martes, junio 21, 2016

Costuras deshilachadas por el tiempo

Frankenstein

Le tenía muchas ganas a este libro. Uno de los primeros clásicos del terror gótico y quizás la primera novela de ciencia-ficción como tal. Un clásico con todas las letras. Un clásico que me ha decepcionado bastante. 
Lo triste es que no me ha decepcionado por la historia o la narrativa de Shelley, que me parece brillante y muy acertada (sobre todo en la primera mitad, con recursos como las clásicas cartas de la época y una primera parte que da mucho pie a la introspección del personaje y a un terror más psicológico que físico). El problema que le veo a esta novela es que estuvo demasiada adelantada a su tiempo y las herramientas e ideas que muestra han sido tan explotadas y pulidas a posteriori que ahora se muestran raras y limitadas por las convenciones de la época.
La novela no llega a 300 páginas, y diría que la primera mitad, con la presentación del personaje de Viktor Frankestein, su juventud y su búsqueda de la inmortalidad está bastante bien. Como he comentado, aquí veo muy fresca la narrativa de Shelley y creo que esta parte ha envejecido muy bien. 
El problema llega después, cuando aparece la criatura. Las ideas de Shelley son muy buenas, con la naturaleza del mal, la responsabilidad de los padres con respecto a los hijos y toda esa simbología de los hombres jugando a ser Dios. El problema es que toda esta parte, narrativamente, me aburre. No se si llegará a un tercio de la novela -seguro que pasa de un cuarto-, pero  tenemos una historia de unos franceses exiliados que, francamente, me importa poco o nada. Es la clásica historia corta que muchos escritores te meten en sus libros, y hay veces que queda bien... pero al menos para mi gusto esta no es una de esas ocasiones. Esa parte es un gran lastre, y a esto se le suma una concepción del terror francamente simple, al menos para lo que hemos visto en los dos siglos posteriores. Entiendo que no era la intención principal de Shelley, pero todas las maldades del monstruo me parecen excesivamente simples o rocambolescas, así como la capacidad del protagonista para no prevenir algunas de sus acciones es ridícula.
Tengo que decir que no es una novela que recomiende especialmente. Tiene ideas muy potentes, y sobra decir que estamos hablando de uno de los libros más importantes e influyentes de los últimos dos siglos. Pero, particularmente, me parece que ha envejecido bastante mal y que va de más a menos. 

7 comentarios:

Anonimatus dijo...

Nunca me gustó que la versión que más caló en la cultura popular fue la del monstruo idiota que del cine y no la del inteligente y malicioso de la novela.

eter dijo...

Siempre me ha chocado eso... aunque supongo que en el cine se basarían más en aquellas primeras películas alemanas sobre golems y quisieron actualizarlos usando la "marca" Frankenstein.

OverMaster dijo...

El Dracula de Bram Stoker es bastante mejor (hablando de comparar libros).

Con respecto a las adaptaciones de Frankenstein, a decir verdad, la versión de Kenneth Brannagh y Robert De Niro siguió a la novela mas o menos fielmente y creo que les quedó bastante bien. De todos modos el monstruo tonto de Boris Karloff era entrañable y creo que se ha ganado su propio lugar en el iconográfico cinematográfico.

Bastión Literario dijo...

Lo de los inmigrantes puede parecer relleno, pero es el punto de quiebre en el que la criatura desiste de integrarse a la sociedad. Si ellos, quienes fueron tan miserables como él, no pudieron empatizar y comprenderlo, entonces ya nadie podría.

eter dijo...

OverMaster, lo leí hará más de 20 años ya... tendría que releerlo, pero recuerdo que me dejó una buena impresión.
El monstruo de Karloff era tan icónico que ha eclipsado por completo la novela original en la conciencia colectiva.

Bastión Literario, si, entiendo el segmento de los inmigrantes, pero se me hace muy largo y -en líneas generales- aburridas. Es una costumbre muy de algunos autores, muchos del XIX entre ellos, el insertar otros relatos dentro de la historia principal... y es un recurso que nunca ha terminado de gustarme.

OverMaster dijo...

Arthur Conan Doyle hizo eso un par de veces en sus novelas de Sherlock Holmes, y acababa siendo un plomo que distraía de la trama del misterio central. Vale que trataba de justificarlo por lo general para explicar las razones del crimen, pero vaya, de todos modos un plomo.

eter dijo...

Sí, fue precisamente el ejemplo que me vino a la cabeza cuando leí esta parte, creo que era en "estudio en escarlata" y el "el valle del mal" (o algo así), cuando te contaba un misterio y vale, estaba bien, pero luego te dedicaba las mismas páginas o más a una historia anterior... era raro.