domingo, octubre 30, 2016

Bocados de inocencia

Amaama to Inazuma

He aquí un anime que me ha encantado pero que me resulta imposible recomendar abiertamente. Amaama no es ni siquiera un slice of life, ese es un género en el que vemos el día a día.... y aquí sólo habría un día. Todos los episodios siguen el mismo esquema. Tenemos a un profesor cuya mujer ha muerto recientemente y que ha de cuidar en solitario de su encantadora hija, y para ello intenta aprender a cocinar cocina casera gracias a la ayuda de una de sus alumnas. El argumento no tiene más complicaciones, no hay romance entre el profesor y la alumna ni nada que se le parezca; cierto es que la alumna -Kotori- tiene su pequeño trauma y una relación mejorable con su madre, pero estas son tramas secundarias muy vagamente planteadas y el eje de la serie es una relación sencilla y honesta por el bien de una niña absolutamente adorable. Todos los episodios se reducen a una decena minutos de los personajes aprendiendo a cocinar un plato y degustándolo tras unos pocos minutos iniciales en los que vemos alguna anécdota o problema que motive la elección del plato a cocinar.
No hay más. La serie es una comedia amable donde vemos los esfuerzos de un hombre por cuidar a su hija y protegerla en la medida de lo posible de la perdida de su madre. La referencia más clara sería la maravillosa y entrañable "Usagi drop" (ver reseña), y aquí también vemos una relación tierna y preciosa de un hombre que se ve obligado a ser padre en solitario y una niña que comienza a articular sus primeras cadenas de razonamiento. La joven Tsumugi es, por supuesto, la estrella de la serie; una niña preciosa y adorable a todos los niveles posibles tanto en sus buenos como en sus malos momentos, destila la pureza y la inocencia más puras y es imposible no encariñarse con ella.
No obstante, siendo una comedia amable en casi todo su metraje, es una serie en la que la sombra del drama está siempre presente. Todos los personajes lo están pasando bastante mal y esa extraña amistad surgida al calor de unos fogones es un refugio para ellos. De la alumna de instituto se intuyen algunos problemas y cierto distanciamiento con su madre, del profesor vemos que sencillamente está superado por las circunstancias y el tener que afrontarlo todo en solitario, y de Tsumugi veremos lo mejor pues en su mundo de colorines y alegría -mundo que literalmente se nos muestra en alguna ocasión- se echa en falta la figura de la madre y alguna ocasión la sombra de la comprensión del concepto de la muerte acecha sobre ella. La serie es una comedia sencilla y terriblemente plana y repetitiva, pero es muy disfrutable y uno empatiza casi de inmediato con los personajes... lo cual hace que la vea con cierto respeto porque uno tiene la sensación de que el gigantesco potencial dramático y lacrimógeno de la serie puede estalla en cualquier momento.
La narrativa es bastante sencilla, recurriendo siempre a un mismo esquema de episodio que se repite episodio tras episodio y en el que únicamente tenemos las variaciones justas para que la serie no sea excesivamente repetitiva (algo que no puede evitar ser, esta es una de esas series que han de verse semanalmente y que no soportarían un visionado continuo). Aunque muestra cambios y el drama y la comedia otorgan algo de variedad y mantienen la expectación por parte del espectador, el ritmo de la serie es extremadamente pausado; hablamos de una serie que en su mayor parte va de preparar platos no especialmente complicados y de probarlos.
Tecnicamente es una serie que se nota de presupuesto medio-bajo. El diseño de personajes y la animación de estos son rutinarios; los fondos son fijos (y además la serie reutiliza mucho las ubicaciones principales) y los platos de comida desde luego no resultan tan tentadores como podrían serlo lo de otras series de cocineros. La música es normal y el trabajo de los seiyuus también en su mayor parte, aunque cuando el drama aparece todos los personajes están ahí. La excepción sería la niña, el trabajo de su dobladora (otra niña de apenas 10 años) es espectacular y es en ella, en su diseño y sus animaciones donde se han concentrado los esfuerzos del equipo de la serie.
Es una serie que me ha encantado y que me parece un diamante en bruto; pero es también una serie tan extraña y particular que no puedo tildarla de imprescindible o recomendarla indiscriminadamente. 

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues el personaje de Tsumugi me pareció bastante forzado. Se esforzaron demasiado en intentar hacerla adorable. Creo que la niña de Barakamon, que hacía un papel similar fue mucho más sutil en esto y por lo tanto más creíble.

Anonimatus dijo...

Me pregunto que incluirá la comida de la niña para que tenga esa mata de pelo a su edad.

eter dijo...

Anónimo, creo que sería algo más pequeña que ¿Haru? de Barakamon, esta no deja de ser una niña muy pequeña y todo el mundo le rie las gracias... como más o menos pasa con todos los niños de su edad. No obtante, a mi por ejemplo en algún momento se me atragantaban un poco sus canciones o alguna de sus chorradas, pero bueno, creo que es más o menos normal.

Anonimatus, como persona genéticamente destinada a ser un George Constanza.... no puedo evitar hacerme la misma pregunta.

Setzer dijo...

Aunque tuvo un buen comienzo y por lo general estuvo bien, según avanzaba la serie se me hacía cada vez más pesada. La cría para mi fue pasando de adorable a cansina y me habría gustado que la serie tuviera algo más de variedad o que entrasen más en algunos de los dramas latentes. Por ejemplo, podrían explicar que trauma tiene la tía con los cuchillos o al menos dar alguna pista del tema.

eter dijo...

Yo supongo que, dentro de la ligereza de la serie, los pocos dramas que se entreveen se los guardaran para el final -hablando del manga-. Pero si es cierto que al menos un miniflashback de 2 segundos en los que se viera a la tia manchada de sangre por haber cortado a su madre o algo así podían haber metido.

erGuiri dijo...

Me gustó esta serie aunque tengo el último episodio por ver .. y no me apetece.. conque tampoco era para tanto. Hubiese molado que el profe se enrollase con la alumna y servicios sociales se llevase a la niña.

eter dijo...

Habría sido... un giro curioso, pero bueno, ya puestos de paso hacemos un crossover con Tokyo Magnitude XD.

Coñas aparte, yo entiendo todas las críticas a la serie, porque no pasa nada en ella XD, pero a mi me gustaba, eran 20 minutos muy tranquilos cuando uno llegaba extresado del trabajo un lunes. Y el último capítulo mola, es la previsible comida en común que uno querría ver como colofón de esta serie.