Pelea de gatas en "Oh, mi diosa". La saga actual, partiendo de una premisa prometedora a la par que inusual en este manga, estaba siendo una basura de proporciones gigantescas, un desproposito de combates happy-happy infumable... pero en los últimos capítulos se ha arreglado de sobremanera desde la aparición de la gran Hild (a pesar de lo extraño que fue ver un capítulo tan fanservicero como ese que siempre buscaba el mejor plano de sus pechos).
Pero al final, la surreal trama del rescate infernal ha acabado derivando en la aparición de una esperada personilla del universo de Fujishima y unas sorprendentes revelaciones sobre la relación entre Keiichi y Belldandy que parecen, por primera vez en mucho tiempo, hacer avanzar la serie a lo que podría ser el principio del fin.
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