martes, enero 16, 2018

Superpsicópatas

Los superhéroes siguen estando muy de moda, y en su mayoría las series que protagonizan están cortadas por patrones muy similares, pero en ocasiones hay excepciones y productos muy interesantes. La historia de Legión sería una de ellas, y siguiendo con la idea de superhéroes locos, aunque bajando el nivel a una escala terriblemente mucho más factible, podemos ver como parece que Netflix ha mejorado algo su nivel de producciones tras unas últimas series algo flojitas.

Legión

Si uno conoce un poco a los X-men y sabe quien es el personaje de Legión, se lo imagina casi el último en una lista de futuribles adaptaciones fuera de las viñetas (aunque mi conocimiento es muy humilde y no se que hace más allá de ser el desencadenante de la Era de Apocalipsis). Legión es mutante extremadamente poderoso, pero también un esquizofrénico y un paranoide; eso es muy difícil de narrar incluso cuando se dispone de la libertad de las viñetas... que decir ya si hay un presupuesto muchos millones de dolares detrás. Y la locura no hace sólo que artística y dramáticamente sea un personaje muy complejo, hace que incluso sea difícil articularlo como un héroe bajo los cánones normales.

Pero la serie -del autor de la adaptación de Fargo (ver reseña)- es una joya. El argumento de lucha entre mutantes y malvada organización humana no es demasiado fuerte, tenemos los clásicos malos con mucha  teoría de la conspiración de fondo, y contra ellos tenemos a cuatro matados con unos poderes y unos recursos bastante discutibles... la acción física se basa en unas pobres coreografías mucho menos espectaculares de lo que pretenden, y además tenemos unas máquinas y unos recursos tecnológicos que resultan magicamente oportunos gracias al guión. Sin embargo, no importa. Esta serie no destaca en su plano físico, es en la narrativa onírica donde encuentra sus virtudes. Ni siquiera diría que la serie destaca especialmente en el tratamiento de sus personajes, más allá de su protagonista el tratamiento de todos ellos es bastante previsible y anodino (quizás se salve su hermana, pero ante ello se contrapone a una "novia" que supuestamente había de ser una de las puntas de lanza de la serie y cuyo desarrollo es muy plano). Nuevamente diré que no importa, esta serie es sobre David y su locura.

La mitad de la serie transcurre en un supuesto plano astral y es aquí donde brilla, con una narrativa que mezcla diversas líneas temporales y alucinaciones y recuerdos (recuerdos que incluso son alterados dinamicamente a lo largo de la serie). Además del propio protagonista, otros personajes entran en su propia mente y vemos aquí los mejores conflictos e ideas del guión. Naturalmente, en este escenario tan imposible encontramos también los mejores recursos visuales, y si ya en el mundo físico la serie recurre a un montaje bastante agresivo, en la mente del protagonista todo el potencial visual de montadores y editores explota y potencia una imaginería repleta de metáforas. No es ya que veamos constantentemente fotogramas esporádicos insertados y escenarios de pesadilla, los juegos de luces juegan con la paleta de colores e incluso -en complacencia del sonido- llegan a convertir la serie en un seria en blanco y negro en ocasiones. Los poderes de David, así como su locura le permiten licencias visuales tan sorprendentes como inquietantes y espectaculares, y a todo esto, que sería inherente por una parte a una serie sobre un loco y por otra a una serie sobre superheroes.
La serie es una gozada a nivel visual, pero narrativa es tan desordenada, tan autocomplanciente en su locura, que conlleva todo menos un visionado fácil. He disfrutado sumamente con el visionado de la serie, y sus 8 episodios -aún con algún que otro momento de bajón- me parece que tienen un buen ritmo... no obstante es una serie tan particular que no puedo recomendarla abiertamente.

