martes, enero 30, 2018

Una puerta a ¿alguna? parte

Animegataris

Esta es una serie extraña, extremadamente extraña. Sus diseños coloridos y bonitos enmarcaban en un principio la enésima serie de clubs de instituto, ubicándose en un club de anime que le daba para parodiar los tópicos del género mientras sus protagonistas acudían a eventos y se enfrentaban al malvado consejo de estudiantes. Aunque algo irregular, una serie que debatía sobre "la regla de los tres capítulos" en el tercer capítulo era simpática. El romper la cuarta pared y tirar de metalenguaje es algo que ya está muy visto, pero si se hace bien sigue siendo bastante efectivo, sobretodo en productos autoreferenciales que debaten sobre la industria y sus clichés citando con poca sutileza ejemplos de series actuales. Con un plantel más o menos simpático de personajes que se amoldaban a los estereotipos de los diversos otakus, los debates resultaban curiosos y uno podía obviar que había por ahí un gato que hablaba y que la serie tenía una obsesión enfermiza con el "eye candy" de la amiga de la prota.

Sin embargo a partir de su segunda mitad la serie comienza un viaje hacia la locura, donde es todo tan exagerado, tan loco y tan carente de sentido que el producto acaba ganando identidad y carisma. El club de anime pronto acaba produciendo un anime de una calidad épicamente mala, pero ello es sólo un preámbulo a un par de episodios finales donde todo se convierte en metalenguaje y donde los personajes parecen ser conscientes de su naturaleza de entes de ficción y luchan contra ello. Hablamos de un nivel "space balls", donde en un episodio podemos ver varias veces el opening y donde el hecho de que haya un gato parlante pasa a ser casi lo más lógico y natural del mundo. Este final no me parece que termine de funcionar, pero sencillamente no concibo imaginar que pretendían los guionistas de esta serie. Es como si todo fuera una partida de rol donde las pifias se sucedieran una tras otra y los protagonistas huyeran hacia delante sin saber hacia donde, donde todo vale narrativa y formalmente y donde todo cambia radicalmente en cuestión de minutos. Es difícil describir esta serie sin spoilers, pero el hecho de que haya spoilers en una serie de clubs de instituto ya dice mucho de ella porque no hablamos de revelaciones tipo "a este personaje le gusta este otro", no, hablamos de disparates argumentales que la serie suelta sin ningún tipo de complejo.

Es todo tan... surreal, que creo que precisamente por ello la serie es digna de ser vista. No digo que sea recomendable, no digo que sea una buena serie o que sea siquiera entretenida, pero en su recta final es todo tan loco que creo que por simple curiosidad cualquier otaku hastiado de decenas de series iguales ha de darle una oportunidad a... esto. 

sábado, enero 27, 2018

Mangakas con la lección bien aprendida

Bokutachi wa Benkyou ga Dekinai

A pesar de que Esprit se serializó durante algunos años, la carrera de Taishi Tsutsui no parecía especialmente exitosa; muchas de sus series parecen haber recibido guillotinazos de revistas y creo que probablemente su trabajo más famoso sea ese spin-off de Nisekoi que tenía como protagonista a Kosaki-chan en su versión magical girl con pezones. Las credenciales no eran las mejores, pero con esta serie que en scans se ha traducido como "We never learn!" el autor ha dado el pelotazo y puede rellenar ese importante hueco de harem principal de la Jump. 
Lo primero que llama la atención de esta serie es su dibujo y lo bien que este entra por los ojos, sencillamente la serie es muy bonita. Los fondos son los habituales fondos urbanos que cualquier asistente puede dibujar y guardar en un ordenador para su uso posterior, pero eso no es muy importante en una comedia romántica de instituto. lo importante en una serie de este tipo son, obviamente, las chicas, y el dibujo de estas es muy agradable. La serie es un harem con tintes echii, eso no se puede negar, pero las chicas no se bañan en todos los episodios y el protagonista no se cae encima de ellas... muchas veces vemos un diseño simplificado y cómico de las protagonistas, o uno que no resulta especialmente sexual y que solo es bonito. Ocasionalmente si que se dibuja de una forma más sexy a las chicas, pero esto suele coincidir con algún momento en el que el protagonista -que no es de piedra- se siente atraído por ellas. El fanservice existe en la serie, pero la serie funciona sobre su comedia; su historia es sencilla, pero se agradece que se esfuerce en intentar tenerla y el autor no insulta al lector limitándose a dibujar un pseudoujin semanal.   
La historia es muy sencilla. Nariyuki es un muchacho muy pobre pero también muy responsable que quiere entrar en una buena universidad para ayudar a su familia, no es especialmente listo pero gracias a sus esfuerzos está a punto de conseguir su objetivo. El director de su instituto le propone ayudarle, siempre que en compensación ayude a un par de genios a aprobar unas asignaturas en las que son unas negadas, naturalmente estas genios son todas chicas muy guapas que además irán creciendo en número.
Como he comentado previamente, la serie es un poco harem echii, pero sobre sobre todo una comedia romántica, y aquí pasa algo tan inusual como digno de celebración como es el hecho de que más o menos todas las heroínas caen bien y funcionan muy bien en la trama. Todas ellas son diferentes, pero se complementan entre ellas y constituyen un buen motor para la comedia. Así mismo, uno se cree la amistad que existe entre ellas y que el incipiente e inseguro interés romántico de cada una de ellas en el protagonista no lo arruine. La serie sigue un poco esa estructura clásica en la que capítulos y arcos se distribuyen homogéneamente entre las diversas chicas, todos ellos suelen ser bastante disfrutables y tras su lectura uno suele "apoyar" a esa chica. Además no hay una ganadora obvia entre todas las chicas, y aunque parece claro que habría que apostar por una de las trío -o dúo- inicial, no tenemos ninguna chica que parezca un caballo perdedor desde el principio. El protagonista, por su parte, si bien se encuadraría dentro del tipo de héroes serios y tiene un poco de esa densidad necesaria para mantener la comedia en este tipo de series, tampoco es un bloque de hielo y su inseguridad e indecisión funcionan bien al servicio de las tramas románticas de la serie. 
No es un manga que invente nada, es una serie que recoge a la perfección el testigo de harems clásicos con un claro componente de comedia. No es una mala serie, y tiene unas heroínas simpáticas y equilibradas con las que ganarse al lector al que atraerá su bonito dibujo.

