Largos han sido los años para ver el cruce entre la serie Fire Emblem y la franquicia Megaten... y al final lo que ha salido no es lo que nadie esperaba, y la distribución ha sido penosa... pero la espera ha merecido la pena.
Hace 5 años, la pequeña Tsubasa sufrió un trauma cuando durante una actuación de su hermana, tanto esta como la mayor parte de la audiencia desaparecieron misteriosamente. Ahora, una ya adolescente Tsubasa intentará entrar en el mundo de las idols para encontrar alguna pista sobre el paradero de su hermana... sin embargo durante el casting sufren el ataque de unos extraños seres, a los que ella y su amigo Itsuki sólo pueden enfrentarse por medio de otro par de seres que parecen estar de su lado y que responden a los nombres de Chrom y Caeda (porque al parecer los traductores no sabían que esta había sido traducida como Sheena en los juegos anteriores). Es el comienzo de una épica aventura contra espíritus de otro mundo... ¡y también el principio de una carrera hacia el estrellato!
Esta soberana chorrada es el argumento de este surreal cruce entre la saga de fantasía épica medieval "Fire Emblem" y la saga de rol oscuro "Shin Megami Tensei". Aún cuando desde el primer momento dijeron que la idea de este juego partía de la imagen de ver un caballero pegaso volando entre rascacielos (escena que esta presente en el juego como uno de sus primeros grandes momentos), creo que pocos imaginaban que el juego acabaría siendo lo que ha sido... una especie de aventura de cultura j-pop con las idols como motor argumental. La trama del juego, con vínculos sociales, una estética claramente basada en el anime y mil y una referencias a la cultura otaku más marginal colocan el juego mucho más cerca de lo que es la subsaga "Persona" que de la oscuridad paranoica de los Megaten tradicionales. Pero soy un otaku más que confeso, y uno de mis juegos favoritos de Wii es el siempre infravalorado Sakura Wars (ver reseña)... esta chorrada superlativa no podía sino encantarme. Y más porque, además, sencillamente es un grandísimo juego.
La jugabilidad de este Tokyo Mirages es muy sencilla, tenemos unos escenarios extremadamente pequeños en los que se desarrolla la historia y donde podemos acceder a alguna tienda y misión secundaria, y donde además están las puertas a unas dimensiones llamadas "idolaspheres" que hacen las veces de mazmorras, mazmorras ya bastante más extensas y donde además encontramos diversas mecánicas a modo de puzles que las hacen distintas unas de otras. En estas mazmorras además nos encontramos con los "mirages", unos enemigos a los que nos enfrentamos en unos combates por turnos en los que a las clásicas magias, clases cerradas y dinámicas de debilidades y fortalezas de los megaten se les suman los triángulos clásicos de Fire Emblem, dando a los combates un aspecto sumamente estratégico en el que en caso de error podemos morir fácilmente. Naturalmente tenemos la opción de enlazar combos -en esta ocasión por medio de las habilidades pasivas-, y pronto hemos de aprender como hacerlo y como aprovechar las debilidades de nuestros enemigos pues la dificultad no deja de ser alta las dos franquicias originales y este cruce no decepciona en este sentido.
A nivel de estrategia señalar que únicamente tenemos a tres personajes en batalla simultáneamente, y uno de ellos siempre es el protagonista, pero el juego tiene un detalle que me encanta y que es relativamente inusual y es que no penaliza con un turno el cambiar un personaje por otro entre los acompañantes (acompañantes cuyo control podemos dejar en manos de la máquina, pero que creo que es más útil manejar manualmente).
La versatilidad de los personajes en batalla es bastante grande, las opciones referentes a "armaduras" son bastante escasas, pero podemos obtener un gran número de habilidades activas, pasivas y de grupo de mano de las armas conforme aumentamos su nivel. En este juego desaparecen las fusiones de demonios, entrando en su lugar una especie de fusiones de armas en base a objetos recolectados que llevará a cabo una Tiki reconvertida a Catedral de las Sombras; aquí se encontraría no obstante un importante fallo del juego, pues como en muchos megaten el proceso de fusionado es poco ágil y se hace repetitivo y pesado.
Estas armas obtenidas gracias a Tiki y que se supone que son la forma física de batalla de los "mirages" que nos acompañan no resultan tan carismáticas como los demonios de los megaten, pero creo que es comprensible que habida cuenta de que los protagonistas están acompañados por espíritus de la saga Fire Emblem estos sean fijos y se conviertan en secundarios y no sean sustituidos constantemente mediante fusiones que no dejarían de parecer una extraña forma de "asesinato" (además, aunque hay cientos de personajes en la franquicia, no dejar de ser extraño categorizarlos por niveles, más cuando todos los protagonistas además pertenecen a la clase "lord"). Es un poco triste, no obstante, que haya tan pocos personajes, pues apenas tenemos una decena por el bando de los buenos y otra por el bando de los malos (y ello considerando todos los que aparecen en las tramas secundarias), personajes que además pertenecen a la primera entrega de la saga (ver reseña) y su secuela, y al reciente Awakening (ver reseña). Es una pena que, al margen de algunos pequeños cameos, no veamos a una Eirika, a un Ike o a algún otro de los tantos personajes míticos de la franquicia.
