Darker than Black es, sencillamente, un pedazo de serie. Desde el miniarco de dos episodios hasta los últimos tres individuales, la serie engancha con una facilidad increible y va desarrollando poco a poco una trama sugerente, ambiciosa y original.
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La historia, además, no es la clásica historia de ciencia ficción que conocemos. Nos coloca en una sociedad actual en la que unos hombres -los contratistas- estan dotados de unos poderes sobrenaturales que distintas organizaciones usan como armas. Se trata de una historia extraña en la que estos hombres tratan de ganar un lugar en el mundo y conseguir una humanidad que parecen haber perdido, pero el final es tan ambiguo y abierto que resulta dificil afirmar que es lo que sucede al final. Uno de los defectos de la serie es precisamente ese, pues en su tramo final no cierra muchas de las preguntas que antes abre (algunas quizas se cierren en la OVA que vendrá con el último DVD, pero lo cierto es que parece que sencillamente los guionistas no han sabido encontrar un buen final para la serie y se han limitado a hacer uno abierto).
A nivel técnico la serie es impresionante. El diseño, tanto de personajes como de la ciudad es sobervio. La animación fluida y siempre tiene un nivel altísimo. Las escenas de acción estan perfectamente planificadas y son espectaculares pero no parecen exageradas ni ficticias. Y la dirección en sí es perfecta, no ya por el perfecto desarrollo de la trama, si no porque el dominio de los tiempos y de la puesta en escena es grandioso en cada miniarco infiltrándose cada uno de estos en un distinto género dramático.
Poco más se puede decir de Darker than Black sin revelar spoiler. Cuando una serie esta bien hecha y tiene un argumento sugerente e interesante sólo se puede hacer una cosa ante ella: disfrutarla.