miércoles, enero 24, 2018

¿Dioses o demonios?

DUELO XXVII
Godzilla: Kaijuu Wakusei 
vs
Mazinger Z Infinity

Estos días han supuesto un pequeño regalo para los otakus más nostálgicos, pues los americanos no lo eclipsan todo -o al menos saben que fagocitar- y al margen de las megaproducciones con las que quieren aprovechar el nombre del monstruo de la Toho nos ha llegado via Netflix una reinvención del monstruo por parte del estudio Polygon Pictures, y -paralelamente- los astros se han alineado y se ha estrenado en España (y en muchas más salas de las que cabía esperar) la película de animación aniversario del mítico robot de Go Nagai. 

¿Cual de estos dos productos es más recomendable? 

Como película...

Godzilla, sin duda. La película de Godzilla no es especialmente disfrutable de cara al público, se puede decir que falta acción, y también que uno no simpatiza especialmente con el protagonista. Pero es una película sólida. Se nota -quizás más para mal que para bien- que la película es el principio de una trilogía, gasta prácticamente la mitad de su metraje en explicar la situación en la que se encuentran los humanos y sus benefactores, presenta a los personajes y explica sus motivaciones. Todo muy sólido. El guión de la película -partiendo de la premisa de que tiene que colocar como centro de la historia a un megalagarto con aliento radioactivo- está bastante trabajado. Todo es tan serio que uno tiene la sensación de que a la película le falta un pequeño grado de locura; es normal que en las películas del monstruo veamos drama humano y tramas políticas, pero a uno siempre le da la sensación de que estorban porque lo único que quiere es ver al bicho cargándoselo todo. Esta Godzilla Kaijuu Wakusei, seguramente porque está preparando el terreno para el resto, es demasiado fría.
Mazinger Z es una fumada, una sucesión de chorradas que vive en los sencillos argumentos de los años 70, donde con decir palabras rimbombantes de física cuántica cualquier idea quedaba más o menos bien explicada. La película es puro fanservice, con personajes y monstruos de la franquicia reunidos por un gigantesco Deux Ex Machina -expresión literal, de hecho- y donde tenemos una breve reflexión sobre la responsabilidad y la aceptación de la adultez de manos de androides, alienígenas, viajes interdimensionales y un doblaje más que discutible. La serie es una huida constante hacia delante que requiere por completo la complicidad del espectador, así que sobra decir que un producto tan sorprendentemente serio como Godzilla es muy superior en el sentido cinematográfico. 

Como espectáculo...

Como he comentado previamente Godzilla es fría, es una película que expone una situación y nos prepara para un escenario mayor, las escenas de acción son muy espectaculares (hace tiempo que Sidonia o Ajin nos enseñaron a perderle el miedo a la animación por ordenador de este estudio), pero son también quizás demasiado rápidas o tajantes, y sobre todo son escasas. Uno quería ver a Godzilla contra Kaijus, y no lo ve más allá de una gran secuencia de inicio. Uno casi no ve a Godzilla por mucho que su presencia lo rija todo, en la primera mitad de la película no aparece y en la segunda comparte protagonismo con algunas otras amenazas mucho menores. La representación del monstruo es impresionante a nivel visual y sonoro, pero por desgracia es mucho más puntual de lo que uno desearía.
Mazinger Z gana aquí de calle, la historia es una chorrada... pero la acción -aunque agrupada en unas grandes setpieces- es abundante y es muy disfrutable. Mazinger tiene en verdad relativamente pocas variantes de combate, pero aquí vemos a un megarobot luchar con agilidad en tierra o en el aire y combinar con una rapidez y una versatilidad apabullante sus diversas armas. La animación por ordenador de Mazinger no está disimulada en ningún momento -supongo que incluso podría justificarse en un afán de reflejar su naturaleza robótica-, pero el aspecto visual de la película es bastante notable y este tipo de animación le da para animar como nunca al robot y hacer que de fondo veamos en movimiento a decenas de bestias mecánicas. Sus espectaculares batallas están culminadas por una vibrante banda sonora casi extraída directamente de la serie clásica, y además la película sigue haciendo gala de un sentido del humor tan anacrónico como carente de complejos.

