miércoles, mayo 20, 2020

Del Galibier a Briançon

Runway de Waratte

Cuando uno ve el perfil de una buena etapa de montaña de ciclismo le gusta ver colosos, montañas inmensas que se alzan por encima de los 2000 metros y a las cuales los ciclistas han de ascender tras 15 kilómetros de ascensión, para después precipitarse a una velocidad increíble en el descenso para encarar una montaña aún mayor. 
Luego al final la etapa puede ser una basura donde nadie haga nada. Al final todo depende de los ciclistas y del ritmo de la carrera, y una carrera rompepiernas repleta de "tachuelas" puede ser demencial si el pelotón va a toda velocidad. Pero a priori las etapas sobre las que se tienen expectativas son las grandes etapas de montaña, porque son las que dan lugar a grandes gestas, escapadas para el recuerdo con persecuciones interminables y desfallecimientos en un marco visual inmejorable. La épica más grande del ciclismo vive en estas etapas.
Y mas o menos el drama se rige por las mismas reglas. No hablo ya de la tradición occidental regida por el teatro de Shakespeare, creo que podemos remontarnos al teatro más clásico romano o griego, y a sus equivalentes orientales. Lo de cimas y valles no es algo que se haya inventando algún teórico del guión recientemente, es básicamente sentido común. El espectador o lector necesita descanso porque una obra no puede ser eternamente intensa, una obra tiene que tener partes tranquilas que inteligentemente se usaran para cimentar que el siguiente clímax sea más emotivo, y por supuesto altos y bajos no dejarán de seguir un tono constantemente ascendente que culminará en el fin de la obra. 
Ahora bien, si en una etapa de ciclismo una etapa rompepiernas puede ser entrentenida, no pasa lo mismo en la ficción. Y eso es lo que pasa en Runway de waratte. No dudo de la calidad del manga original, más bien todo lo contrario, lo peor de esta adaptación es que se puede ver que hay un gran material de fondo. Pero su ritmo lo destroza todo. Una buena serie prepara sus arcos dramáticos, serían los valles, para que emocionen al espectador cuando explotan. Eso requiere tiempo. Si quieres emocionar al espectador, ponle un Galibier, un Tourmalet, un Stelvio... no le pongas un puerto de cuarta, porque la pendiente puede ser muy elevada, pero si solo dura 2 kilómetros no va a ser tan espectacular, sobre todo cuando tras un descenso de otros dos kilómetros vuelves a meter otro puedo igual. No tienes una gran etapa de montaña, tienes una etapa rompepiernas de repechos, y eso como he dicho puede funcionar en el ciclismo, pero no en el drama.
Porque no puedes presentar un drama y desarrollarlo en ese mismo episodio, el arco de cada personaje no puede ser tan corto, le quita toda la intensidad y todo el dramatismo que podrían tener hasta que al final la serie se convierte en una parodia, en un ridículo procedimental de drama en el que en cada episodio toca arreglar los problemas de un personaje, problemas que son inmensos pero de los que hasta entonces apenas habíamos oído hablar... y de los que después tampoco volveremos a oír a hablar. No puedes hacer que un personaje no encuentre trabajo, lo haga de milagro, se emocione, lo echen, se deprima, se reanime y se redima en un único capítulo. Es demasiado. 
Y esta serie tiene unos diseños bonitos, y su animación -sin ser puntera- cumple, pero es una adaptación terrible mala que aglutina demasiados capítulos del manga en cada uno del anime. 
Luego además tendría otro problema, y es que es una serie artística... algo bastante problemático. Lo trata de una forma seria, pero el arte tiene un problema -en el que normalmente muchas series se refugian para proteger a sus personajes- y es que es subjetivo, es difícil de cuantificar. Y aquí hablamos de moda. Esta serie tiene el problema de Shokugeki no Souma y -en menor medida- Yuri on Ice, cuando un personaje muestra su colección de ropa todo el mundo se queda asombrado, todos son superbuenos y ninguno comete fallos... y al final gana el que el guión necesite, pero verdaderamente el espectador no tiene forma de saberlo antes de el resultado se anuncie, lo que siempre hace estas series muy poco gratificantes.
En fin, una serie bastante triste, porque sus mimbres se notan excepcionalmente buenos pero están urdidos con tanta prisa que el resultado es nefasto.

