Hace unas semanas mi hermano y yo vimos, casi por casualidad "El tesoro de Sierra Madre" (ver reseña), no sé porque tenía de ella una idea de comedia (desde la ignorancia, no sé muy bien porque, la confundía con "La reina de África", reseñada en esta entrada). Nos encontramos un películón increíble, pero descubrimos también una actuación monstruosa de Bogart que no se correspondía demasiado con la idea que teníamos de él. Así pues, decidimos montarnos un ciclo cinéfilo de este, la considerada estrella más grande del cine clásico. Sabíamos que nos encontraríamos a muchos tipos duros que beberían como cosacos mientras fumaban y amaban a mujeres despreciándolas, todo ello escupiendo frases cínicas a velocidad de vértigo.
Acabado el ciclo tengo que decir que me ha encantado el ciclo, algunas películas son sencillamente sublimes, y las que no, no dejan de ser muy correctas. Y, por encima de todo, hemos descubierto la figura de Bogart, un actor con un carisma increíble y cuya capacidad actoral es mucho mayor de la que pensábamos.
Acabados los préambulos... llegan siete reseñas cine clásico.
El sueño eterno
Ya reseñe esta película hace bastantes años (ver reseña), y aunque en su segundo visionado me ha gustado mucho más de lo que recordaba, tengo que decir que la reseña que escribí en su momento me sigue pareciendo sorprendentemente válida.
Tener y no tener
Lauren Bacall debutaba en el cine con esta película, y con ella lo hacía también la pareja Bogart-Bacall, quizás la pareja más mítica de toda la historia del cine. La química entre ambos es inmensa, y prueba de ello es que en la vida real se casaron prácticamente un año después. No obstante, esta grandísima química juega en cierta manera en contra de la película.
El problema es que la película es bastante normalita. No es que sea una mala película, ni mucho menos, pero el argumento es demasiado "Casablanca", con un protagonista egoista e indiferente al sufrimiento que poco a poco va involucrándose con los que le rodean en empresas con las que en verdad no gana nada. Bogart, claro está, borda el papel, dotando a su personaje de un gran carisma y llenando la pantalla con una fuerza increíble. La dirección y la puesta en escena son muy clásicas, correctas aunque sin nada que ahora mismo me parezca especialmente llamativo... salvo esa horrible tradición de la época de dar muchos minutos a una orquesta que toca temas típicos de aquellos años y que corta bastante un ritmo bastante decente. El guión es sólido, cae en algunos tópicos como el del borracho simpático y quitando a la pareja protagonista el resto de personajes son todos clichés sin desarrollo, pero cuenta su sencilla historia bien y en ningún momento uno se pierde, y conociendo lo poco que conozco a Hemingway veo sus frases cortas y directas, llenas de significado y sentimiento, con un humor muy ácido y unos personajes que se quieren irremediablemente desde el primer momento y que se lo demuestran casi desde el desprecio.
El problema es que la película no está a la altura de su pareja protagonista. Bogart esta muy bien, y Bacall también se muestra como una gran actriz a pesar de estar debutando. El problema es que cuando se unen Bogart no se come a Bacall, esta se crece lo indecible y hace crecer también a su compañero. El resultado es que cuando ambos están juntos transmiten todo con una intensidad increíble. Bogart pasa a ser más duro y Bacall se convierte en la definición de femme-fatal. Bacall saca la sonrisa de más autoconfianza y seguridad de Bogard, y este saca la expresión más enigmática y sugerente de femme-fatal imaginable de Bacall.
No es una mala película, es una película correcta, incluso podemos decir que es una buena película. El problema es que la química entre la mayor estrella de cine de todos los tiempos y "la flaca" es tan grande que eclipsa el resto de la película y hace que pensemos que esta podía ser mejor.
La reina de África
Acaba de comenzar la Primera Guerra Mundial. Rose acompaña a su hermano, un sacerdote, a propagar la fe en África, sin embargo este muere y se ve obligada a huir en compañía de un canadiense en el pequeño bote de río de este: la reina de África. Pronto se pondrán como objetivo hundir el barco con el que los alemanes controlan esa región.
La reina de África es una historia "total", tenemos dos personajes opuestos que se enamoran a lo largo de un viaje homérico que tiene un glorioso objetivo final. Es una película de aventuras, con dos protagonistas carismáticos encarnados por dos titanes del cine, es una película con unos paisajes increíbles, con un romance bonito y una buena comedia ocasional.
