Esta película constituye el debut en la dirección de Tommy Lee Jones, y uno no puede hacer otra cosa que quitarse el sombrero ante ella. Un derroche de calidad y clasicismo que demuestran que Jones no es sólo un pedazo de actor, si no también un hombre que conoce muy bien el cine y sabe como hacer una gran película.
Los tres entierros de Melquiades Estrada es un western en el sentido más tradicional de la palabra. Recuerda a aquellas películas de John Ford o William Wyler donde veíamos a un par de vaqueros recorrer el oeste transportando ganado o buscando a una sobrina raptada por los indiios. Jones bebe de esos directores para deleitarnos con una historia sin fisuras, un ritmo pausado pero incesante, unos paisajes amplios y preciosos y una fotografía de la frontera entre Mejico y Texas.
Melquiades Estrada es un mejicano que trabaja como vaquero para Pete Perkins. Un día, mientras cuida las cabras será asesinado por un guardia fronterizo bastante idiota. Pete, viendo el guardia queda impune de su crimen y que el cadáver de su amigo se pudre sin que a nadie parezca importarle, hace lo único que puede hacer, aquello a lo que su sentido del deber para con su amigo y su propia decencia le obligan. Loco a ojos de todos, secuestra al guardia y le obliga a desenterrar el cadáver de Melquiades y después ir cón hasta Mejico, para enterrar a Melquiades en su hogar y contar a su esposa e hija lo que ha pasado.
Una historia sobre la amistad y la redención, sublimemente narrada.
Los tres entierros de Melquiades Estrada es un western en el sentido más tradicional de la palabra. Recuerda a aquellas películas de John Ford o William Wyler donde veíamos a un par de vaqueros recorrer el oeste transportando ganado o buscando a una sobrina raptada por los indiios. Jones bebe de esos directores para deleitarnos con una historia sin fisuras, un ritmo pausado pero incesante, unos paisajes amplios y preciosos y una fotografía de la frontera entre Mejico y Texas.
Melquiades Estrada es un mejicano que trabaja como vaquero para Pete Perkins. Un día, mientras cuida las cabras será asesinado por un guardia fronterizo bastante idiota. Pete, viendo el guardia queda impune de su crimen y que el cadáver de su amigo se pudre sin que a nadie parezca importarle, hace lo único que puede hacer, aquello a lo que su sentido del deber para con su amigo y su propia decencia le obligan. Loco a ojos de todos, secuestra al guardia y le obliga a desenterrar el cadáver de Melquiades y después ir cón hasta Mejico, para enterrar a Melquiades en su hogar y contar a su esposa e hija lo que ha pasado.
Una historia sobre la amistad y la redención, sublimemente narrada.
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