7 comentarios:

Ashikabi dijo...

¿Esto significa que cuando salga oooootra serie anime de ciclistas,vas a usar historias sobre ropa para explicarla?

Lechu dijo...

Como bien dices, todo iba tan rápido y el guion está tan comprimido que era agotador, hasta el punto de que no terminabas de creerte el último traumita que cogía cualquiera de los personajes. Le han faltado unos cuantos episodios, o acabar un poco antes y adaptar el concurso del final en forma de OVA. De todas maneras, a pesar de ser una adaptación un poco desastrosa se deja ver.

Siendo la serie que es y el tema que trata, debería haber sido mucho más atractiva en lo visual. El que sea tan discreta me dejó un poco 'chof'.

eter dijo...

Ashikabi, no había contemplado esa idea deliciosamente simétrica... pero ahora me dan casi ganas de ver la de ¿yowadami? pedal para poner en práctica mis excelsos conocimientos de Pret´a´porter XD.

Lechu, recuerdo que en un episodio la hermana del prota estaba encabronada... muy encabronada a cuento de nada... una escena, en la siguiente lo arreglan ya todo. Y eso eran los primeros 5 minutos del episodio. Era imposible tomársela en serio así. Los conflictos se presentaban y se resolvían a continuación, no permitían que calasen en el espectador. Una pena.

Anónimo dijo...

Zadkiel

Creo que nunca había leído tanto sobre ciclismo xD, supongo que querían hacer un anime para promocionar el manga, pero este no subió nada sus ventas y el blu-ray no vendió nada tampoco, vi una lista donde estaba último con 127 copias por debajo de Oda Cinnamon Nobunaga.

Se saltaron capítulos enteros, uno del principio donde Chiyuki acompaña a Ikuto a comprar telas y unos tipos confunden a Ikuto por una mujer y tratan de llevarlo a un karaoke o algo así y Chiyuki lo salva xd también se saltaron los inicios de la trama romántica entre ambos.

Por fortuna la Shonen Magazine no pide tantas ventas como la Jump, y este manga ya ha estado nominado a varios premios, por lo que es de esos mangas que se mantiene porque sube el prestigio de la revista aunque no venda tanto.

Lo dicho, no puedo recomendar lo suficiente el manga (aunque ahora mismo no lo traducen ni en coreano, y tengo que conformarme con ver las Raws) es una joya, que a riesgo de sonar repetitivo, yo la pongo casi al mismo nivel que los kotos, y es muy triste ver lo opuestamente diferentes que resultaron sus adaptaciones.

eter dijo...

Uff... muy tristes esas ventas. El mercado doméstico está también ya muy muerto allí y supongo que solo se mantendrán las ventas de las series con un fandom más otaku en el peor sentido de la palabra, y esta que tira por un público más adulto y encima ha sido decepcionante como adaptación...
Muy extraño, porque además esta es una serie que a nada que hagas con un poco de ambición la puedes meter bien en el mercado internacional por plataformas de streaming. Si encuentras Ballroom en Amazon y 3-Gatsu en Netflix, está sería más comercial que ambas y podían haber usado el anime también con vistas al manga a nivel mundial... pero han sido muy poco ambiciosos con el producto.
Como dices, lo mínimo era el nivel de los kotos, que sencillamente hace lo que tiene que hacer (e incluso en algún momento puedes decir que ralentiza demasiado la trama al final... pero mejor eso que esto, claro)

OtakuLogan dijo...

eter opositando a compositor de etapas del Tour, veremos su huella en los recorridos como vemos una S en todos los campos de golf diseñados por Severiano Ballesteros...

eter dijo...

Bueno, hace unos años cualquier aficionado podría diseñar buenas etapas, ahora están haciendo algunas cosillas bastante interesantes... poco a poco se han librado de la obligación -o el negocio- de empezar y acabar etapas en grandes ciudades.