No estabamos preparados para esto

One Piece 558 - "Hermano"

Oda nos había advertido. Nos había dicho que antes de llegar al "Nuevo Mundo" (océano al que no se cuando llegaremos, pues aún tenemos que regresar a Shabondy y pasar por la isla submarina, con los Tenryuubitos y tritones que ello supone), teníamos un año "épico", que iba a ser una saga de continuas dobles páginas donde cada capítulo fuera más épico que el anterior. Pero no estabamos preparados para esto. Épico es ver a Samsagaz Gamyi contra Ella-Laraña. Épico es ver Danaerys Targaryen saliendo de las cenizas de la pira de su esposo. Épico es escuchar por primera vez "I´d do anything for love" de Meat Loaf. Épico es ver a Navi declarar que esta vez no te abandonará y que luchará junto a tí contra Ganondorf. Hay muchas maneras de definir la palabra épica, Oda mismo la ha definido en infinidad de ocasiones como esos agónicos gritos de Robin o Nami pidiendo ayuda o esa antológica declaración de Luffy sobre el valor de la bandera pirata en Drum. Pero no estábamos preparados para esto. En Impel Down Oda ya nos deleitó con una sucesión de grandes escenas que continuaban la maravilla que fue Shabondy... pero sólo en media docena de capítulos en Marinford Oda esta dejando el resto de su manga a la altura del betún. Porque nos hayamos en medio de la gran batalla que cambiara el mundo, porque nos encontramos en el momento en el que los tres famosos poderes se van a desequilibrar y el mangaka japones no va escatimar nada.
Y esta saga es tan grande... es porque es grande hasta cuando no es ella. Ya en la portada, que en esta ocasión cierra el mini-arco de Brook y abre las puertas a la esperada historia de Zoro y Perona. Vemos a Brook componiendo algo. Es algo bueno, Brook es un espadachín y parece que su "pow-up" va ir por la música. Y lo mejor es que incluso en esa escena tan aparentemente intrascendente Oda nos da una nueva muestra de su temple para contar la historia y nos muestra como los "invocadores" de Brook le enseñan los calzoncillos pensando que así le inspiraran. No deja de ser irónico lo que ha "padecido" Luffy y lo que lo han hecho Sanji y Brook. Después llega el show de Luffy.
La conversación entre Luffy y Barbablanca continúa con una muestra de extraña confianza y respeto entre piratas. Luffy, a su manera, reconoce la fuerza del gran pirata; y Barbablanca se ha encariñado con un pirata que es un verdadero pirata. En el pequeño flashback que Ace nos enseño vimos que el sueño que compartía con Luffy era el de ser los hombres más libres del mundo, Luffy dio todo un pequeño discurso de ello ante Rayleigh. Este desprecio a las leyes propias de la piratería es lo que le convierte en un verdadero pirata. Barbablanca ha reconocido en él la "antigua era", el deseo de libertad por encima de todo. Es por esto que encarga a Marco la tarea de salvarlo, porque en Ace vio al hijo carnal de Roger, pero en Luffy ha visto a su hijo espirítual. Barbablanca protege a los suyos, y hay algunos enemigos que ya son tan cercanos que son como de la propia familia. Como Rayleigh cuando los salvo de Kizaru, como el propio Mihawk cuando reconoció a Zoro, Edward Newgate quiere proteger los hermosos brotes de la era en la que se encuentran esperando ver que se conviertan en grandes árboles.
Por suerte, Barbablanca no es el único que quiere proteger a Luffy, pues nuestro atolondrado capitán por mucha voluntad, haki o fuerza que tenga, aún no es alguién que se pueda medir de igual a igual a los grandes participantes de esta guerra, mucho menos a todos ellos de golpe. Así vemos como es sucesivamente salvado por Ivankof y Jimbei de Kizaru, Kuma y Moria. Y como el pirata sólo logra superar a Hina. Es una gozada ver a esta capitana que tan divertida pareja hace con Smoker, pero esta claro que mientras que la fuerza de su compañero sobrepasa con creces la de su rango, la mujer-esposas tiene la fuerza de un capitán pero no más. Luffy puede superar a este personaje con facilidad gracias a su Gear 2, pero para el resto necesita ayuda. Luffy ya ha mostrado que puede ganar a Moria, pero no sería una victoria fácil ni corta, y aquí se agradece la llegada de Jimbei y el como este acaba con facilidad con los molestos zombis del shichibukai. Kizaru y Kuma ya son palabras mayores, y aquí entra en escena Ivankof.
