Sexto libro de la saga "La espada de la verdad", este libro recupera lo mejor de la serie tras un par de últimas entregas en las que el nivel había decaído bastante. Aquí Goodkind, si bien sigue haciendo gala de algunos de los defectos que han lastrado la serie en los últimos libros, recupera las más importantes virtudes de esta.
La trama es basntante más extensa cronologicamente de lo habitual. Si en los cinco libros anteriores podemos decir que transcurría un año real, sólo en este libro se ocupa el mismo tiempo (aunque para ello Goodkind se valga de una más que notable elipsis narrativa). Así mismo, lo que en los libros anteriores solían ser acontecimientos de gran importancia pero muy localizados, aquí esta mucho más globalizado. La gran guerra contra la Orden Imperial se muestra en su plenitud en este libro, y así mismo también se nos presenta el origen del enemigo y su país natal. La trama bélica esta bastante bien llevada y presenta una guerra total que se aleja de las batallas que solían centrar la atención en los libros anteriores, aquí a cada escaramuza y cada enfrentamiento le siguen otros, y así se consigue transmitir la sensación de desgaste y desesperación que una guerra realmente es. En cuando al Nuevo Mundo, Goodkind gasta muchas páginas en describirnoslo y explicar así tanto la mentalidad como los ideales de los hombres que hasta entonces habían sido los grandes enemigos de la serie. En este aspecto hay una notable evolución en la narrativa de Goodkind pues nos muestra la guerra como lo que realmente es, una locura que transforma a buenas personas en demonios (y aquí el ejemplo más claro se ve en los horrores que Kahlan y Verna se ven obligadas a cometer y las personas humildes y honestas que Richard conoce en el Viejo Mundo).
La parte de Kahlan es bastante convencional y nos vuelve a mostrar a la gran heroína en la que esta se convierte cuando su esposo no esta presente. Cuando Richard esta junto a ella, Kahlan es "la chica", cuando no, Kahlan es la Madre Confesora, la auténtica soberada de la Tierra Central. Como siempre, hay cierto toque misógino en esta serie al dar finalmente la razón a Richard en sus pensamientos, pero en este caso ambos son comprensibles pues uno es un héroe caído y la otra es una mujer que sencillamente no puede resignarse a no hacer nada y escoger el mal menor. Por parte de Richard viene la gran novedad de esta entrega y esa responde al nombre de Nicci, una hermana de las tinieblas que entra en la galería de memorables villanos-amigos de la serie con una personalidad que oscila entre la indiferencia absoluta, la tristeza y la simple y llana locura. Nicci es un personaje excelemente construido que recuerda en cierta manera a Denna, Cara o el resto de las mord-sith. Un personaje que crece junto a Richard y que encuentra la redención que buscaba al final de libro y amenaza con convertirse en una de las piezas claves de la saga en los siguientes libros.
No obstante, el libro tiene defectos. La historia es más apasionante que la de "El espíritu del fuego" y los personajes están mucho mejor construidos, pero ello no evita que el autor caiga en los fallos que cometió en este. Nuevamente hay muchos personajes que no aparecen, no son necesarios y en cierta manera es de agradecer que no esten presentes a la fuerza, pero aún así resulta imposible no echar de menos a Chase, Escarlata, Shota, las Hermanas de la Oscuridad o Berdine. Así mismo, si bien en su gigantesco flashback Nicci esta fenomenalmente retratada, este dibujo se echa algo por los suelos al desdibujar demasiado la sociedad del Viejo Mundo y caer Goodkind en su maniqueísmo político. Si "El espíritu del fuego" atacaba a la democracia en sí, esta entrega es una crítica bestial al comunismo, pero al ridiculizar este para resaltar sus defectos la sensación es casi la contraria. El pensamiento de un escritor se refleja en sus libros, pero me parece que en este caso Goodkind siempre adolece de una falta de tacto y de una imposición de ideas más que notable. Su idea de las libertades absolutas, de que cada hombre ha de tomar sus decisiones y demás... cuando tiene un héroe al que todos siguen, no deja de ser algo contraproducente.
