Allá por el 98 uno de mis hermanos me llevó al cine a ver esta película. La había visto y le había encantado, y yo le seguí la contraria porque no tenía nada mejor que hacer.
Nunca podré agradecerselo suficiente. "Dark City" es, sin duda alguna, una de mis películas favoritas. Un derroche de ciencia-ficción, una historia de terror, suspense, fantasía y drama que en mi opinión le da diez mil vueltas a "Matrix" (la película de los Wachowski se estrenó una año después y siendo una mala y burda copia argumental con pataditas se llevó todo el mérito).
La película comienza con un hombre que se despierta en un escenario de un crimen sin recordar nada. Escapará y descubrirá que nadie en esa ciudad tiene recuerdos mientras busca los suyos propios. La ciudad, oscura, gótica y enrevesada, carece de luz o de salida. Todo es un gigantesco experimento controlado por unos cadáveres andantes que manipulan los recuerdos humanos en busca de algo tan humano como el "alma".
Argumento fácil de comprender porque "Matrix" lo copypasteo vilmente, en su momento me pareció fascinante y aún hoy me lo parece, porque lo mejor es la maestría con la que Alex Proyas (director de una joya estética como "El cuervo" y de una adaptación de Asimov más que decente como era "Yo, robot"). "Dark city" juega con la dupla que compone un hombre y sus recuerdos, privando a uno de ellos y dotando a seres sin alma de ellos, ello nos permite internarnos en un debate tan interesante como el saber que es lo que define verdaderamente a una persona ¿somos sólo la reunión de nuestros recuerdos? ¿todo lo que hacemos es la consecuencia de actos pasados de nuestra vida? ¿somos una computadora lógica increiblemente compleja o hay algo más?. El concepto de alma, algo tan literario, queda increiblemente bien plasmado en esta película. Y sobre ella se articula todo. El alma, la falta de identidad al darse cuenta de que todo lo que hemos vivido hasta ahora es una farsa (y al contrario que en Matrix aquí no hay villanos a los que culpar, los personajes no recuerdan nada que hubiera antes, todo lo que tienen es esa gigantesca cárcel oscura que es su ciudad).
Todo ello se apoya a su vez en una producción sencillamente genial. Todo en esta película es perfecto. Los actores estan geniales, el siempre sobrio e imponente William Hurt, la preciosa y frágil Jennifer Connelly, Kiefer Sutherland en un alarde de sobreactuación contenida y Rufus Sewell en el que es el papel por el que siempre le recordare. La dirección artística es la que se puede esperar en una cinta del director que dirigió "El cuervo", una ciudad oscura y gótica, repleta de charcos y angulos. Altos rascacielos y callejones estrechos en una ciudad que vive en una noche perpetua. Todo es incómodo, todo es amenazante, agobiante u opresor. Y Proyas mueve la cámara prodigiosamente con travellings, contrapicados y primeros planos donde la ciudad parece que va a devorar al protagonista, y todo ellos se intercala con planos amplios de la ciudad para resalzar la insignificacia de esta, una ciudad desierta y oscura.
La película es todo un ejercicio de estilo, tanto de cámara como de libreto. Porque independientemente de la capacidad del director para recrear ambientes oscuros y sobrecargados (eso es algo que no falta en estos días) lo meritorio es el trabajo del guión. Todo esta al servicio de la historia. La ciudad es oscura pare resalzar la opresión y la monotonía, el absoluto vació en el que viven los protagonistas. No hay luz alguna y por ello mismo resulta tan épico algo tan simple como un amanecer. Pero además, en esta película no hay apenas concesiones a la comercialidad. No hay más pelea que una batalla telepática al final, no hay tiros, ni persecuciones, ni explosiones ni peleas coreografiadas por algún especialista de Hong-Kong. Es una historia literal en el sentido más amplio de la palabra. Una diserción sobre la personalidad humana y sobre el significado de los recuerdos disfrazada de trhiller policiaco de ciencia-ficción. Y todo ello contado con increible claridad y precisión en hora y media.
Espero que el tiempo coloque a esta película en el lugar que le corresponde, y ese es en lo más alto de la ciencia-ficción, a la altura de mitos como Blade Runner o 2001. La película lo merece. Yo, desde aquí, no puedo hacer otra cosa que recrearme con su visionado de vez en cuando y recomendarla a todo aquel que pueda.
Nunca podré agradecerselo suficiente. "Dark City" es, sin duda alguna, una de mis películas favoritas. Un derroche de ciencia-ficción, una historia de terror, suspense, fantasía y drama que en mi opinión le da diez mil vueltas a "Matrix" (la película de los Wachowski se estrenó una año después y siendo una mala y burda copia argumental con pataditas se llevó todo el mérito).
