One Piece 454
La semana pasada fueron las alas de Robin y el esperado retorno de Brook, en esta le toca el turno a este último para mostrar su forma de atacar y... por supuesto, al gran Cutty Flam, alias Franky.
Porque lo de Brook y su espada, lo de su ataque similar al de Ryoma y el hecho de que la esperpéntica imagen de un esqueleto pervertido con afro canturreando sea el preludio del apocalipsis no me parece lo más llamativo del episodio. Es importante, lo más importante del capítulo, sin duda, pero no me parece lo más llamativo. Si es un acierto o no el tiempo lo dira, aunque confio en Oda y no me cabe la menor duda de que el caos absoluto y delirante que es esta saga estará sin duda muy bien planificado en su mente.
Lo que más me ha sorprendido de este capítulo son los nuchakus de Franky. Y si lo ha hecho no es por otra razón que por la increible naturalidad con la que Oda los presenta. Franky es un personaje muy cómico, eso es innegable, pero además es una mala bestia luchando y un auténtico macarra. Su estilo de lucha es una mezcla del de Luffy y Usopp, pero Oda consigue diferenciarlo y hacerlo distinto. Y ahora nos presenta un arma que el tiempo dira si es definitiva o si dura para un par de capítulos, pero aún así resulta espectacular como de la nada se inventa unos nunchakus de columnas y comienza a repartir con ellos. Esa capacidad de atacar tan "a lo bestia", sorprendiendo a los enemigos y al propio espectador por la violencia bestial que presenta es sencillamente digna de quitarse el sombrero... pero sobre todo porque lo consigue sacando al mismo tiempo una sonrisa de los labios del lector. Grande Oda, grande.
La semana pasada fueron las alas de Robin y el esperado retorno de Brook, en esta le toca el turno a este último para mostrar su forma de atacar y... por supuesto, al gran Cutty Flam, alias Franky.
Porque lo de Brook y su espada, lo de su ataque similar al de Ryoma y el hecho de que la esperpéntica imagen de un esqueleto pervertido con afro canturreando sea el preludio del apocalipsis no me parece lo más llamativo del episodio. Es importante, lo más importante del capítulo, sin duda, pero no me parece lo más llamativo. Si es un acierto o no el tiempo lo dira, aunque confio en Oda y no me cabe la menor duda de que el caos absoluto y delirante que es esta saga estará sin duda muy bien planificado en su mente.
Lo que más me ha sorprendido de este capítulo son los nuchakus de Franky. Y si lo ha hecho no es por otra razón que por la increible naturalidad con la que Oda los presenta. Franky es un personaje muy cómico, eso es innegable, pero además es una mala bestia luchando y un auténtico macarra. Su estilo de lucha es una mezcla del de Luffy y Usopp, pero Oda consigue diferenciarlo y hacerlo distinto. Y ahora nos presenta un arma que el tiempo dira si es definitiva o si dura para un par de capítulos, pero aún así resulta espectacular como de la nada se inventa unos nunchakus de columnas y comienza a repartir con ellos. Esa capacidad de atacar tan "a lo bestia", sorprendiendo a los enemigos y al propio espectador por la violencia bestial que presenta es sencillamente digna de quitarse el sombrero... pero sobre todo porque lo consigue sacando al mismo tiempo una sonrisa de los labios del lector. Grande Oda, grande.
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