Estos defectos, así como unas atribuciones demasiado exageradas a Richard y su don para cambiar a la gente, son quizás los defectos más remarcables de un libro que, no obstante, es un paso adelante con sus predecesores. Goodkind ha mejorado como narrador y además comienza a enlazar mejor los distintos libros de una saga que hasta este momento se había mostrado demasiado episódica.
El estilo de Goodkind es, como siempre, tremendamente accesible. Si bien alguna que otra descripción es recursiva o excesiva, el suyo es un estilo tremendamente ameno. Narra con sencillez batallas y viajes, consigue unos diálogos notables a pesar de alguna que otra tendencia al discurso fácil, y desarrolla a la perfección sus personajes.
Un libro que, claro esta, sólo puede recomendarse a todos aquellos que hayan disfrutado con los cinco anteriores, pero que dentro de estos destaca como uno de los mejores.
La trama es basntante más extensa cronologicamente de lo habitual. Si en los cinco libros anteriores podemos decir que transcurría un año real, sólo en este libro se ocupa el mismo tiempo (aunque para ello Goodkind se valga de una más que notable elipsis narrativa). Así mismo, lo que en los libros anteriores solían ser acontecimientos de gran importancia pero muy localizados, aquí esta mucho más globalizado. La gran guerra contra la Orden Imperial se muestra en su plenitud en este libro, y así mismo también se nos presenta el origen del enemigo y su país natal. La trama bélica esta bastante bien llevada y presenta una guerra total que se aleja de las batallas que solían centrar la atención en los libros anteriores, aquí a cada escaramuza y cada enfrentamiento le siguen otros, y así se consigue transmitir la sensación de desgaste y desesperación que una guerra realmente es. En cuando al Nuevo Mundo, Goodkind gasta muchas páginas en describirnoslo y explicar así tanto la mentalidad como los ideales de los hombres que hasta entonces habían sido los grandes enemigos de la serie. En este aspecto hay una notable evolución en la narrativa de Goodkind pues nos muestra la guerra como lo que realmente es, una locura que transforma a buenas personas en demonios (y aquí el ejemplo más claro se ve en los horrores que Kahlan y Verna se ven obligadas a cometer y las personas humildes y honestas que Richard conoce en el Viejo Mundo).
La parte de Kahlan es bastante convencional y nos vuelve a mostrar a la gran heroína en la que esta se convierte cuando su esposo no esta presente. Cuando Richard esta junto a ella, Kahlan es "la chica", cuando no, Kahlan es la Madre Confesora, la auténtica soberada de la Tierra Central. Como siempre, hay cierto toque misógino en esta serie al dar finalmente la razón a Richard en sus pensamientos, pero en este caso ambos son comprensibles pues uno es un héroe caído y la otra es una mujer que sencillamente no puede resignarse a no hacer nada y escoger el mal menor. Por parte de Richard viene la gran novedad de esta entrega y esa responde al nombre de Nicci, una hermana de las tinieblas que entra en la galería de memorables villanos-amigos de la serie con una personalidad que oscila entre la indiferencia absoluta, la tristeza y la simple y llana locura. Nicci es un personaje excelemente construido que recuerda en cierta manera a Denna, Cara o el resto de las mord-sith. Un personaje que crece junto a Richard y que encuentra la redención que buscaba al final de libro y amenaza con convertirse en una de las piezas claves de la saga en los siguientes libros.
No obstante, el libro tiene defectos. La historia es más apasionante que la de "El espíritu del fuego" y los personajes están mucho mejor construidos, pero ello no evita que el autor caiga en los fallos que cometió en este. Nuevamente hay muchos personajes que no aparecen, no son necesarios y en cierta manera es de agradecer que no esten presentes a la fuerza, pero aún así resulta imposible no echar de menos a Chase, Escarlata, Shota, las Hermanas de la Oscuridad o Berdine. Así mismo, si bien en su gigantesco flashback Nicci esta fenomenalmente retratada, este dibujo se echa algo por los suelos al desdibujar demasiado la sociedad del Viejo Mundo y caer Goodkind en su maniqueísmo político. Si "El espíritu del fuego" atacaba a la democracia en sí, esta entrega es una crítica bestial al comunismo, pero al ridiculizar este para resaltar sus defectos la sensación es casi la contraria. El pensamiento de un escritor se refleja en sus libros, pero me parece que en este caso Goodkind siempre adolece de una falta de tacto y de una imposición de ideas más que notable. Su idea de las libertades absolutas, de que cada hombre ha de tomar sus decisiones y demás... cuando tiene un héroe al que todos siguen, no deja de ser algo contraproducente.
