Mágico Ragnarok

Odin Sphere

Una de las grandes joyas de la play2, le tenía muchas ganas a este preciosisímo juego de Vanillaware cuya secuela espiritual (Oboro Muramasa (ver reseña)) es un juego que me encantó. Y me he encontrado ante un juego que es curiosamente peor como juego que aquella historia de samurais pero mucho más mágico... y aquel juego no se quedaba falto de magia precisamente.
Comenzaré con lo malo del juego. No es poco. Es algo curioso, pero este juego tiene algunas de las mejores cosas que he visto y al mismo tiempo algunas de las peores. Tiene una jugabilidad muy cerrada y una dificultad bastante alta, es un juego muy de la vieja escuela. Basicamente avanzamos y avanzamos por un escenario circular en dos dimensiones y matamos todo lo que encontramos. Hay variaciones, los enemigos de cada nivel son distintos y cada personaje controlable no es exactamente igual a los demas... pero en general las diferencias son bastante pocas y es innegable que el juego es MUY REPETITIVO; todos los niveles son un círculo, un plano en el que solo hay enemigos (no hay ni una sola plataforma, nada, solo enemigos). Tenemos 5 historias, 5 personajes con algunas pequeñas diferencias (la única que verdaderamente se controla de una forma distinta es Mercedes) que recorren unos 7 mundos cada uno. En total hay 8 mundos, con lo cual se repiten de sobremanera (se cambia el orden y no es lo mismo enfrentarse a unos enemigos en el capítulo 1 de un personaje que hacerlo en el epílogo), y con los mundos se repiten también los enemigos finales (algunas de las excusas para estos enfrentamientos son bastante ridículas, todo sea dicho). El método de juego además es muy simple, y si no engancha al jugador en los primeros compases del juego es complicado que lo haga cuando la dificultad después exija más. El otro gran baluarte jugable del dvd es la cocina y la alquimia, pues es por medio de estos por los que el jugador consigue la experiencia y las pociones que se necesitan para avanzar en el juego. Hay muchas opciones a la hora de confeccionar pociones o platos de cocina, pero el espacio del que podemos es bastante limitado y las ocasiones para gastar los items relativamente reducidas, ocasionando eso al jugador -al menos al que conozco más, que soy yo- cierta frustración; es parte de la jugabilidad y dificultad del juego, pero particularmente creo que el juego podría ser un poco más flexible en este sentido.
Pero lo cierto es que, siendo tan repetitivo y simple en lo que a la jugabilidad se refiere, es un juego que en ese mismo defecto encuentra una virtud por la sencillez y el frenetismo de las batallas.
Ahora la historia. Siempre he dicho que no me gusta los juegos que son más video que juegos, pero en ocasiones tengo que retractarme. "Odin Sphere" tiene una historia prodigiosa, simple y compleja al mismo tiempo, dibuja a sus personajes con ese idealismo superlativo de los cuentos y leyendas. La presentación es sobervia, jugando el jugador una serie de cuentos que una niña lee en un desvan. Bajo esa premisa presenciamos el apocalipsis, bajo la óptica de cinco personajes distintos cuyas historias se entrecruzan entre ellas formando un tapiz cautivador. El juego al principio y al final de cada capítulo la historia se desarrolla, en ocasiones de una forma más forzada, pero en la mayoría de las ocasiones de una forma bastante natural y alcanzando en sus grandes momentos una capacidad increible para transmitir sentimientos (la escena en la que Mercedes revela su nombre es de lo más épico que recuerdo en un videojuego (nivel de Ópera de Final Fantasy VI o el final mágico de Super Metroid)). Todo ello rematado por un grafismo excepcional que dibuja unos personajes y unos escenarios con un nivel de detalle superlativo y un estilo artístico a medio camino entre los cuentos tradicionales europeos y el manga. Visualmente el juego es un regalo para los ojos... y narrativamente uno para la mente.
¿Recomendable? No. Obligatorio al menos probarlo. Es un juego tan particular y tan clásico que resulta -por desgracia- anacrónico. Puede no gustar a muchos, tener tiene una montaña de defectos... y encima como me comentaba Setzer (a quien tengo que agradecer que se haya tirado 3 años cantándome las virtudes del juego) es bastante poco rejugable. Es un juego con muchos peros... pero por encima de todos ellos tiene una magia increible.