Como fanservice...

En esta categoría vuelve a ganar Mazinger. La suya es una película muy simple con una chorrada de argumento en la que el Doctor Infierno ha vuelto a salir de no se sabe donde con un ejercito de robots malignos, Koji tiene que enfrentarse contra él mientras arregla sus jaleos con Sayaka porque nadie quiere volver a ver al Gran Mazinger... todo ello con muchas explosiones y muchas tonterias. Perfecto. Uno quiere ver la piscina del Instituto de Investigaciones Fotónicas abrirse y a Koji descender en su planeador, y si de paso vemos al Boss Borot mejor, a nadie le importa la continuidad de las escenas o que el guión sea una sucesión de tópicos y chorradas. Uno quiere ver el "Fuego de pecho", el "Puños fuera", el planeador Jet Scrander y al Baron Ashura. Todo eso te lo da la película. Mi ignorancia del mundo de esta franquicia es casi tan grande como la del universo de Godzilla, pero sé que ambas son gigantescas chorradas, así que uno no quiere ver divagaciones sobre la mitología griega y los Mazinger, sólo quiere que la trama pase lo más pronto posible para ver sus escenas de acción de toda la vida, con sus robots y enemigos clásicos (¡con Garada K7 y Doublas M2 a la cabeza!) luchando con las posibilidades de la animación moderna. Y todo eso la serie te lo da. Sólo se echa en falta que Afrodita A haga algo, por todo lo demás... perfecto. Una película para rejuvenecer 25 años con su visionado.
Godzilla nos presenta un grandísimo rey de la destrucción y nos emplaza en un escenario muy sugerente, pero todo sabe a poco. Las batallas no dejan de ser "pequeñas", y el monstruo se enfrenta a humanos... uno querría ver a Mothra, uno querría ver a King Ghidorah... pero no ve eso, quizás en esas próximas películas para las que esta parece estar preparando el terreno, pero de momento esta película de Godzilla tiene... poco Godzilla.

Y así, 2 a 1, Mazinger gana el duelo. La suya puede ser una película muy simple, un mero entretenimiento palomitero que basa todo su encanto en la nostalgia, pero funciona de sobremanera en este sentido. Godzilla es una película solida y digna, pero menos espectacular y entretenida de lo que uno querría.

domingo, enero 21, 2018

Hagotamiento

Himouto! Umaru-Chan R

La "himouto" original, sin ser nada del otro mundo, era una serie simpática y entretenida merced a su carismática protagonista (ver reseña). Aquella era una serie bastante recomendable. Esta no. Esta serie se encuentra dentro de ese selecto grupo de series cuya primera temporada resulta fresca y divertida, y en cuya continuación uno no deja de preguntarse por que está viendo eso o cuanto había mitificado erróneamente el producto original.
Básicamente esta secuela ha perdido toda su frescura, y no aporta nada para compensarlo. La trama sigue siendo la misma, e incluso se han reducido mucho los tiempos de "Himouto" en favor de los de "Umaru" conviviendo con sus amigas. La serie ha perdido gran parte de su mala baba original, y no hemos ganado nada a cambio, más bien lo contrario. Hay algún que otro momento en el que la serie flirtea con la nostalgia, con el "estos tiempos felices pasarán", y eso esta bien... pero estos momentos son los menos, como tampoco vemos nada de una revelación de la verdadera personalidad de Umaru a sus amigas, lo que verdaderamente ya resulta ridículo a estas alturas aunque sólo sea por las filigranas que tiene que hacer el guión. Sin embargo tenemos mucho de la tontería de Ebina con su enamoramiento que no llega a ninguna parte (de hecho la serie maltrata a este personaje con una trama interesante sobre su hermano verdadero que se pierde en el limbo), mucho de Kirie con sus complejos y de Sylphyn siendo Sylphyn (que es graciosa, pero no aporta nada más allá de presentar a esa gran secundaria que es su madre); resulta curioso como la serie pretende acercar mucho a las secundarias pero no llegamos a ver como ese acercamiento se hace efectivo por parte de la protagonista, aunque supongo que aquí sencillamente no le podemos pedir milagros a un 4-koma cómico, ya que cuando ese momento llegue la serie se acabará y el autor dejara de tener trabajo. Todo esto no dejaría de ser el desarrollo de secundarios, y la serie busca como nuevo motor una especie de nueva "himouto" rival para sacar a la luz el lado celoso de Umaru... toda esta parte es rara y no me parece que funcione especialmente bien a nivel cómico ni dramático (de hecho creo que el personaje de la jefa, con su enamoramiento del hermano, podría funcionar bastante mejor como rival de Umaru y propiciar su crecimiento).
En resumen, una secuela que uno podía pensar atractiva en un primer momento, pero que se revela completamente intrascendente y repetitiva, carente de la gracia y la sorpresa del original. Tecnicamente mantiene el nivel y no deja de ser una serie bonita de ver, pero es, sencillamente, una serie aburrida. 

viernes, enero 19, 2018

Un viaje demasiado guiado

Los viajes de Gullliver

Esta novela de viajes fantásticos de principios del XVIII es uno de los grandes clásicos de la literatura de todos los tiempos... pero a mi me ha aburrido de sobremanera y me veo incapaz de recomendarla a ningún otro lector.

