Perfora los cielos hasta el infinito con tu voluntad

Tengen Toppa Gurren-Lagann

Serie extraña donde las haya, esta obra de Gainax son emociones en estado puro. Es un raro anime que tiene la capacidad de animar al espectador y subirle la moral. Todo es un gigantesco espectaculo frénetico en el que se busca siempre sorprender al espectador. Es una serie hiperbólica en lo que todo es tan exagerado y desenfadado que es imposible no dejarse seducir por ella.
Argumentalmente la serie es Gainax en estado puro. Es decir es el caos absoluto. Tenemos un escenario que comienza como un planeta oprimido y que acaba extendiéndose a toda la galaxia mientras se nos propone un debate sobre la evolución humana y la finalidad de nuestro progreso. Pero, todo esta idea palidece ante un mensaje claramente optimista basado en el poder de una persona, en el creer en uno mismo y no rendirse jamás ante las adversidades, en no soñar, en convertir los sueños en realidad. Este es el simple -pero increiblemente poderoso- corazón de la serie, mientras que el resto de tramas no dejan de ser casí parodias de las habituales en la animación japonesa. La serie no se toma en serio a si misma y se rie constantemente de ella y de su argumento; el sentido del humor es un punto clave en la espectacularidad de la serie y es algo que se agradece. No obstante es difícil intentar describir la locura de argumento de esta serie, y también casi inútil, esta serie no trata sobre una historia, trata sobre sentimientos y sensaciones.
A nivel técnico la serie es sencillamente espectacular. No es que su animación sea buena o que el diseño de los personajes sea maravillo, es que sencillamente la serie lo apuesta todo por el espectaculo. Velocidad y explosiones se suceden a cada instante y la cámara hace siempre virguerías para conseguir el plano más enrevesado o espectacular. Todo esta supeditado al espectaculo visual y todo es posible precisamente en función a él, la serie no tiene problema en destruir un agujero negro o explotar mil mechas simultaneamente. Además, la serie no duda en deformar su apariencia o cambiar su estilo en sí si piensa que con ello enfatiza más alguna escena o alguna declaración de sus personajes. En este aspecto hemos de recordar que estamos ante una obra de Gainax, y Gainax es sinónimo de experimentación narrativa. Toda la parte técnica esta dispuesta al servicio de la historia, y la historia en si es una constante emoción de euforia, determinación, amistad y confianza.
En todo caso esta no es una serie que debe recomendarse ver, pues es demasiado emotiva. Es una serie para disfrutarla, para entrar en complicidad con la aparente absurdez de sus primeros episodios, para comprender el exagerado idealismo de sus protagonistas -y de la propia obra- y para después disfrutar sensaciones de una forma desenfadada y exagerada. Un anime extraño que tiene la rara capacidad de emocionar y la de entusiasmar y alegra.