domingo, julio 25, 2010

La comunidad del brujillo

Bautismo de fuego

En su primera mitad el libro es flojo, en su segunda es una maravilla. El mundo de Geralt de Rivia se haya en crisis y la muerte y la destrucción campa a sus anchas. Geralt ha sido completamente derrotado y, privado de Yennefer y Ciri, vaga por el mundo buscando un tipo de redención estúpida. Ciri ya no es tal, si no Falka, y la oscuridad en la que ha caído es más grave aún que la del brujo.
Este libro se dedica en una primera instancia a mostrarnos el mundo de cenizas en el que estos dos personajes están hundidos y a recrearse en él para recalcar la decadencia de los dos protagonistas. Pero poco a poco ambos van recuperando la lucidez. De Ciri aún no ha llegado el tiempo, pero Geralt presenta un evolución magnífica de este capítulo, olvidando todo lo que creía ser y siendo lo que verdaderamente quiere y necesita ser. Así Geralt deja de trabajar sólo, y así comprende que hay sacrificios que no está dispuesto a hacer. Una comunidad magnífica hace crecer a Geralt hasta que en la superlativa última escena del libro renace como el verdadero Geralt de Rivia.
La primera parte del libro tiene una narrativa pausada. Vemos los estragos de la guerra entre el pueblo llano y los horrores que provoca más allá de la acción de los soldados. Aquí se presenta a personajes como Milva o Regis, así como se profundiza algo más en Cahir. Será a partir de la segunda mitad cuando, a la vez que Djistra y sus servicios secretos nos revelan numerosos secretos y vemos el nacimiento de de una logia de hechiceras, estos personajes y el gran Jaskier le abran los ojos a Geralt, obligándolo a olvidar sus prejuicios y a afrontar su vida de una nueva forma.

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