Este bizarro personaje con forma de travestido cabezón no deja de ser un hombre de confianza de Dragon, y si bien parecía haber perdido fuerza ante ese monstruo que resultó ser Magellan, en este capítulo Oda ha reparado su dañado honor. El revolucionario es capaz, ni más ni menos, que de repeler los rayos de Kizaru y Kuma, algo que no está al alcanze de toso. Y de Kizaru pasamos a Kuma, y aquí el travesti se sorprende que un viejo amigo le ataque a pesar de tener que hacerlo como shichibukai. Podría, siempre lo he pensado, haber existido una tercera gran banda pirata en los años antiguos, una banda en la que estuviese Mihawk (nunca lo he visto como un hombre de Barbablanca) y quizás alguién como Dragon, y por extensión podrían estar allí Kuma y otros nombres notables. Pero naturalmente la hipotesis que parece más factible (demasiado para lo habitual en Oda, miedo me da como nos la pueda jugar) es que Dragon haya sido, sea (e incluso pueda ser en el futuro) un revolucionario. Si ha sido reseteado o no, no lo podemos saber. Lo grande de este personaje es que, a pesar de parecer todo obvio, su mutismo es tan absoluto y sus acciones tan ambiguas que es dificil aventurar nada.
Porque Kuma tambien permanece callado en ese gran momento que es la revelación de Luffy como hijo de Dragon. En este capítulo hemos visto una gran escena emotiva como es el sufrimiento de Ace por la muerte a la que está arrastrando a su hermano y la -ya habitual pero no por ello menos impresionante- declaración de ideales de Luffy. Un momento tipicamente "One Piece", con un maravilloso mini-flashback en el que vemos a los dos niños bebiendo alcohol y declarándose un amor fraternal inquebrantable. Pero tenemos también uno de esos momentos que cambian el mundo. Ante la declaración de Luffy de que era el hermano de Ace el terror de otro hijo de Roger se apoderó de los marines, Sengoku no obstante planea aprovechar esta situación y anuncia que Luffy es el hijo de Dragon pensando que estará muerto en poco tiempo y su victoria será mayor. No hace falta decir que, en el futuro, un hombre que ha golpeado los tres pilares de la Marina (Enies Lobby, Impel Down, Marinford), acabado -publicamente- con un Shichibukai, golpeado a un Tenryuubito y que goza de la simpatía de Barbablanca, el Pelirrojo y el Rey Oscuro no sería tomado ya a la ligera, pero si a esto le añadimos que por sus venas corre la sangre del hombre más perseguido del mundo... nos encontramos ante una situación que, sinceramente, no sé muy bien como va a manejar Oda. Por suerte confió en el mangaka y estoy convencido de que lo hará bien, así que puedo sencillamente deleitarme con las reacciones de los personajes ante esta revelación. El mutismo de Kuma y la irritación de Moria eran casi previsibles, pero es una gozada ver la sencillez con la que Mihawk lo acepta, como Smoker ata cabos o como simplemente Garp se ha resignado ya a lo inevitable. Mención especial por supuesto a la exagerada reacción de Buggy o a ese regalo que las musas hicieron a Oda que es Boa y su desbocado y loco enamoramiento absoluto de Luffy.
Ahora la duda es saber que pasará a continuación. Luffy ha soltado su gran discurso y podemos decir que esta saga ya anda servida de "emociones". Llega el momento de pasar a las acciones. Barbablanca continúa sin moverse, y aún con Luffy en escena parece dificil pensar que pueda continuar mucho más tiempo así. Así mismo, el famoso plan de Sengoku no debería tardar mucho más en llegar. En todo caso, parece que pronto comenzaremos a ver los casi inevitables -esto es un shonnen- "emparejamientos".