Los actores están bien, y a su buen hacer habitual se une un despliegue físico brutal por parte de ambos. Las escenas de acción están muy bien rodadas, así como algunos momentos íntimos de la pareja. El guión es bastante sólido, aunque en algunos puntos -sobre todo en los referentes a la comedia- deja todo el peso en los actores. El ritmo es algo irregular, en general las aventuras y dificultades del viaje están bien reflejadas, pero el desarrollo de la relación de los protagonistas se me antoja algo acelerado.
Es una película que tuvo que resultar increíble en su época. Sin embargo me parece que ha envejecido fatal. Su idea ha sido copiada y refinada hasta la saciedad durante más de medio siglo. La idea es buena y la factura notable, y hay momentos de muy gran cine en ella, sin embargo no puedo evitar sentirme algo decepcionado tras su visionado. La cesta es buena, pero los mimbres son tan increíbles que creo que en un primer visionado es imposible no ir con unas espectativas demasiado altas.
El motín del Caine
En esta película que hizo que Michael Caine escogiera ese nombre artístico conviven dos películas: una , la que no le importa a nadie; y otra, la que todos queremos ver. Digamos que el protagonista de la película no es Humphrey Bogart, ni siquiera el amotinador, si no un joven alférez salido de Princeton a través de cuyos ojos vemos la historia. El cadete tiene sus pequeños problemas familiares con el choque entre su madre aristócrata y una especie de corista de la que parece enamorado, y luego vemos como tiene su ideal recto de un capitán que choca ante el primer mando del Caine y luego se va desencantado con la locura paranoica de Bogart. Entiendo que el autor de la novela y los guionistas querían usar este punto de vista, en el que desencanto y la madurez se van desarrollando… pero sencillamente esta historia es anodina y tópica como ella sola, no tiene emoción y se hace lenta y pesada (no culpo especialmente a los actores, los pobres no tienen mucho material al que agarrarse).
Lo interesante de la película es, claro, el motín, sus orígenes y sus consecuencias. Nuevamente aquí me ha sorprendido Bogart con su personaje, desde luego nada agradecido de cara al público, pero una auténtica golosina para un actor. En su segunda mitad creo que acentúan demasiado su paranoia y lo desdibujan demasiado; la interpretación de Bogart pasa a ser más “obvia” y no me gusta tanto, aunque aquí creo que el problema es de la película en si, cuyo montaje me parece erróneo en este sentido ya que parece que el capitán pasa de ser un poco estricto e hipócrita a un loco en demasiado poco tiempo.
En cuanto a las consecuencias, el último cuarto de la película lo compone el juicio, tan sobrio, elegante y épico como lo son los grandes juicios cinematográficos, añadiendo en este caso la rigidez de los juicios castrenses, donde los abogados tienen mucho menos margen para maniobrar y donde además conceptos como el honor o la cobardía son muy importantes. La película resuelve bien el juicio, y lo culmina además con una grandísima escena posterior, si bien si tengo que decir que peca algo de pasar del respeto al estamento militar al tono propagándistico, teniendo en cuenta que cuenta un motín y que se filmó en plena caza de brujas me parece casi normal y creo que no molesta demasiado, no obstante tiene ese aire del que me parece justo y necesario advertir.
En líneas generales es una película algo irregular, ya que el protagonista principal no le importa a nadie, pero toda la parte del motín, con la monstruosa interpretación de Bogart al frente, es toda una gozada. No siendo redonda, me parece muy recomendable.
El halcón maltés
Le tenía algo de miedo a esta película, pues en el cine negro encontramos auténticos películones, pero son también obras muy densas. Y la película me sorprendió muy gratamente. No llega a ser tan buena como "El sueño eterno", pero para compensarlo es bastante más sencillita de lo que pensaba, con un número de personajes bastante corto y una trama simple en la que uno nunca se pierde a pesar de que los personajes nunca dejan de engañarse los unos a los otros.