Los viajes imaginarios del protagonista son una sátira, una crítica contra la sociedad y todo eso, pero sencillamente la novela me parece aburrida, y y además creo que ha envejecido particularmente mal. La moral que Swift (no recuerdo ahora mismo si era el autor original o un seudónimo ya que recuerdo haber leído que la obra fue publicada como anónima en su día) es demasiado obvia, y el autor carga contra toda aquella filosofía que no sea la suya, haciéndolo además de una forma tramposa y maniquea, reduciendo cualquier otra forma de pensamiento o moral al ridículo mediante escenarios y situaciones demasiado favorables a sus ideas. Únicamente en el último de los 4 viajes me parece que la sátira es verdaderamente disfrutable, con un autor ya completamente desenfadado que carga contra la condición humana... pero antes me parece un relato malo de feriante, que se dedica a ridiculizar a distintos estratos de poder o de la sociedad normalmente ajenos al pueblo llano, mofándose de ellos y complaciendo al lector u espectador con el mensaje de que ellos son los mejores. Los suyos son unos relatos bastante manipuladores que bajo un disfraz de subversión creo que albergan una herramienta de subyugación en forma de autocomplacencia de la moral y la bondad del pueblo llano inglés y su superioridad sobre todos aquellos que son distintos.

Pero lo peor de todo es que me ha parecido una novela sencillamente aburrida. Es original, eso es indudable, y sin duda en su momento muchas de sus situaciones tenían que ser fantásticas y completamente inimaginables para la audiencia, pero hoy en día me resulta demasiado difícil abstraerme para disfrutarlo merced a una situaciones que no considero especialmente ingeniosas o emocionantes debido a una narrativa demasiado acelerada donde los hechos se suceden a demasiada velocidad y donde todo es siempre conveniente para el tipo de mensaje que quiere transmitir el autor.

martes, enero 16, 2018

Superpsicópatas

Los superhéroes siguen estando muy de moda, y en su mayoría las series que protagonizan están cortadas por patrones muy similares, pero en ocasiones hay excepciones y productos muy interesantes. La historia de Legión sería una de ellas, y siguiendo con la idea de superhéroes locos, aunque bajando el nivel a una escala terriblemente mucho más factible, podemos ver como parece que Netflix ha mejorado algo su nivel de producciones tras unas últimas series algo flojitas.

Legión

Si uno conoce un poco a los X-men y sabe quien es el personaje de Legión, se lo imagina casi el último en una lista de futuribles adaptaciones fuera de las viñetas (aunque mi conocimiento es muy humilde y no se que hace más allá de ser el desencadenante de la Era de Apocalipsis). Legión es mutante extremadamente poderoso, pero también un esquizofrénico y un paranoide; eso es muy difícil de narrar incluso cuando se dispone de la libertad de las viñetas... que decir ya si hay un presupuesto muchos millones de dolares detrás. Y la locura no hace sólo que artística y dramáticamente sea un personaje muy complejo, hace que incluso sea difícil articularlo como un héroe bajo los cánones normales.

Pero la serie -del autor de la adaptación de Fargo (ver reseña)- es una joya. El argumento de lucha entre mutantes y malvada organización humana no es demasiado fuerte, tenemos los clásicos malos con mucha  teoría de la conspiración de fondo, y contra ellos tenemos a cuatro matados con unos poderes y unos recursos bastante discutibles... la acción física se basa en unas pobres coreografías mucho menos espectaculares de lo que pretenden, y además tenemos unas máquinas y unos recursos tecnológicos que resultan magicamente oportunos gracias al guión. Sin embargo, no importa. Esta serie no destaca en su plano físico, es en la narrativa onírica donde encuentra sus virtudes. Ni siquiera diría que la serie destaca especialmente en el tratamiento de sus personajes, más allá de su protagonista el tratamiento de todos ellos es bastante previsible y anodino (quizás se salve su hermana, pero ante ello se contrapone a una "novia" que supuestamente había de ser una de las puntas de lanza de la serie y cuyo desarrollo es muy plano). Nuevamente diré que no importa, esta serie es sobre David y su locura.

La mitad de la serie transcurre en un supuesto plano astral y es aquí donde brilla, con una narrativa que mezcla diversas líneas temporales y alucinaciones y recuerdos (recuerdos que incluso son alterados dinamicamente a lo largo de la serie). Además del propio protagonista, otros personajes entran en su propia mente y vemos aquí los mejores conflictos e ideas del guión. Naturalmente, en este escenario tan imposible encontramos también los mejores recursos visuales, y si ya en el mundo físico la serie recurre a un montaje bastante agresivo, en la mente del protagonista todo el potencial visual de montadores y editores explota y potencia una imaginería repleta de metáforas. No es ya que veamos constantentemente fotogramas esporádicos insertados y escenarios de pesadilla, los juegos de luces juegan con la paleta de colores e incluso -en complacencia del sonido- llegan a convertir la serie en un seria en blanco y negro en ocasiones. Los poderes de David, así como su locura le permiten licencias visuales tan sorprendentes como inquietantes y espectaculares, y a todo esto, que sería inherente por una parte a una serie sobre un loco y por otra a una serie sobre superheroes.
La serie es una gozada a nivel visual, pero narrativa es tan desordenada, tan autocomplanciente en su locura, que conlleva todo menos un visionado fácil. He disfrutado sumamente con el visionado de la serie, y sus 8 episodios -aún con algún que otro momento de bajón- me parece que tienen un buen ritmo... no obstante es una serie tan particular que no puedo recomendarla abiertamente.

