miércoles, agosto 26, 2020

Del barro venimos y al barro iremos

Los héroes

Le tenía bastantes ganas a Abercrombie, ya que junto con Sanderson es uno de esos autores que se ha abierto paso en los últimos años en el muy reducido grupo de autores de fantasía con cierta fama. Y lo cierto es que esta "los héroes" no solo me ha encantado, si no que me ha parecido tan original como bien escrita.
Lo primero es lo primero, esta novela se encuadra en un mundo fantástico que el autor ya comenzó en la saga de "la primera ley", forma parte de un grupo de novelas independientes que son pseudosecuelas de aquella trilogía. El mundo es el mismo y se referencia a algunos personajes que protagonizaron aquellos libros y que aquí han alcanzado ya casi un estatus de leyendas. Seguramente conociendo la saga original esta obra se valore más, pero yo no la conocía -lo que he comentado no dejan de ser meras nociones que he obtenido navegando por webs- y la he entendido  y disfrutado sin problemas.
La historia nos coloca en un mundo de fantasía medieval con una magia tan ligera que podemos incluso dudar si existe verdaderamente o no. Un reino -la Unión- está en guerra con sus vecinos norteños, un grupo de tribus bárbaras conocidas simplemente como los norteños. Ambos bandos llevan enfrentados bastante tiempo en un conflicto hasta que un mago -con bastantes pocos escrúpulos- que actúa como gobernante de facto de la Unión decide que es hora de acabar con el conflicto. Lo que hasta entonces eran ligeras escaramuzas que se solían resolver con viejos guerreros curtidos hablando y viendo como en sus encuentros podían llegar a acuerdos para salvar la vida y el honor de todos se verá abocado de repente a un enfrentamiento brutal entre la totalidad de ambos ejércitos en torno a una pequeña colina.
Y no hay más. La novela son más de 800 páginas que narran una batalla de 3 días entre dos ejércitos con un prólogo y un epílogo. 800 páginas que se leen en un suspiro y donde el punto de vista cambia entre varios personajes que cubren todo tipo de posiciones en ambos bandos y donde cada uno afronta la guerra de una forma distinta. Una visión sucia y nada mitificadora del conflicto, donde todos los personajes ven la muerte, la miseria y la degeneración a su alrededor y tratan de sobrevivir lo mejor que pueden en ese terrible marco donde muchas veces sus peores enemigos están en su propio bando o dentro de ellos.
Las transiciones entre los personajes son ágiles, la historia se va contando entre todos, pero el autor no usa el cambio de narrador para crear falsos cliffhanger o mantener la espectación, es más como si fuera puliendo poco a poco una historia inevitable y obvia desde el principio, que se va haciendo más inevitable con cada capítulo y donde todo parece más obvio aún cuando la visión de un soldado de infantería complementa la de un espía del bando contrario del capítulo anterior. Todos los personajes tienen su propia personalidad y su forma de hacer las cosas, y la novela transmite a la perfección que cada uno de ellos tiene su pasado, su historia y su posible futuro, teniendo cada uno de ellos sus prioridades muy claras y estando todas ellas normalmente muy alejadas de la gloria o el bien común. Me parece una novela muy adulta en su desarrollo, no juzga las acciones de sus personajes -a pesar de que en algún momento puede ser un poco ventajista- y en todo momento no sabes si estos van a vivir o morir, o si van a hacer lo correcto o no (de acuerdo a nuestra moralidad actual); todo su desarrollo es lógico en su contexto, y su contexto es sucio y brutal, pero la novela tampoco se recrea especialmente en la violencia ni da la sensación de que intente venderse en base a esa corriente de falsa madurez en la que parece que cuantos más hombres mueran y más mujeres sean violadas más adulta y más real es una obra. Se agradece que, a pesar de lo cruel de la guerra, la narración suela ser elegante y concisa normalmente, con unos capítulos que no son especialmente largos o cortos, y con algún que otro recurso bastante notable como narrar una secuencia única prácticamente sin pausa saltando de un narrador a otro.
En general, me ha encantado. 800 páginas que se devoran en un suspiro y que han hecho que este autor me haya conquistado como lector. No creo que pueda decir nada mejor ahora mismo. Craw, Calder, Escalofrios, Tunny, Bremer, Beck o Finree necesitan ser conocidos.

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