No es un mal libro... pero me ha costado bastante acabarlo.
El Pratchett de las novelas infantiles no es un mal escritor, escribe novelas inteligentes con buenas moralejas y algunos momentos de la clásica genialidad de un Pratchett que ya domina demasiado ese mundo que vaga por el Universo sobre cuatro elefantes que a su vez están sobre una tortuga gigante. Pero esta novela me ha costado tanto como la anterior de Tiffany o la de Mauricio. No son malos libros, pero sencillamente no me enganchan. Y por momentos directamente me aburren.
En este libro Tiffany comienza su adiestramiento de bruja, con lo cual hay un mensaje muy claro con esa magia cotidiana que basicamente es ayudar y aconsejar a todos con las cosas cotidianas. Mensaje muy bonito, pero no demasiado excitante. Y Tiffany no me mata como personaje, es demasiado perfecta... demasiados segundos y terceros pensamientos. Con Tiffany Pratchett me parece que comete el error de simplificar todo lo que le rodea para que parezca que es la más lista.
Y lo peor es que llega Yaya después. Y Yaya llegado un momento me cansa en todas sus novelas. Y aquí no esta Tata para compensarla. Así que tenemos avalancha de cabezología... y de Yaya y Tiffany mirándose la una a la otra y pensando la una de la otra "es muy buena, es la mejor", pero sin decírselo porque son muy orgullosas y porque en verdad ya lo saben.
¿Recomendable? Pues bueno. No es un mal libro, pero desde luego no está en mi diez libros favoritos de la serie... ni probablemente en los veinte.
2 comentarios:
Yo lo leí en inglés hace la tira de tiempo y tampoco me pareció nada del otro mundo. Lo compré en español para completar la biblioteca del Mundodisco, pero, la verdad, no creo que vuelva a leérmelo. No recuerdo que tuviera nada particularmente interesante.
Es lo malo de estas novelas infantiles de Pratchett, a mi me dejan con una sensación de ni fu ni fa espectacular.
Publicar un comentario