Gráficamente es un juego muy agradable a la vista. Aunque juega con la trampa de que sus escenarios son muy pequeños, esto permite que los personajes estén muy detallados, y esto unido a su colorido los hace muy agradables a la vista. En los combates los protagonistas se muestran casi en primeros planos, y todas las acciones y combos dobles -la mayoría de los ataques especiales están disfrazados de pequeños conciertos- están pensados para conseguir la mayor espectacularidad posible, y lo consiguen. Además el juego esta plagado de multitud de pequeñas cinemáticas que, además de reforzar los momentos más dramáticos, actúan también como motor cómico mostrándonos los avances de los protagonistas en sus surreales carreras dentro de los campos de la actuación y la música. Con una trama tan centrada en la cultura j-pop era obvio que la música tenía que ser muy importante, y aquí tenemos muchas y muy variadas canciones que encajan como un guante en el juego, así como una colección de seiyuus de bastante renombre que sencillamente tuvieron que divertirse mucho interpretando papeles tan estereotipados y exagerados. Técnicamente habría que finalizar comentando el acertado uso del tabletomando, además de para mostrar info de los personajes-enemigos y el mapeado, como una especie de chat entre los personajes que resulta muy entretenido y refuerza la narrativa de las relaciones de estos.
En cuanto a duración, se trata de un juego pequeño en su mapeado, pero debido a su elevada dificultad son varias las decenas de horas que lleva finalizarlo. Si además se quieren acabar todas las misiones secundarias de los personajes, donde verdaderamente se exploran sus personalidades y donde el juego muestra sus momentos más surreales con partes que jugablemente son puras novelas visuales, la duración se dispara por encima de las 50 horas. Naturalmente el juego se puede rejugar heredando trofeos, habilidades y datos de la partida anterior, y tenemos entonces también más niveles de dificultad. Para finalizar todas las misiones secundarias de NPCs -no demasiado inspiradas- y para obtener todas las formas de las armas, necesitaremos varías partidas o, sencillamente, muchas horas.
El juego es una rareza extrema. Una frikada superlativa que parece fuera de nuestros días y, desde luego fuera del mercado mayoritario de los videojuegos. No es una gran superproducción, pero tampoco es un juego marginal como pueden ser todos esos JRPGs clónicos tipo "Neptunia", y no deja de ser extraño que Nintendo haya acabado financiando un producto así, y supongo que -aún con su censura- si nos ha llegado es sencillamente porque para la consola no salen apenas juegos y había que llenar catálogo. No obstante, es un muy buen juego... diseñado contra toda lógica empresarial para un público muy concreto y muy reducido, público en el que afortunadamente me encuentro y que hace que no pueda hacer otra cosa que recomendar enfervorizadamente la compra de este juego porque me gustaría desde ya ver una segunda parte o una franquicia basada en el aspecto musical de este juego.
4 comentarios:
No existe mayor milagro que este juego se haya editado en europa en físico. Es que no creo que venda ni 200 unidades.
"El Team Maniax (el equipo principal de SMT) está con SMT IV Final y el Persona Team con Persona 5, por lo que para Shin Megami Tensei X Fire Emblem Atlus ha montado un curioso equipo de desarrollo que está formado principalmente por el equipo responsable de Radiata Stories y SMT: Devil Survivor junto al director de SMT: Strange Journey, pero contando con colaboradores externos como toi8 para el diseño de personajes, Yoshiaki Fujisawa (Love Live! School Idol Project) como compositor musical o Hitoshi Yamagami (Fire Emblem, Xenoblade) de Nintendo como productor"
Es un comentario de Roy (otakufreaks) que me pareció que aporta mucho. Este juego ha sido un fenómeno muy singular, variopinto desde lo interno hasta lo visible. El propio concepto del juego es un bonito mosaico, pero es que ya desde su gestación hasta el resultado lo ha sido, y finalmente aparece la circunstancia de su publicación PAL.
Ojalá pueda jugarlo algún día, aunque a simple vista no me atraiga.
Tenía muy buena pinta cuando lo vi en tu casa. Si algúna vez en un futuro te pido la Wii U, seguro que es uno de los que me jugare. Y tu, a ver cuando te animas con el Persona 4 :P
pablo q, no creo que hayan puesto demasiadas a la venta, y desde luego en España han volado... yo he tenido que pillarlo en digital (aunque eso a Ninty supongo que no le molestará lo más mínimo).
La producción del juego ha sido un infierno. Atlus ha puesto más o menos a algunos de sus hombres, pero Nintendo ha controlado mucho el juego.... y ni unos ni otros sabían lo que querían hacer XD. Han rehecho el juego 2 o 3 veces.
El juego es una rareza muy extraña, pero me gusta, no es ni un Fire Emblem con cosas de SMT ni un SMT con skins de Fire Emblem. Aunque beba sobre todo de SMT (y de Persona), es un juego que tiene su propia personalidad. Tiene defectos, por supuesto, pero es un buen juego con cositas muy interesantes, y me encantaría ver alguna secuela en la que pulieran la jugabilidad.
Setzer, estoy un poco saturado de fusiones tras este, así que supongo que hasta el verano que viene no volveré a acercarme a la franquicia.
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