El personaje de Bogart no es tan carismático como Philip Marlowe, tira menos de cinismo y recurre más a la violencia, pero no obstante no deja de llenar la pantalla en ningún momento. Con el personaje de Mary Astor ya diría otra cosa, su personaje no termina de gustarme y diría que es lo más flojo de la película. El resto de los actores están francamente bien, dando una gran entereza a sus personajes. La dirección es obviamente clásica, sin grandes alardes en cuando a la fotografía o los encuadres. El montaje es directo y no da descanso al espectador, pero eso ocasiona que la película ni siquiera llegue a los cien minutos y tenga un ritmo muy elevado. El guión es una pequeña joya, desarrollando bien su trama e introduciendo giros de guión cada pocos minutos que -no obstante- resultan muy lógicos; todo se sucede a gran velocidad y no hay escena que sobre o que falte, todas las escenas están diseñadas para avanzar en la trama, dibujando esbozos de sus arquetípicos personajes durante el proceso.
Es considerada como la primera gran película del cine negro, aquella que puso el molde y definió los clichés habituales del género, con un detective cuyos servicios son requeridos por una femme fatal que miente más que habla y esta envuelta en una trama repleta de muertos. Absolutamente recomendable. Es una perfecta definición del género, siendo una película que enarbola muchas de las virtudes del género pero que además apenas muestra ninguno de sus característicos defectos.
Cayo Largo
"Cayo Largo" es una película extraña de ver hoy en día. Narra un tenso secuestro en el que Bogart y la familia de uno de sus antiguos subordinados en la II Guerra Mundial se encuentra a merced de una suerte de Lucky Luciano. Toda la película se sucede con una extraña calma tensa donde, a pesar de estar retenidos a punta de pistola, Bogart casi intima con los ganster, a los que les agrada su estilo directo y carente de hipocresía.
Bogart y Bacall están bien y sigue habiendo una química brutal entre ellos, y Robinson es uno de esos actores que hemos visto en mil películas y que domina la pantalla tanto como otros actores míticos de la época. Es una película que se ve rápido, aunque tiene un ritmo raro pues salvo momentos puntuales no parece haber una verdadera amenaza y eso me choca como espectador actual, aunque lo veo lógico y razonable pues sencillamente los personajes no se quieren tirar toda la aventura con la espada de Damocles sobre sus cabezas. Bogart no va a morir por una tonteria, y Robinson tampoco quiere matar porque si porque es un gangster, no un mero psicópata. Y tan bien definidos como Bogart y su antagonista están todos los personajes, todos tienen momentos aparentemente irrelevantes para la trama y algo extraños que, no obstante, los definen como individuos propios y no como meros comparsas de los protagonistas de la historia (aunque en algunos de ellos se tira un poco de tópicos).
No es la mejor película que jamás haya visto, pero si me parece un largometraje muy correcto, muy simbólico también de la realidad americana de los años 50, o de la propia edad de los 50, cuando todas las guerras se han librado y las personas no saben muy bien que hacer, aferrándose a su pasado intentando evitar el sopor de la ancianidad.
Casablanca
No se puede reseñar "Casablanca", al menos no se puede hacer hoy en día. "Casablanca" es demasiado grande y ha sido demasiado referenciada. Sin apenas esfuerzo se pueden enumerar varias de la frases más míticas de la historia del cine, y no hablamos de frases menores, hablamos de cosas como "siempre nos quedará Paris", "este es el principio de una hermosa amistad", esa "tócala otra vez, Sam" que en verdad nunca se dice o la mejor interpretación de la Marsellesa de la historia. Y lo que se dice con las frases, se dice con las escenas, también plagiadas y homenajeadas hasta la saciedad.
No hay película como "Casablanca". Uno podría pensar en "Lo que que el viento se llevo" o "Ciudadano Kane", pero por extensión o densidad son distintas. Casablanca es puro divertimento, es ligera y se ve en nada, es muy revisitable. El guión es sublime, da información en cada momento y está repleto de comedia que no obstante suma al total y en ningún momento parece prescindible. La película apenas se desarrolla en un par de días y el ritmo lo agradece, siendo bastante ágil (sólo se me hace un poco pesado el flashback de Paris). La fotografía es redonda, mostrando el uso tan refinado de la luz y del humo de tabaco que tenían las películas de aquellos años. De los actores poco se puede decir, todos los papeles son un regalo para sus interpretes, pero desprendiendo todos carisma de principio a fin quedan eclipsados por Rick y Louie, siendo el primero el papel de Bogart de toda la vida y siendo el segundo el único que uno imagina que el primero respetaria.
