marido cambiaría por completo de cara al lector, aunque creo que esta es la más disparatada de todas mis teorías.

Zou
Aquí sencillamente es imposible teorizar que va a pasar. Sencillamente no hay actores para que se desarrolle ninguna obra, pero también parece imposible que Oda desaproveche un teatro como este.
Los samurais han llegado y han sido los culpables pasivos de todo, pero se hace extraño pensar que los mink se vayan a volver ahora contra la banda ya que han sido claramente presentados como amigos... y así mismo la trama de los samurais debería desarrollarse en Wano, pero también al menos en esta isla deberíamos encontrar a cierto ninja y saber porque fijaron al elefante como punto de reunión.
Los mink a su vez no parecen estar preparados para otra gran batalla por muy alto que sea su poder de regeneración. Pero en contraposición a este argumento tenemos la enemistad entre Inuarashi y Nekomamushi, que obviamente ha de resolverse más pronto que tarde (arrojando de paso algo de información sobre Shanks). Podría ser por tanto que la isla se dividiera en dos bandos en una especie de guerra civil por la banda y los samurais, pero no termino de ver este argumento más allá de como una subtrama de relleno o transición hasta la llegada de un enemigo más poderoso.
La opción más natural sería que Jack regresara como enemigo con algún secundario de más nivel que "Sheephead", pero tanto el perro como el gato están heridos así que el combate quedaría para Zoro y Law. Pero con Zoro, salvo que Luffy derrotase a Big Mom -algo que no creo que nadie piense que vaya a suceder a corto plazo- tendríamos la incómoda situación de que el segundo de abordo tuviera una muesca de más valor que su capitán, y en One Piece no hay jerarquía más clara que esa. Y con respecto a Law, lleva varios años discutiendo el protagonismo a Luffy y creo que claramente necesita un descanso (y la fugaz presentación de sus subordinados apunta a ello). 
Contra Jack, extraño que parezca, la opción que vería más natural sería Barbablanca Jr (alguien que, dicho sea de paso, buscaba un fénix).




Todo ello obviando que en un mar muy, muy cercano, Barbanegra (con Aokiji, posible infiltrado de la Marina) se dirige hacia Dragon, y que Kidd y su alianza se encontraban frente a Kaidoh.

miércoles, febrero 03, 2016

¡Mira, un perro con dos cabezas!

En costas extrañas

Tercera novela que leo de Tim Powers. Trás el bajón que supuso “la fuerza de su mirada” (ver reseña), en esta novela me he encontrado todo lo que me encantó en “las puertas de Anubis” (ver reseña). El estilo de este autor es muy particular, tremendamente fantasioso a la par que bien documentado. Las suyas son novelas frenéticas, no hay demasiados personajes pero a estos les pasan centenares de cosas que se suceden a un ritmo vertiginoso, todo ello siempre enmarcado en un marco histórico muy respetuoso y estudiado… en el que mete todo los tópicos fantásticos imaginables, justificándolos con una claridad casi matemática.
Así pues en esta novela, ubicada a principios del siglo XVIII, tenemos a un titiritero metido a agente bancario que viaja al Caribe con la esperanza de matar a su tío, que engaño a su padre y propició que este muriera en la indigencia, el problema es que su barco será atacado por piratas… y a partir de ahí comenzara una locura en la que él mismo se convertirá en pirata, un pirata envuelto en una particular batalla en la que un brujo vudú y Barbanegra intentan valerse de la fuente de la eterna juventud para conseguir sus fines. Tenemos romance, tenemos algo de comedia, tenemos aventuras, playas caribeñas, angustiosas selvas de Florida, persecuciones y batallas con barcos de Real Armada Británica, así como hechiceros, zombies y maldiciones centenarias.
Todo ello narrado con una velocidad vertiginosa, en apenas un par de páginas pueden suceder varias escenas importantes. Los personajes están bien desarrollados, y todos los elementos mágicos son bien explicados y no hay ninguna trampa de guión demasiado grande, sucediendo todo de una forma bastante lógica de acuerdo a las reglas que el propio autor va explicando paulatinamente. Todo transcurre con bastante agilidad. Únicamente en la secuencia de la Fuente se me hizo la lectura un poco confusa, es la secuencia donde más magia y más simbolismo hay y se me hizo algo excesiva (aunque entiendo que también era la intención del autor). El estilo de Tim Powers no es el más accesible del mundo, está todo tan estudiado y medido que su fantasía histórica por momentos parece novela negra, y se le suele ir de las manos en algunas secuencias donde tiene demasiado que explicar y donde exige un poco de esfuerzo del lector; en esta novela sucede, aunque muy puntualmente y en general me ha parecido una novela muy ágil y entretenida de leer, una auténtica fantasía de piratas cuyas 300 páginas se leen muy amenamente. Esta es novela es una de las principales fuentes de inspiración de Monkey Island y, por extensión, de la saga de “Piratas del Caribe”, y al menos en mi opinión, es tremendamente superior a esta última.