lunes, marzo 11, 2019

El cuento de la criada

Emma: a victorian romance

Adaptación de un célebre manga de Kaoru Mori, las dos temporadas de esta serie nos trasladan al Londres de finales del XIX. Emma es una joven que, tras haber crecido en las calles, ha conseguido un trabajo como doncella de una anciana institutriz que la trata casi como una hija. Un día, un antiguo alumno de su señora le hace una vista a esta, y se queda inmediatamente prendado de la disparatadamente bella  plusmarquista de la milla que es nuestra doncella protagonista. Ella es una doncella, él el hijo de una familia burguesa cuyo padre sueña con un buen casamiento. El conflicto, en plena época victoria es evidente y el romance poco menos que imposible.
Sin embargo el amor es muy intenso, y así William se opondrá a su familia y Emma se sobrepondra a una moral tan intensa como inflexible en la lucha de ambos contra la sociedad. Cualquiera que conozca un poco el periodo sabe que la diferencia de clases era poco menos que insalvable en aquella época, y uno llegaría a pensar que la serie sería muy fantasiosa porque sencillamente el romance es inconcebible y Emma no podría aspirar a más que a amante. Pero la serie lo hace muy bien, la presión de la sociedad es inmensa y la propia Emma es la que más se censura porque sabe que está arrastrando a su amado a un desastre, así mismo estamos a finales del XIX... casi un siglo después de los tiempos de Austen y salvo la aristocracia más rancia los personajes comienzan a ser más tolerantes -o comprensivos- con un escenario tan escandaloso. Si obviamos la presencia de un príncipe indio con una épica sombra con forma de cuatro bailarinas silenciosas y -sobre todo- algún que otro elefante-, la serie es extraordinariamente respetuosa con el periodo que cubre. Tiene alguna pequeña licencia dramática, pero ninguna es grave y están referidas a personajes que podríamos decir que son "un poco anime" como un par de damas excéntricas... pero en general la serie es poco menos que un tratado sobre la vida victoriana plagada de mil y un detalles muy coherentes. Quizás el Londres que se vea es un poco limpio, pero Emma no es pobre, vive con señoras de clase media, con lo que también es algo lógico y el escenario si empeora un par de veces que viajamos al Londres más sórdido (de hecho hay un par de referencias a Whitechapel)
Se trata de una serie de ritmo lento, un sencillo drama romántico con un tempo muy pausado pero bien medido. Hay algo de margen para la comedia, pero se trata principalmente de un sencillo romance que hace sufrir a los dos protagonistas y a todos los que lo rodean. No es un melodrama fácil o un anime hiperbólico y exagerado, si no una serie sobria y elegante, un anime muy sencillo y honesto que nos presenta una historia tan sencilla como universal y carente de artificios o recursos trágicos tópicos. En general todos los personajes caen bastante bien y resultan carismáticos y entrañables, lo que ayuda a empatizar mucho con ellos y a identificarse incluso con el par de personajes que harían las veces de "rivales" en conflicto romántico. Sobra decir que apenas hay acción y que lo más erótico que vemos es a la protagonista cepillarse el pelo.
A nivel técnico, la serie cambió de estudio entre sus dos temporadas, pero el director continuó siendo el mismo y el estilo tanto narrativo como artístico continuó hasta el punto de que se volvió a usar el mismo opening (o una versión de este). El diseño de los personajes es exquisito y el trabajo de fondos y escenarios muy detallado. La animación siempre se mantiene constante y, aunque hay bastante uso del ordenador, este apenas se nota más allá de alguna secuencia muy puntual.
En general es una serie que se sale mucho de lo que sería el anime moderno y que ofrece un relato y una narración muy próximo al habitual de las grandes autoras británicas del XIX. Un excelente anime que creo que todo el mundo debería ver y que puede abrir los ojos a cierto tipo de relatos e historias a un público que no está familiarizado con ellas.

5 comentarios:

Anonimatus dijo...

Una rareza dentro del anime considerando lo mucho que abundan los anacronismos y que en casi todos los protagonistas tienen personalidades y valores morales del siglo XXI o de finales del XX.

eter dijo...

Y no hay nada peor que ver a un personaje que vive en la edad media con unas ideas sospechosamente similares a nuestras ideologías actuales...

Jose Gregorio Bencomo Gomez dijo...

Por no mencionar que casi todos los protagonistas extranjeros suelen tener valores y patrones de conducta tradicionalmente japoneses.

eter dijo...

Es que todos los turistas son japonofilos de cuidado siempre XD

Mitzburn dijo...

una serie que hace mucho e la vi y simplemente genial