No es la mejor película de la historia ni de lejos, pero si es una película absolutamente redonda en la que todo funciona y que desprende carisma por todos sus costados. Sin lugar a dudas, la mejor muestra de lo que era la llamada edad de Oro del cine. Absolutamente recomendable.
El motín del Caine
En esta película que hizo que Michael Caine escogiera ese nombre artístico conviven dos películas: una , la que no le importa a nadie; y otra, la que todos queremos ver. Digamos que el protagonista de la película no es Humphrey Bogart, ni siquiera el amotinador, si no un joven alférez salido de Princeton a través de cuyos ojos vemos la historia. El cadete tiene sus pequeños problemas familiares con el choque entre su madre aristócrata y una especie de corista de la que parece enamorado, y luego vemos como tiene su ideal recto de un capitán que choca ante el primer mando del Caine y luego se va desencantado con la locura paranoica de Bogart. Entiendo que el autor de la novela y los guionistas querían usar este punto de vista, en el que desencanto y la madurez se van desarrollando… pero sencillamente esta historia es anodina y tópica como ella sola, no tiene emoción y se hace lenta y pesada (no culpo especialmente a los actores, los pobres no tienen mucho material al que agarrarse).
Lo interesante de la película es, claro, el motín, sus orígenes y sus consecuencias. Nuevamente aquí me ha sorprendido Bogart con su personaje, desde luego nada agradecido de cara al público, pero una auténtica golosina para un actor. En su segunda mitad creo que acentúan demasiado su paranoia y lo desdibujan demasiado; la interpretación de Bogart pasa a ser más “obvia” y no me gusta tanto, aunque aquí creo que el problema es de la película en si, cuyo montaje me parece erróneo en este sentido ya que parece que el capitán pasa de ser un poco estricto e hipócrita a un loco en demasiado poco tiempo.
En cuanto a las consecuencias, el último cuarto de la película lo compone el juicio, tan sobrio, elegante y épico como lo son los grandes juicios cinematográficos, añadiendo en este caso la rigidez de los juicios castrenses, donde los abogados tienen mucho menos margen para maniobrar y donde además conceptos como el honor o la cobardía son muy importantes. La película resuelve bien el juicio, y lo culmina además con una grandísima escena posterior, si bien si tengo que decir que peca algo de pasar del respeto al estamento militar al tono propagándistico, teniendo en cuenta que cuenta un motín y que se filmó en plena caza de brujas me parece casi normal y creo que no molesta demasiado, no obstante tiene ese aire del que me parece justo y necesario advertir.
En líneas generales es una película algo irregular, ya que el protagonista principal no le importa a nadie, pero toda la parte del motín, con la monstruosa interpretación de Bogart al frente, es toda una gozada. No siendo redonda, me parece muy recomendable.
El halcón maltés
Le tenía algo de miedo a esta película, pues en el cine negro encontramos auténticos películones, pero son también obras muy densas. Y la película me sorprendió muy gratamente. No llega a ser tan buena como "El sueño eterno", pero para compensarlo es bastante más sencillita de lo que pensaba, con un número de personajes bastante corto y una trama simple en la que uno nunca se pierde a pesar de que los personajes nunca dejan de engañarse los unos a los otros.
El personaje de Bogart no es tan carismático como Philip Marlowe, tira menos de cinismo y recurre más a la violencia, pero no obstante no deja de llenar la pantalla en ningún momento. Con el personaje de Mary Astor ya diría otra cosa, su personaje no termina de gustarme y diría que es lo más flojo de la película. El resto de los actores están francamente bien, dando una gran entereza a sus personajes. La dirección es obviamente clásica, sin grandes alardes en cuando a la fotografía o los encuadres. El montaje es directo y no da descanso al espectador, pero eso ocasiona que la película ni siquiera llegue a los cien minutos y tenga un ritmo muy elevado. El guión es una pequeña joya, desarrollando bien su trama e introduciendo giros de guión cada pocos minutos que -no obstante- resultan muy lógicos; todo se sucede a gran velocidad y no hay escena que sobre o que falte, todas las escenas están diseñadas para avanzar en la trama, dibujando esbozos de sus arquetípicos personajes durante el proceso.