La película comienza con un hombre que se despierta en un escenario de un crimen sin recordar nada. Escapará y descubrirá que nadie en esa ciudad tiene recuerdos mientras busca los suyos propios. La ciudad, oscura, gótica y enrevesada, carece de luz o de salida. Todo es un gigantesco experimento controlado por unos cadáveres andantes que manipulan los recuerdos humanos en busca de algo tan humano como el "alma".
Argumento fácil de comprender porque "Matrix" lo copypasteo vilmente, en su momento me pareció fascinante y aún hoy me lo parece, porque lo mejor es la maestría con la que Alex Proyas (director de una joya estética como "El cuervo" y de una adaptación de Asimov más que decente como era "Yo, robot"). "Dark city" juega con la dupla que compone un hombre y sus recuerdos, privando a uno de ellos y dotando a seres sin alma de ellos, ello nos permite internarnos en un debate tan interesante como el saber que es lo que define verdaderamente a una persona ¿somos sólo la reunión de nuestros recuerdos? ¿todo lo que hacemos es la consecuencia de actos pasados de nuestra vida? ¿somos una computadora lógica increiblemente compleja o hay algo más?. El concepto de alma, algo tan literario, queda increiblemente bien plasmado en esta película. Y sobre ella se articula todo. El alma, la falta de identidad al darse cuenta de que todo lo que hemos vivido hasta ahora es una farsa (y al contrario que en Matrix aquí no hay villanos a los que culpar, los personajes no recuerdan nada que hubiera antes, todo lo que tienen es esa gigantesca cárcel oscura que es su ciudad).
Todo ello se apoya a su vez en una producción sencillamente genial. Todo en esta película es perfecto. Los actores estan geniales, el siempre sobrio e imponente William Hurt, la preciosa y frágil Jennifer Connelly, Kiefer Sutherland en un alarde de sobreactuación contenida y Rufus Sewell en el que es el papel por el que siempre le recordare. La dirección artística es la que se puede esperar en una cinta del director que dirigió "El cuervo", una ciudad oscura y gótica, repleta de charcos y angulos. Altos rascacielos y callejones estrechos en una ciudad que vive en una noche perpetua. Todo es incómodo, todo es amenazante, agobiante u opresor. Y Proyas mueve la cámara prodigiosamente con travellings, contrapicados y primeros planos donde la ciudad parece que va a devorar al protagonista, y todo ellos se intercala con planos amplios de la ciudad para resalzar la insignificacia de esta, una ciudad desierta y oscura.
La película es todo un ejercicio de estilo, tanto de cámara como de libreto. Porque independientemente de la capacidad del director para recrear ambientes oscuros y sobrecargados (eso es algo que no falta en estos días) lo meritorio es el trabajo del guión. Todo esta al servicio de la historia. La ciudad es oscura pare resalzar la opresión y la monotonía, el absoluto vació en el que viven los protagonistas. No hay luz alguna y por ello mismo resulta tan épico algo tan simple como un amanecer. Pero además, en esta película no hay apenas concesiones a la comercialidad. No hay más pelea que una batalla telepática al final, no hay tiros, ni persecuciones, ni explosiones ni peleas coreografiadas por algún especialista de Hong-Kong. Es una historia literal en el sentido más amplio de la palabra. Una diserción sobre la personalidad humana y sobre el significado de los recuerdos disfrazada de trhiller policiaco de ciencia-ficción. Y todo ello contado con increible claridad y precisión en hora y media.
Espero que el tiempo coloque a esta película en el lugar que le corresponde, y ese es en lo más alto de la ciencia-ficción, a la altura de mitos como Blade Runner o 2001. La película lo merece. Yo, desde aquí, no puedo hacer otra cosa que recrearme con su visionado de vez en cuando y recomendarla a todo aquel que pueda.
6 comentarios:
Ya me habían hablado de esta película y me había interesado. Ahora, definitivamente, la veré.
Y me lo agradeceras ^^
Yo la vi en su momento y me gustó mucho, me sorprendió pero que pasará tan desapercibida con lo que se llevan este tipo de películas (como Matrix, como bien mencionas), le fallaría el marketing?
Matrix es mucho más "molona" que Dark City, que es mucho más oscura, sesuda, clásica y sobria.
A mi "Dark city" me parece una auténtica maravilla y una joya a descubrir y difundir. Es una lástima que sea tan poco conocida y que hasta películas como "Gatacca" (no entro a juzgar la calidad de esta) fueran más promocionadas.
Veo que no soy el unico que se dió cuenta del plagio descarado que es Matrix.
A mi también me parece que Dark City es muy superior, en especial si la comparamos con las secuelas de Neo and Company (y eso que a mi la 3ª me gusto).
Una pena que DC sea tan poco conocida, su calidad es inmensa.
Amen de que tiene una historia mucho más sólida
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