jueves, septiembre 24, 2020

La voluntad de los cielos

El Romance de los Tres Reinos

No estaba en mis planes. Quería leerlo, pero en español la edición no está completa todavía y siempre me da pereza buscar en inglés... pero afortunadamente no le pasa lo mismo a mis amigos y me regalaron este clásico de la literatura para mi último cumpleaños. Vaya por delante que la versión que he leído es la "abreviada", son unas 600 páginas traducidas y resumidas por un tal Martin Palmer. ¿Habría preferido leer una versión original? Supongo, pero hablaríamos de un "Guerra y Paz" con una calidad literaria más que discutible porque, no nos engañemos, el libro muy bueno no es.
¿Estoy diciendo que esta sea una mala lectura? Ni mucho menos, pero es un libro con unos siete siglos a sus espaldas y su narrativa digamos que no es la más moderna del mundo, las descripciones son muy vagas y extrañas, se suceden centenares de personajes con nombres y roles muy parecidos que incitan a la confusión, muchas escenas son ridículamente clónicas entre si y los personajes parece que no aprenden nunca nada, y así mismo hay párrafos en los que se desarrollan no ya batallas si no campañas enteras. El ritmo de este libro es una absoluta locura, son 120 capítulos que abarcan un siglo de guerras con muchos chinos muriendo por aquí y por allá, con grandes héroes alzándose y colapsando, con tropocientos mensajeros y traidores siendo ejecutados, e incluso con alguna mujer apareciendo y todo.
¿Qué pasa entonces? Que todo es absurdamente carismático y disfrutable. Quizás en su último tercio, cuando ya han muerto los líderes iniciales de los conflictos pierde algo de intensidad porque sus sucesores no son tan interesantes y el propio autor parece darse cuenta de ello acelerando aún más el desarrollo de los acontecimientos (creo que tras la muerte de Zhuge Liang pierde todo el interés y continúa narrando los siguientes años más por compromiso que por otra razón).
Es un libro extremadamente denso por lo rápido de su acción y su desarrollo -y la poca importancia que el autor da muchas veces a explicar los acontecimientos convirtiéndose casi en una comedia involuntaria ("Yuan Shao intento engañar a Lü Bu con un ardid, pero Lü Bu no es idiota...", y luego, quizás 40 palabras después, "y Lü Bu fue engañado")-, es un libro con infinidad de nombres parecidos (y eso que el libro utiliza Xuande y Kong Ming para distinguir a Liu Bei y Zhuge Liang de otros de sus mismos clanes). Es un libro en el que en el primer capitulo ya tenemos el juramento de los tres hermanos y la rebelión de los Turbantes Amarillos. Es una lectura agotadora. Y es un libro de chinos del siglo III escrito un milenio después, incluso dejando a un lado el nada sutil partidismo hacia el reino de Shu y lo antiguo de su narrativa, hay que tener también en cuenta las particularidades de esa cultura para entender mucho de lo que se narra ya que este libro está mucho más cerca de Homero que de Dickens, por decirlo de alguna forma.
Una lectura fascinante, sin duda, pero difícil de recomendar si no se tiene un interés especial en ella ya sea por motivos de historia literaria o de puro frikismo por la influencia de este relato en todas las culturas asiáticas.

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