The punisher

Este "spin-off" de Daredevil es una serie curiosa. No sé si estaba en los planes de Netflix inicialmente, había flecos que se podían usar -y se han usado- para esta serie, pero en verdad se podía decir que la historia del personaje estaba más o menos contada, y al ser el Castigador un personaje tan sencillo y simple uno no sabía si iba a dar para la clásica serie de 13 episodios. Y acabada la serie creo que el personaje no da para ese metraje, porque la vida de Frank Castle es muy sencilla, va por ahí matando criminales, no hay mucho más. Y Netflix, para alargar la serie se ha puesto a darle transforndo... y creo que con eso se han cargado el personaje. Esta "The punisher" me parece una buena serie, pero al mismo tiempo -desde mi desconocimiento casi absoluto del personaje- me parece una mala adaptación. Intentan, como hacen en todas las series darle un pasado al personaje, pasado del que sale un villano que generará las motivaciones y demás del protagonista... el problema es que las motivaciones de Castle se basaban en que su familia había muerto en un tiroteo entre mafiosos y eso había desarrollado su psicopatía hacia los criminales, el que ahora ese hecho no fuera tan fortuito se carga al personaje porque verdaderamente puede consumar por completo su venganza (supongo que en una hipotética segunda temporada sería muy fácil que se matara a algún amigo de Castle y este volviera a ponerse en modo genocida, pero aparentemente el viaje del antiheroe de esta serie ha llegado a su final).

Ahora bien, lo dicho, pareciéndome un enfoque extraño para el personaje, me parece también una serie bastante digna y recomendable. El comienzo es lento, es de lejos lo peor de la serie, le cuesta coger ritmo y la trama inicial me parece carente de interés y de emoción. Es un grave problema de la serie, pero dentro de lo que son las series de Netflix de Marvel, es mejor esto al clásico bajón que ultimamente se produce en sus segundas mitades. Mientras cimenta el terreno para el momento del atentado y el debate sobre las armas, la serie se cansa de repetirnos lo atormentado que esta Castle por la perdida de su familia mediante incontables flashback, nos presenta como McGuffin un crimen en Afganistan cuya investigación no interesa demasiado (el personaje de la chica de Seguridad Nacional y su entorno no ayuda, se nota que todo esta muy preparado para ciertos momentos) y establece la extraña relación entre Castle y Micro (uno no sabe muy bien a donde quiere llegar la serie con la trama de la esposa del informático, más allá de tener una excusa para introducir a esta en el climax de la serie y conferir a este más dramatismo). 
Las tramas con las que la serie intenta hacer tiempo, las tramas dramáticas mismas de la serie, me parecen flojas. Lo interesante de la serie es su discurso sobre los soldados y la vuelta a casa, donde todos se convierten en Rambos que no saben que hacer ni como sobreponerse a sus traumas. La serie se atreve ahí con un tema muy interesante, y se atreve incluso a meter a la NRA y poner sobre la mesa el debate de las armas (no me gusta aquí demasiado su planteamiento, pues la postura antiarmas me parece que queda algo ridiculizada). En estos puntos es cuando la serie es más interesante.
El ritmo de la serie no es el mejor, aunque acaba por todo lo alto y eso siempre es mejor a que la serie sea decreciente. Las interpretaciones están más o menos bien. La música me parece correcta y la fotografía se me hace un poco oscura de más. Pero el aspecto donde esta serie quería brillar a nivel técnico era en la violencia, y ahí está muy bien. Los tiroteos son tan intensos como contundentes, no hay peleas interminables, solo una bala y otra después a la cabeza para asegurar; la serie no es especialmente gore y busca más o menos no mostrar como revienta una cabeza en primer plano, pero tampoco esconde la violencia nunca e incluso en alguna ocasión se permite el mostrar alguna tortura o secuencia bastante truculenta. 
Es una serie extraña, me parece una buena serie sobre el retorno de los soldados y creo que es bastante recomendable. Es una serie técnicamente impecable, con una gran interpretación de manos de Bernthal y una violencia muy deudora del estilo de John Wick, pero al mismo tiempo me parece que argumentalmente es contraproducente con el personaje tal y como es en los cómics.  

sábado, enero 13, 2018

De auges y caídas

Molly´s game

"El Ala Oeste de la Casa Blanca" (ver reseña) es tan buena que me obliga a seguir cualquier producto de Sorkin, así que tenía bastantes ganas de ver su debut como director en una película (aunque no deja de ser curioso que, cuando la televisión se ha convertido en un medio tan importante, uno de los artífices de tal boom haya dado el salto a la dirección de cine). El resultado me parece bueno, pero no espectacularmente bueno.

"Molly´s game" se basa en una historia real, una esquiadora que tras verse obligada a retirarse acabó convirtiéndose en una reputada anfitriona de grandes partidas de poker clandestinas. Se trata de ese tipo de historias de auge y caída de un rey, alguien que crece en un entorno muy agresivo a costa de otros pero que al final tiene que pagar como cualquiera.

