martes, febrero 19, 2019

El florecimiento de la belleza

Yagate Kimi ni Naru

Touko es la clásica presidenta perfecta del consejo estudiantil de un colegio japonés, perfecta hasta decir basta. No obstante, tras su fachada alberga inseguridades y traumas como cualquier otra chica, y a ellas llega Yuu, una chica con bastante seguridad pero una aparente apatía general. Esta serie narra el inicio del lento pero firme romance en el que ambas se apoyarán la una en la otra para crecer como personas.
Es difícil definir esta serie, es un romance y hay momentos para la comedia y el idealismo, pero es también un drama excelentemente construido sobre la falta de identidad y el descubrimiento de uno mismo. Hay tensión romántica e incluso hay una contendiente, y la serie no obvia el tabú del lesbianismo en una sociedad tan particular como la japonesa. Hay escenas tiernas, pero también incluso alguna ligeramente carnal muy lógica, pero es una serie mucho más psicológica que física y los grandes conflictos de los personajes están dentro de ellos. Esta serie es, ante todo, una buena serie. Tiene unos personajes muy sólidos y un drama que se desarrolla exquisitamente. Es bonita de ver por el cariño que se les coge a unos personajes que tienen no pocas imperfecciones y a los que vemos vacilar constantemente e incluso errar debido a sus inseguridades, pero todo ello narrado siempre de forma consecuente. La narrativa es por lo que destaca esta serie.
Verdaderamente, Yagate Kimi ni Naru no inventa nada, pero sencillamente lo que hace lo hace extraordinariamente bien. La serie es la definición de elegancia. Obviamente el mérito en su mayor parte es del manga original, pero su narrativa elegante y su ritmo pausado centrado en el desarrollo de personajes son respetados en un anime que ni siquiera intenta tener un clímax final obvio (la serie se encamina hacia un festival escolar que parecería el final lógico pero que no vemos, pero tampoco importa porque esta es una de esas historias donde lo importante es el viaje y no el destino). La serie tiene sus puntos álgidos, aquellos en los que un personaje se adentra en un territorio desconocido o toma una decisión importante, pero no es un falso drama donde estos se prevean con episodios de antelación, cada instante en la serie parece igual de importante que cualquier otro. Los momentos importantes están ahí, pero su ensalzamiento no es artificial mediante recursos baratos de la historia o el drama, son momentos pequeños o íntimos, y están realzados por las herramientas de la narración. El uso de metáforas y herramientas visuales -e incluso sonoras- de esta serie es superlativo, la serie se vale de planos y recursos tremendamente cinematográficos y al mismo tiempo usa trucos puros del manga. Si el ritmo de la historia es magnífico, su fotografía es sencillamente antológica. Visualmente la serie no es un alarde de animación como podrían serlo otras producciones donde cada pelo o cada pliegue de la ropa esta animado exquisitamente; esta es una serie relativamente barata, pero está tan increíblemente bien dirigida que el aspecto final de la serie es magnífico y cada color, cada trama, cada juego de luces y sombras y cada sonido refuerza la narrativa de la serie.
Me gusta que los animes se sientan "animes", porque es una narrativa muy potente y fresca. Esta serie es lo opuesto, es una serie absolutamente cinematográfica en su formato... pero lo hace tan bien que me gusta no como otaku si no como cinéfilo en si. Uno de los mejores animes del año pasado y, sin duda, todo un imprescindible.

3 comentarios:

El cagüai dijo...

Este fue de mis animes favoritos del año pasado sino mi referido :3
Me gustan mucho los romances en especial si son de chicas tan lindas >w<

Anónimo dijo...

Una joya de anime que merece más mérito y reconocimiento sobretodo viendo como dentro de su genero parecieran que estas obras yuri/yaoi quieren auto-sabotearse al hacer que toda las interacciones gire en una relación morbosa basado en toxicidades como normalizar el acoso físico y verbal, solo consiguen ser desagradables como ese citrus que parece ser todo el antítesis de este mismo.

eter dijo...

El cagüai, yo no suelo ser demasiado de yuris... pero este es una absoluta delicia

Anónimo, puff, es acordarme de Citrus y dolerme el alma, pero con los "yaoi" suele ser todavía peor... este género suele bordear las violaciones no se muy bien porque.