Samurais, extraterrestres, azucar y perros gigantes.

Gintama

Viendo las primeras imágenes de "Gintama", uno piensa que se encuentra ante el clásico manga-anime de samurais. Que Gintoki es un ronin renegado con un pasado que desea olvidar y del que quiere redimirse, y que bajo su tutela esta un joven aprendiz que ve en el un noble modelo a seguir y una inocente damisela que en el fondo esta enamorada de él. Uno podría pensar que esto algo parecido a Kenshin, o que quizás incluso sea una obra mayor como "lobo solitario...".
Nada más lejos de la verdad. Los primeros planos tienen esa intención...
La serie comienza con los protagonistas perseguidos por unos yakuza, pero al doblar una calle vemos que de pronto se encuentran en una urbe con coches voladores y marcianos. Ese es atractivo de la serie, que carece de la más mínima lógica, que es una parodía hiperbólica de todos los shonnen clásicos de samurais y que, en resumen, es una chorrada monumental. Pero eso no es algo malo, una serie que creada desde el principio con ese propósito no es lo mismo que una que prentende ser seria pero carece de la calidad para ello. En el caso de "Gintama" eso no pasa, la serie misma se sabe una serie y el protagonista se queja cuando sale poco en pantalla o cuando piensa que algo no va a ser aceptado por la audiencia.
Tenemos a un protagonista obsesionado con comprar la "Jump" y que tiene problemas de azucar, a un ayudante otaku, a una extraterrestre mega fuerte y mega... "rara" que tiene por mascota a un perro gigante, a una legión de policias samurais con tendencia a los genocidios y liderados por un acosador, a un antiguo samurai obsesionado con los explosivos y acompañado por una especie de pingüino gigante, a una kunoichi cegada apasionada de las comidas apestosas... todo eso en un Japón medieval que ha sido invadido por los alienígenas y en el que ahora se mezclan todo tipo de seres criaturas y disputas surrealistas que no pueden ser calificadas más que de... absurdas.
Todo eso es Gintama. La personificación animada del más absoluto disparate. La animación es buena, y el ritmo también, pero el problema de este tipo de historias es que uno no sabe si son rematadamente geniales o condenadamente estúpidas. Esto origina un problema importante: se disfruta extraordinariamente hasta un punto, pasado este la tontería cansa. Queda por ver como se desarrollará esta historia, si caerá en una espiral de locura que acabara por superarla o si -en su "lógica"- encontrará como crecer y convertirse en lo que sería una serie tremendamente divertida.