Ahora bien, es un guión de Sorkin, y eso significa -además de mucha velocidad y un nivel cultural bastante alto- mucha nobleza. La historia es real, y supongo que habrá actas de juicios y demás... pero creo que Sorkin se lleva demasiado la historia a su terreno, ennoblece demasiado a su protagonista y pasa muy de puntillas por los aspectos más escabrosos de su biografía para al final poder montar algunos discursos grandilocuentes. Me encanta Sorkin, pero creo que a esta historia le hacía falta un poco más de mala leche y menos simpatía hacia su protagonista. Esta deriva de su discurso, así como un uso algo extraño del personaje de Kevin Costner, son mis mayores pegas para con esta película.
El guión es sólido como cabía esperar de Sorkin. El drama funciona y los actores están bastante bien en sus papeles, donde también ocasionalmente hay lugar para un poco de humor muy bien medido. La dirección es bastante clásica, permitiéndose el director sólo florituras de montaje en algunas secuencias de juego a fin de explicar mejor los matices de las partidas. El ritmo de la película es bastante alto, de acuerdo con los guiones de su autor, y la idea de ir alternando presente y pasado de acuerdo a la narración de la protagonista funciona bastante bien, permitiendo pasar de unas escenas a otras con la facilidad que da una voz en off e insertando las conversaciones con su abogado como pequeñas pausas en el tortuoso pasado. Sorkin no inventa nada en la dirección de esta película, siendo un trabajo sobrio y profesional, aunque sin demasiada garra en este sentido.
Es una buena película y se nota la mano de Sorkin, pero quizás precisamente por lo mucho que se suele esperar de este no es una película que tampoco pueda recomendar encarecidamente.  


Y aprovecho esta reseña para colar unas "reseñas cortas" de otras películas con ciertas semejanzas.

El lobo de Wall Street

Scorsesse es el maestro de este tipo de películas, y esta película es una pequeña maravilla. Son casi tres horas de película, y en su segunda mitad, cuando estalla todo el dramatismo, se me hace algo pesada, los sucesos dramáticos y las secuencias cuasi de acción que la película encuentra para su clímax no me convencen.
Estos defectos quedan en nada ante su primera mitad, la típica narración  autobiográfíca del director evoluciona a casi falso documental y con ello se potencia el aspecto cómico de la película, que es una surreal locura muy disfrutable mientras narra el ascenso de esa basura humana que tiene por protagonista.
Mención aparte el despliegue actoral de Leonardo Dicaprio durante todo el metraje en una actuación memorable. Una película muy recomendable.

Nigthcrawler


Aunque puede verse como una película de ascensos, esta obra es más una gigantesca fotografía de lo amoral e insensibilizado de nuestra sociedad y los monstruos que es capaz de crear.
El guión de la película es algo tramposo al ser algunos acontecimientos algo forzados, pero es sólido y da la sensación de que todo lo que muestra es real (demencial como las afirmaciones totalmente sesgadas y manipuladas del protagonista parecen indiscutibles). 
La dirección es sencilla, destacando sobretodo su opresiva fotografía y un ritmo muy bien medido.
Oscura y siniestra, expone lo peor de nosotros con una naturalidad pasmosa gracias a todo un recital interpretativo de Jake Gyllenhaal.
El suyo es un visionado incómodo, pero terrible y sanamente recomendable. 

miércoles, enero 10, 2018

Servant X Service

Blend S

Creo que la comparación más rápida e inevitable de esta serie es con la franquicia Working (ver reseña), o con aquella serie hermana que respondía al nombre del título de esta entrada (ver reseña), y me parece una comparativa bastante acertada. No diré si una es mejor o peor, pero siendo series distintas, son también series muy parecidas. Esta "Blend S" tiene un humor más otaku al explotar todos los tópicos y clichés imaginables con sus personajes, pero por encima de todo son comedias de ambientes de trabajo, con un grupo de personajes que tienen mucha química entre si y a los que resulta divertido ver trabajar y convivir.
"Blend S" tiene como protagonista a Maika, una chica criada en un hogar extremadamente tradicional que tiene una fascinación por todo lo extranjero. Un día Maika se tropieza con un italiano que regenta un café otaku donde todas las sirvientas supuestamente han de encajar en un estereotipo otaku, y Maika -con una mirada sombría que entra en contraste con su dulce e ingenua personalidad- es perfecta para el papel de sirvienta sádica que insulta a los clientes. Con esta pareja protagonista tenemos a un par de fanáticos de videojuegos, una adulta con cuerpo de niña, una escritora de doujins y un aspirante a idol.
A partir de ahí, slice of life laboral con un poco de comedia romántica. La protagonista es bastante inocente y eso le vale a la serie para exponer y parodiar los diversos tópicos y montar una comedia de contrastes bastante efectiva ya que las sirvientas suelen tener una personalidad bastante distinta a aquella que tienen que encarnar laboralmente. Tengo un poco de problemas con la relación entre el manager de la tienda y la protagonista, ya que desde el principio este se enamora de la prota y la diferencia de edad me lo hace un poco difícil y extraño de ver, pero es una relación casi platónica sometida por completo a la comedia para definir al manager en base a ella... no termina de gustarme, pero digamos que la serie no llega a cruzar ninguna linea que pudiesemos considerar peligrosa. La actitud de los personajes, con sus tonterias otakus, no deja de ser siempre muy amable y buenrollista; esta es una serie gente llevándose bien donde las bromas y las puyas siempre son simpáticas, y eso siempre es alegre de ver.
A pesar de su naturaleza otaku la serie no tiene mucho fanservice (en un par de episodios lo intenta, pero son los más sosos de toda la temporada y parece que la propia serie -o el manga en el que se basa- se da cuenta y no vuelve a incidir demasiado en ello). En general el humor de la serie es bastante inocuo.
Tecnicamente es una serie correcta, no presenta grandes alardes en la animación o el montaje, pero tampoco tiene bajones flagrantes de calidad y se limita a cumplir con unos diseños moe y coloridos y un aspecto -en líneas generales- muy bonito y agradable de ver. Las seiyuus y la música están bien, y la serie tiene incluso la suerte de tener uno de esos openings más o menos pegadizos que se gana la simpatía del espectador. Tiene todo el aspecto del mundo de estar basada en un 4-koma, con pequeñas escenas de un par de minutos que acaban un gag y que más o menos se encadenan entre ellas de una forma coherente, los gags suelen funcionar y al ser una primera temporada la serie cuenta con la frescura que da el ir introdocuiendo personaes que enriquecen el mundo poco a poco.
Son 12 sencillos episodios que se ven francamente bien, con un casting de simpáticos personajes que vemos crecer poco a poco y cuya compañía saca al espectador constantemente una sonrisa. No es una serie innovadora, pero sabe cual es su trabajo y lo hace bien. Un slice of life simpático y sencillo que se basa en la parodia de los arquetipos otakus y que resulta bastante recomendable.

