Pierce Brosnan es un asesino vividor que un día se da cuenta de que es un desgraciado, de que esta al límite, no puede seguir matando como antes, y ni siquiera su adorado alcohol o sus adoradas -más aún- prostitutas le sirven de consuelo. Y entonces se da cuenta de que no tiene ningún amigo. Y es así como un día se encuentra con Greg Kinnear, un tranquilo empresario, en un bar. En ese momento el asesino tendra un objetivo: hacerse amigo de él.Este es el surreal punto de partida de la pelicula, que explota el argumento de un hombre normal y corriente que de repente se encuentra con un hombre con todos los vicios posibles e increiblemente pesado que quiere ser su amigo, y que además es un asesino, lo cual lo hace terriblemente peligroso.
La pelicula tiene alguna que otra concesión a la sensiblería con la típica redención final y la amistad que se va formando entre la pareja. Pero el personaje de Brosnan es trementadamente divertido (basta decir que su país favorito es Tailandia, porque hasta los tios parecen tías, o que cuando tiene problemas para ver bien trata de solucionarlo -siempre- con alcohol, de hecho trata de solucionar cualquier problema con alcohol o con mujeres).
Es una pelicula recomendable. Evidentemente no pasara a la historia, pero dura hora y media y es ligera y entretenida. No me la compraré en Dvd, pero no me arrepiendo de haberla visto y no se me ha hecho larga (algo que no todas las películas pueden decir).
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