The punisher

Este "spin-off" de Daredevil es una serie curiosa. No sé si estaba en los planes de Netflix inicialmente, había flecos que se podían usar -y se han usado- para esta serie, pero en verdad se podía decir que la historia del personaje estaba más o menos contada, y al ser el Castigador un personaje tan sencillo y simple uno no sabía si iba a dar para la clásica serie de 13 episodios. Y acabada la serie creo que el personaje no da para ese metraje, porque la vida de Frank Castle es muy sencilla, va por ahí matando criminales, no hay mucho más. Y Netflix, para alargar la serie se ha puesto a darle transforndo... y creo que con eso se han cargado el personaje. Esta "The punisher" me parece una buena serie, pero al mismo tiempo -desde mi desconocimiento casi absoluto del personaje- me parece una mala adaptación. Intentan, como hacen en todas las series darle un pasado al personaje, pasado del que sale un villano que generará las motivaciones y demás del protagonista... el problema es que las motivaciones de Castle se basaban en que su familia había muerto en un tiroteo entre mafiosos y eso había desarrollado su psicopatía hacia los criminales, el que ahora ese hecho no fuera tan fortuito se carga al personaje porque verdaderamente puede consumar por completo su venganza (supongo que en una hipotética segunda temporada sería muy fácil que se matara a algún amigo de Castle y este volviera a ponerse en modo genocida, pero aparentemente el viaje del antiheroe de esta serie ha llegado a su final).

Ahora bien, lo dicho, pareciéndome un enfoque extraño para el personaje, me parece también una serie bastante digna y recomendable. El comienzo es lento, es de lejos lo peor de la serie, le cuesta coger ritmo y la trama inicial me parece carente de interés y de emoción. Es un grave problema de la serie, pero dentro de lo que son las series de Netflix de Marvel, es mejor esto al clásico bajón que ultimamente se produce en sus segundas mitades. Mientras cimenta el terreno para el momento del atentado y el debate sobre las armas, la serie se cansa de repetirnos lo atormentado que esta Castle por la perdida de su familia mediante incontables flashback, nos presenta como McGuffin un crimen en Afganistan cuya investigación no interesa demasiado (el personaje de la chica de Seguridad Nacional y su entorno no ayuda, se nota que todo esta muy preparado para ciertos momentos) y establece la extraña relación entre Castle y Micro (uno no sabe muy bien a donde quiere llegar la serie con la trama de la esposa del informático, más allá de tener una excusa para introducir a esta en el climax de la serie y conferir a este más dramatismo). 
Las tramas con las que la serie intenta hacer tiempo, las tramas dramáticas mismas de la serie, me parecen flojas. Lo interesante de la serie es su discurso sobre los soldados y la vuelta a casa, donde todos se convierten en Rambos que no saben que hacer ni como sobreponerse a sus traumas. La serie se atreve ahí con un tema muy interesante, y se atreve incluso a meter a la NRA y poner sobre la mesa el debate de las armas (no me gusta aquí demasiado su planteamiento, pues la postura antiarmas me parece que queda algo ridiculizada). En estos puntos es cuando la serie es más interesante.
El ritmo de la serie no es el mejor, aunque acaba por todo lo alto y eso siempre es mejor a que la serie sea decreciente. Las interpretaciones están más o menos bien. La música me parece correcta y la fotografía se me hace un poco oscura de más. Pero el aspecto donde esta serie quería brillar a nivel técnico era en la violencia, y ahí está muy bien. Los tiroteos son tan intensos como contundentes, no hay peleas interminables, solo una bala y otra después a la cabeza para asegurar; la serie no es especialmente gore y busca más o menos no mostrar como revienta una cabeza en primer plano, pero tampoco esconde la violencia nunca e incluso en alguna ocasión se permite el mostrar alguna tortura o secuencia bastante truculenta. 
Es una serie extraña, me parece una buena serie sobre el retorno de los soldados y creo que es bastante recomendable. Es una serie técnicamente impecable, con una gran interpretación de manos de Bernthal y una violencia muy deudora del estilo de John Wick, pero al mismo tiempo me parece que argumentalmente es contraproducente con el personaje tal y como es en los cómics.  

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