Estos defectos, así como unas atribuciones demasiado exageradas a Richard y su don para cambiar a la gente, son quizás los defectos más remarcables de un libro que, no obstante, es un paso adelante con sus predecesores. Goodkind ha mejorado como narrador y además comienza a enlazar mejor los distintos libros de una saga que hasta este momento se había mostrado demasiado episódica.
El estilo de Goodkind es, como siempre, tremendamente accesible. Si bien alguna que otra descripción es recursiva o excesiva, el suyo es un estilo tremendamente ameno. Narra con sencillez batallas y viajes, consigue unos diálogos notables a pesar de alguna que otra tendencia al discurso fácil, y desarrolla a la perfección sus personajes.
Un libro que, claro esta, sólo puede recomendarse a todos aquellos que hayan disfrutado con los cinco anteriores, pero que dentro de estos destaca como uno de los mejores.
4 comentarios:
eter, acabo de leer la primera novela de la saga y no creo que continúe, aunque esta bien preguntarte si crees que mejora con el paso de los libros o no.
A ver, El libro de las sombras contadas ya son 375 páginas y sé que la literatura fantástica ahora es muy diferente a la de antes, este libro es de 1994 y no le pido una revolución, pero es que es un compendio de tópicos de principio a fin, desde malosos sin par (con teniente pederasta incluido; mítica escena donde Rahl manda matar a todos lo que trabajan en la cripta porque se ha caído un pétalo al suelo y ensucia el lugar donde descansa su padre) hasta culebrón entre protagonistas que se llaman "amigos" pero eso... Y no olvidemos el supermago consejero que pasa por allí y podría armarla bien gorda pero no esta inspirado. Incluso tiene prota shonnero, porque es un simple huérfano pero con el paso de las páginas resulta que era un elegido.
¿Va a ser así los siguientes 20 libros (joder, ¡¡20!! Si con este ya parece que les falte poco para acabar) o la cosa cambia a mejor? No quiero leer mucho las reseñas por si acaso...
A mi del primero me gusta la parte de Denna XD
Visto con perspectiva, es un libro que ha envejecido bastante mal (y se te ha olvidado mencionar al clon de Gollum XD).
Para mi gusto los dos siguientes libros están bastante bien. Los personajes a mi particularmente me caen bastante bien, sobre todo los secundarios. Y luego el autor tiene un estilo muy accesible.
Eso sí, tras los tres primeros hay como cinco (todo ello sin considerar que en España cada uno de estos volúmenes es doble) que son relleno puro y duro, con alguna que otra escena buena pero muchas otras que dan literalmente vergüenza ajena (el autor se pone a escribir literatura casi política... y he visto a muy pocos autores que escriban bien en ese género).
Luego viene la trilogia final, de la que de momento solo he leído el principio.
Yo de ti intentaría leer el siguiente, a ver que tal te parece. Si ya con ese no puedes... entonces si, mejor que no sigas.
De hecho yo me he leído el primero en formato de España, lo que supongo que para ti es como medio libro, no han salido aún Denna ni Gollum2...
Bien, le daré una segunda oportunidad. Y trollearé a fondo como me vuelva a fallar, xD.
Sorry, pensaba que te habías pillado la versión inglesa (no me sonaba que el primero fuera tan largo)
Entonces es casi normal, supongo que habrán deambulado por ahi, se habrán metido en los pinos huecos (creo que era el nombre de esos árboles) y poco más.
Aunque Chase si habrá salido, es un personaje simpático, siempre con tropocientas mil armas
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