martes, mayo 31, 2011

Conociendo a la Cuarta Dimensión

El ladrón del tiempo

Novela... rarilla. Buena, pero buena dentro de el arco de "La Muerte", sin duda el más particular de todos los que componen el Mundodisco. Todavía no he terminado de leer una novela protagonizada por la Parca con la sensación de plenitud que Prattchet consigue en otros relatos.
Nuevamente vemos a un Prattchet muy ambicioso argumentalmente. Los Auditores surgen como los grandes enemigos y el autor británico se vale de ellos para reflexionar sobre lo que es la humanidad, lo que es ese plus que llamamos alma que nos hace pensar y ser libres por encima de nuestros instintos o nuestra propia educación. Y además tenemos al Tiempo personificado, idea muy particular... pero es que hacen falta cosas muy particulares cuando como protagonista tienes al Segador y a su nieta.
Y la novela más o menos funciona... hasta cierto momento. Las ideas de Prattchet, como siempre, son originales, frescas y sugerentes; y su narrativa esta plagada de detalles y es amena y divertida. Pero la historia es muy rara, y hay un momento en el que uno se da cuenta de que se han acabado las presentaciones y está inmerso en el desarrollo de la trama... y que para entonces el libro no le ha terminado de convencer. No es que sea una mala novela, sigue siendo divertida... es sencillamente que es muy rara y, al menos en mi caso, hay un momento en el que sobrepasa el margen de credulidad con el que la afronto y comienzo a hacerme preguntas sobre por qué pasa esto y no lo otro... y aquí al ser literatura fantástica extrema tengo la sensación de que todo se adapta demasiado a lo que el autor quiere contarnos y me parece leer trampas narrativas por todos lados.
Quizás mi crítica pueda parecer excesivamente dura. De las novelas de la Muerte es la que más me ha gustado, y es una novela entretenida, con grandes e inspirados pasajes, con ideas originales y con momentos muy divertidos. Pero la Muerte.... me sigue pareciendo que Prattchet continua sin dar con la tecla mágica con este personaje.

4 comentarios:

El Tipo de la Brocha dijo...

Creo que has dado en el clavo con uno de los elementos que más falla en las novelas de Prattchet. Todas empiezan bien, pero hay algunas en las que, a medida que avanza el relato, desconectas y no porque estén mal. Es extraño y difícil de explicar.

eter dijo...

Yo siempre he dicho que a Prattchet se le ocurre una idea... y va a muerte con ella aunque no lo valga.
Raro que sea decirlo... escribe demasiado.
Aquí por ejemplo la idea inicial de los auditores y el reloj de cristal esta bien... pero hay un momento que se hace rara. Con los monjes de la historia pasa algo parecido. Y Kaos directamente no suma nada a la historia.

ticktacktoe dijo...

Kaos no suma nada, pero la idea de un lechero pertenenciente a la banda es genial, y un homenaje a su colaboracion con Neil Gaiman.

Sea como sea, si que es cierto que Prattchet escribe con el piloto automático puesto, siendo incapaz de sacar jugo a las escenas realmente interesantes, o incluso a los personajes. La sola idea de un auditor cambiando el punto de vista....no se daba para mas no?

eter dijo...

El problema de Kaos es que Prattchet te hace pensar que va a ser más importante, que va a ser relevante de cara a la trama... y al final no deja de ser algo anecdótico y curioso. Es un puntazo, pero muuuuuy alargado.

Los auditores son curiosos en este libro. Lejean esta bien, y tiene una correcta evolucion. Y cuando empiezan a llegar los otros y a cambiar plurales por "yoes", a pensar con vanidad, a experimentar la violencia... esta muy bien. Pero luego es algo raro, llega un momento, como cuando pasas de una página a otra, que te parece que todo es excesivo o exagerado.