domingo, enero 07, 2018

En el Nirvana de las viñetas

Buddha

Si te gusta el manga, tienes que leer a Tezuka. Uno puede pensar que son obras antiguas, que son infantiles, que el dibujo es feo y que no han envejecido bien. Una puta mierda. Quizás el Tezuka más infantil sea menos recomendable para un adulto, pero todo lo que he leído de su etapa más madura o adulta son, u obras maestras, o mangas muy interesantes (ver reseñas). El volumen de producción de páginas de este hombre, así como la inmensa cantidad de recursos narrativos y la complejidad de muchas de sus tramas hacen que no me sea posible calificarlo de otra forma que de absoluto genio. La suya era una pluma que está a la altura de los más grandes autores del siglo pasado en cualquier campo y, desde luego, no equivocado que se le llame comunmente "el Dios del manga".
Este Buddha, la primera de sus obras largas que leo, es una sucesión de genialidades una tras otra. Verdaderamente, la historia de este manga no es especialmente robusta, y por lo que me he informado tampoco es especialmente fiel a lo que se considera la biografía comúnmente aceptada de Siddhartha Gautama, pero es un manga muy sólido y muy entretenido. En esta obra Tezuka salta hacia atrás y hacia delante en el tiempo frecuentemente y alterna protagonistas entre capítulo y capítulo; el protagonista principal es Buda, claro, pero en torno a él pivotan una serie aliados y enemigos cuyas historias también vemos prácticamente desde su nacimiento hasta su muerte merced a una narración omnisciente que no duda en adelantarnos hechos o romper con un descaro brutal la cuarta pared.
Tezuka nos traslada un mundo horrible de castas donde las guerras y las epidemias se suceden constantemente reduciendo el valor de la vida a la nada. La suya es una trama muy dispersa a través del tiempo y de los personajes, 10 tomos que en verdad son en muchas ocasiones relatos cortos y casi autoconclusivos introducidos en torno al protagonista que se suceden entre sí con unas transiciones inmediatas entre escenas. En ese mundo horrible reflexiona sobre la vida humana y la relación de esta con el resto de la naturaleza estableciendo un discurso pacifista entre humanos y de resignación y aceptación ante las leyes de la naturaleza. Todo forma parte de un todo y hemos de aceptarlo. No soy un experto en conceptos budistas, así que no puedo juzgar si la representación de la religión y sus preceptos es acertada o justa, pero me parece que en todo caso siempre es respetuosa y que no cae en el maniqueísmo de intentar presentar a Buda como un santo ni hacer del resto del mundo un enemigo de sus ideales.
Visual y narrativamente no deja de ser una obra con una gran fuerza, el extraño contraste entre los desnudos, la sangre, la esclavitud, las muertes brutales y las violaciones con un sentido del humor y unos chistes muy presentes se hace muy llamativo. Si a todo esto le sumamos el grafismo particular de Tezuka, muy deudor de la escuela de Disney, en el que la mayoría de las imágenes tienen trazos sencillos y cuasi infantiles (aunque ocasionalmente nos regala páginas muy elaboradas y sobrecargadas que son auténticas obras de arte), la impresión de ver semejantes burradas contadas con una naturalidad tan pasmosa no deja indiferente al lector. Y dentro del sentido del humor se me hace imposible no mencionar como Tezuka rompe una y otra vez la cuarta pared; vemos como un personaje puede cabrearse y romper los marcos de su viñeta y usarlos contra el mobiliario en la siguiente viñeta, y las conversaciones con el lector son frecuentes, llegando a pasear por la obra personajes de otras series de Tezuka como Black Jack... o el propio Tezuka (aquí también es impecable la labor de traducción).
Nuevamente, ante Tezuka no puedo hacer otra cosa que quitarme una figurada boina y recomendar encarecidamente esta obra. Una absoluta maravilla.