Es considerada como la primera gran película del cine negro, aquella que puso el molde y definió los clichés habituales del género, con un detective cuyos servicios son requeridos por una femme fatal que miente más que habla y esta envuelta en una trama repleta de muertos. Absolutamente recomendable. Es una perfecta definición del género, siendo una película que enarbola muchas de las virtudes del género pero que además apenas muestra ninguno de sus característicos defectos.
Cayo Largo
"Cayo Largo" es una película extraña de ver hoy en día. Narra un tenso secuestro en el que Bogart y la familia de uno de sus antiguos subordinados en la II Guerra Mundial se encuentra a merced de una suerte de Lucky Luciano. Toda la película se sucede con una extraña calma tensa donde, a pesar de estar retenidos a punta de pistola, Bogart casi intima con los ganster, a los que les agrada su estilo directo y carente de hipocresía.
Bogart y Bacall están bien y sigue habiendo una química brutal entre ellos, y Robinson es uno de esos actores que hemos visto en mil películas y que domina la pantalla tanto como otros actores míticos de la época. Es una película que se ve rápido, aunque tiene un ritmo raro pues salvo momentos puntuales no parece haber una verdadera amenaza y eso me choca como espectador actual, aunque lo veo lógico y razonable pues sencillamente los personajes no se quieren tirar toda la aventura con la espada de Damocles sobre sus cabezas. Bogart no va a morir por una tonteria, y Robinson tampoco quiere matar porque si porque es un gangster, no un mero psicópata. Y tan bien definidos como Bogart y su antagonista están todos los personajes, todos tienen momentos aparentemente irrelevantes para la trama y algo extraños que, no obstante, los definen como individuos propios y no como meros comparsas de los protagonistas de la historia (aunque en algunos de ellos se tira un poco de tópicos).
No es la mejor película que jamás haya visto, pero si me parece un largometraje muy correcto, muy simbólico también de la realidad americana de los años 50, o de la propia edad de los 50, cuando todas las guerras se han librado y las personas no saben muy bien que hacer, aferrándose a su pasado intentando evitar el sopor de la ancianidad.
Casablanca
No se puede reseñar "Casablanca", al menos no se puede hacer hoy en día. "Casablanca" es demasiado grande y ha sido demasiado referenciada. Sin apenas esfuerzo se pueden enumerar varias de la frases más míticas de la historia del cine, y no hablamos de frases menores, hablamos de cosas como "siempre nos quedará Paris", "este es el principio de una hermosa amistad", esa "tócala otra vez, Sam" que en verdad nunca se dice o la mejor interpretación de la Marsellesa de la historia. Y lo que se dice con las frases, se dice con las escenas, también plagiadas y homenajeadas hasta la saciedad.
No hay película como "Casablanca". Uno podría pensar en "Lo que que el viento se llevo" o "Ciudadano Kane", pero por extensión o densidad son distintas. Casablanca es puro divertimento, es ligera y se ve en nada, es muy revisitable. El guión es sublime, da información en cada momento y está repleto de comedia que no obstante suma al total y en ningún momento parece prescindible. La película apenas se desarrolla en un par de días y el ritmo lo agradece, siendo bastante ágil (sólo se me hace un poco pesado el flashback de Paris). La fotografía es redonda, mostrando el uso tan refinado de la luz y del humo de tabaco que tenían las películas de aquellos años. De los actores poco se puede decir, todos los papeles son un regalo para sus interpretes, pero desprendiendo todos carisma de principio a fin quedan eclipsados por Rick y Louie, siendo el primero el papel de Bogart de toda la vida y siendo el segundo el único que uno imagina que el primero respetaria.
No es la mejor película de la historia ni de lejos, pero si es una película absolutamente redonda en la que todo funciona y que desprende carisma por todos sus costados. Sin lugar a dudas, la mejor muestra de lo que era la llamada edad de Oro del cine. Absolutamente recomendable.
2 comentarios:
El buen cine es imperecedero. No he visto todas las que aquí has reseñado. Me gusta muchísimo y de manera especial El Halcón Maltés.
La era dorada del cine no pasa de moda para aquellos que nos gusta ver el cine como arte.
Es satisfactorio como dedicas buenos espacios de tu blog a este tipo de entretenimiento.
El halcón me sorprendió mucho. El sueño eterno diría que me parece mejor, pero esta es menos enrevesada y aunque no este Bacall el resto de secundarios tienen un carisma espectacular.
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