El hobbit: un viaje inesperado
Este "Hobbit 1" es, a todas luces, una película extraña. Tiene cosas buenas, cosas malas, y cosas... extrañas. El Hobbit no es "El señor de los Anillos", eso todo el mundo debería saberlo... pero es innegable que queda supeditado a él desde el mismo momento en el que Tolkien publicó su magna obra y aquel primer cuento infantil que creo para sus hijos quedo relegado al lugar de precuela. En esta reseña, plagada de SPOILERS, intentaré tener en cuenta tanto la trilogía anterior como el libro... sin ignorar claro que no dejamos de hablar de una película que debería funcionar como tal individualmente (eso si, en la reseña no entro a valorar el famoso 3D a 48fps, pues la versión que vi fue la tradicional).
Como lectura, el Hobbit funciona a las mil maravillas, un cuento repleto de aventuras. Como película tenía mis serias dudas que fuera a funcionar igual de bien, pues siempre he dicho que su estructura es más la de un videojuego que la de una película tradicional (estructura que si podía atribuirsele a el Señor). Esta adaptación me daba algo de miedo, y el sabor de boca que me ha dejado ha sido agridulce... porque hay cosas muy buenas en ella pero otras en las que Jackson sencillamente creo que se ha emborrachado de si mismo.
El Hobbit son 230 páginas... más o menos tiene la misma extensión que el primero de los seis libros que componen el Señor. Aquella introducción a la historia y viaje a Rivendel duraba en su versión cinematográfica hora y media... ahora un mismo número de páginas se desglosaran en nueve horas de metraje. Soy un fanático de Tolkien, pero esa duración me parecía a todas luces excesivas pues creía que las películas se resentirían como tales. Y así ha sido.
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No he elegido casualmente la imagen promocional anterior. Es anterior al verano, cuando se separó la segunda película en dos. Supongo que en una primera versión este primer acto acabaría con la llegada a la CIudad del Lago, ahora no... y nada de lo que aparece en este poster está en la película. Apenas vemos el viaje hasta la Carroca. Y para ello tenemos 170 minutazos. Mi impresión es que estamos viendo ya la versión extendida de la película, y creo que eso es un error. Primero porque no se que meteran en esos 25 minutos que traera la extendida, y segundo y principalmente porque hay mucho material que sobra. Hay demasiado material por y para fans de los libros, y eso juega en contra del ritmo de la película.
Particularmente el prologo de Erebor me parece una maravilla, y la posterior presentación de todos los enanos me parece que no le va a la zaga, era una parte complicada de adaptar por presentar a 13 personajes con tono cómico... pero creo que les ha quedado muy "hobbit". El problema llega después, con el viaje. La película intenta conjugar un tono cómico y al mismo tiempo levantar una sombra terrible de amenaza sobre la compañía. Introduce a Azog, para fortalezer a Thorin (y esto lo consigue y de sobremanera, grande, inmenso el Thorin de esta película) pero ello puebla la Tierra Media de demasiados orcos y wargos, muchas persecuciones por mucho que estas sean importantes de cara a la batalla que previsiblemente ocupará gran parte de la tercera película. Entiendo argumentalmente la premisa de los orcos, pues además Jackson tiene que mostrar a unos elfos enemistados con los enanos y eso es complicado cuando todo el público tiene como idea de estas dos razas a la dupla Legolas-Gimli, pero me parece que de alguna manera queda todo un pelín forzado de más, y luego además estos orcos entran un poco en conflicto con los trasgos de las montañas y la ligereza con la que estos son mostrados. Por una parte tenemos a los enanos y los trasgos, cómicos como ocurría en el libro, y luego tenemos a Thorin y los orcos... quizás excesivamente serios (se que los enanos son muy serios, pero este bipolaridad de la obra no se me hacía tan notoría en el libro).
Y luego tenemos toda la parte del Señor. Saruman, Galadriel, Radagast y el Nigromante. Me encanta la escaramuza de Radagast en Dol Goldur... pero todo lo demás de este personaje es denigrante hasta decir basta. Radagast es rarito, lo sabemos, pero podía ser sencillamente un poco más extravagante y ya esta. La sombra de Sauron comienza a crecer, pero creo que la película se empeña demasiado en ser precuela del Señor en algunos momentos. Y como he dicho antes, es una versión extendida, y eso no sólo se nota en alguna canción que sobre o en la presentación penosa de Radagst, si no que además hay menciones a Ungolliath o al reino de Angmar, como fanático de Tolkien me encanta... pero entiendo que es un error de la película pues sólo perjudica el ritmo y da más nombres a un espectador medio que sólo se confundirá. El prólogo de Erebor, el hecho de que la narración de Bilbo comience con las mismas palabras que el libro me parece sublime, son detalles perfectamente integrados por ejemplo lo de Toro Bramador Tuk creo que sobra.
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Estos defectos estropean algo una película que no deja de ser entretenida y emocionante, un más que digno regreso a la Tierra Media protagonizado por unos personajes muy carismáticos. Ahora bien, la película tiene otro problema, y es que el viaje cubierto en esta primera entrega ya esta visto, son paisajes que ya conocimos en la anterior trilogía con lo que se pierde gran parte de la fuerza visual de la misma (aquí también mencionar que la banda sonora me ha parecido algo floja, el tema de los enanos es muy bueno... pero se abusa de él, y cuando no... se recurre quizás con demasiada frecuencia a versiones de los temas clásicos de la saga). Por muy maravillosa que sea Nueva Zelanda, ya no sorprende... en este sentido tengo bastantes más esperanzas en la segunda película, cuanto veamos la Montaña Solitaria en todo su esplendor y descubramos el Bosque Negro.
El estilo de Jackson tampoco ayuda. Perfecto para los paisajes y para pequeñas escenas dramáticas, pero sigue siendo algo caótico para las batallas y donde en el Señor teníamos a 9 protagonistas más o menos diferenciados aquí sólo tenemos una horda de enanos cargando contra una horda de orcos o trasgos (y se nota que hay mucho digital, cuando la ausencia de este factor era precisamente una de las grandes virtudes de la trilogía de los anillos). La batalla de Minas Tirith era muy distinta a la Cuernavilla... aquí en esta película me es imposible no pensar que las escenas de acción están ya vistas y que no sorprenden más allá de cuando hay nuevos actores en juego (las águilas en esta entrega y, obviamente, la joya de la corona que será Smaug en la segunda película).
La película, en resumidas cuentas, esta bien. Pero no sorprende demasiado, y en ocasiones su tono cómico choca con su tono dramático... y le sobran cosas.
Un gran regreso a la Tiera Media, pero notoriamente alargado con el objetivo de conseguir unos cuantos dólares más.