jueves, enero 04, 2018

OPDM - 024 - Romance de los tres reinos

Programa relativamente experimental del podcast, donde comentaremos la serie china "San guo" y a partir de ella hablaremos de ese conflicto real que la cultura popular oriental tanto ha popularizado que es el "Romance de los tres reinos". Hablaremos de la historia real y de algunas de sus adaptaciones, divagando sobre ellas como un buen par de aficionados. Este programa no es una lección de historia ni un análisis de la serie propiamente dicho, es una charla entre dos frikis a partir de ella.

Al margen de los tres reinos tendremos tiempo para hablar del juego Dragon Quest Heroes II de PS4 y la serie DC Legends of tomorrow, y en nuestra enciclopedia friki alcanzamos la V, viajando a la Velvet Room de Persona en compañía de los Vorlon de Babylon 5.




Los tiempos de este corto programa son los siguientes:
00:00 - Tres Reinos: Historia
03:06 - Atlas: Velvet Room
03:14 - Tres Reinos: Animes, juegos y otros
03:40 - Bestiario: Vorlon
03:51 - Dragon Quest Heroes II
04:09 - DC Leyends of Tomorrow

Por supuesto, se agradecen likes y retweets, y comentarios ya sea en ivoox o aquí. 

Por último el podcast que recomendamos sobre el tema:

lunes, enero 01, 2018

Los amos del salón

Wellcome to the ballroom

El manga que adapta esta serie es bastante popular, con lo que las expectativas eran bastante altas; pero Production IG son uno de los grandes estudios de anime de nuestros días y se nota que en esta serie hay dinero y saber hacer. Puede gustar más o menos por su temática, pero es indudable que la animación está a un gran nivel y que la serie en si es un producto de una gran calidad.
"Wellcome to the ballroom" es un spokon de libro, es la historia mil veces contada ya de un chico tímido y apocado que logra superarse a través del deporte y crece como persona merced al afán de superación y el compañerismo y la rivalidad de otros deportistas. Lo llamativo de esta serie es que el viaje de autodescubrimiento y aceptación de Fujita Tatara tiene como escenario el mundo de los bailes de salón competitivos. Tiene, no obstante, algo de sentido, si hablamos de alguien acomplejado y tímido, la idea con la que juega la obra de que el baile consiste en atraer y mantener la mirada de todos puede jugar como un elemento catártico.
Y así pues tenemos 24 episodios de entrenamientos y competiciones, de superación física y mental, de adiestramiento en las reglas de esas competiciones y de aprender a conocer a la pareja de baile. Y la serie funciona bastante bien, peca -como todas las series deportivas- de que es un poco forzado que el protagonista atraiga la atención de algunos buenos bailadores y jueces, pero también es verdad que la serie esgrime que no todo es técnica y que la danza es algo muy subjetivo (esto último diría que es una pega de la serie, pues siempre resulta muy complicado en las series de naturaleza artística el entender porque uno u otro competidor gana al ser todo muy plástico y narrarse siempre todo como si cada actuación fuera poco menos que perfecta). Pero, entrenamiento físico y técnicas al margen, lo que importa en esta serie son los personajes. Tatara no es nada del otro mundo, pero funciona como protagonista, y cada personaje que sale en la serie es más interesante conforme la serie gana en confianza; de hecho diría que la "protagonista" es bastante sosa por tópica, y que pronto queda superada tanto por Mako, que juega el clásico papel de chica ultratimida, como sobre todo por una fuerte "Chi-chan" con la que la dinámica del protagonista es tan compleja como natural e interesante. 
Visualmente se nota que el diseño de personajes es el mismo que los de Haikyuu, pero la serie tiene mucho empaque visual, con unos personajes superalargados y estilizados y unos movimientos siempre muy exagerados. Hay recursos durante los bailes, donde se juega mucho con la iluminación, las sombras y alguna que otra metáfora visual, y todo ello le da siempre una gran fuerza visual. Sorprendentemente, habría que decir que la música es relativamente poco importante en la serie y que al dilatarse el tiempo en la narrativa en base a los pensamientos de los personajes, la serie no sincroniza tanto las acciones con el ritmo como cabría esperar. El ritmo en sí de la serie es bueno, sigue la estructura tradicional de las series deportivas con campeonatos con enfrentamientos y entrenamientos en los que vamos descubriendo nuevas variantes del deporte al tiempo que ocasionalmente se presenta algún nuevo personaje; quizás el primer campeonato se hace un poco largo, pero en general el ritmo es muy bueno y la serie engancha con facilidad pasándose muy rápido los veinte minutos de cada episodio y siendo muy adictiva en su recta final.
No inventa nada, pero todo lo que hace lo hace bien, y lo hace además en un escenario muy curioso. La emoción de las competiciones está conseguida, y tanto el drama como la comedia propiciados por las relaciones de los personajes funcionan muy bien. Sin duda, uno de los animes más llamativos del 2017 y una serie sumamente recomendable.