Creo que ese sería el perfecto resumen de la tercera temporada de House. Los casos médicos propiamente dichos, las enfermedades, los familiares de los pacientes... todo ha quedado reducido al mínimo. La serie se centra en esta tercera temporada en la figura del protagonista de una manera mucho más descarada que en las anteriores. Haré un pequeño comentario, y como es natural habrá spoilers
Gregory House es un gran personaje, con el suficiente carisma para ser en ocasiones un auténtico desgraciado y ganarse todos los insultos que le profieren y aún así seguir cayendo bien. Es un personaje tan interesante que conlleva todo el peso de la serie para bien y para mal (hay episodios en lo que todo queda tan supeditado al protagonista que acaba resultando surreal).
Lo interesante era que la segunda temporada ya daba muestras de agotamiento. La serie sigue siendo buena y tiene un buen grupo de guionistas que siempre aportan algo a cada episodio, pero la estructura básica de estos estaba ya muy vista: llega paciente, creen que es algo, lo curan, cuando parece que esta bien empeora, momentos de pánico en los que no saben que pasa, House tiene una idea feliz, la impone contra todos sus compañeros -que, recordemos, siguen siendo médicos del más alto nivel- y el paciente se salva milagrosamente. De vez en cuando alguna que otra variación, alguna muerte... pero siempre todo muy parecidos. Ver un episodio de la serie no cansa, pero ver una veintena tan parecidos sí. Y esta tercera temporada tiene ese mismo esquema, y va a peor porque los casos médicos no sorprenden en absoluto.
Afortunadamente los creadores de la serie conocían también este hecho y han optado por pasar el tema médico a un segundo plano y centrarse por completo en los personajes, profundizando por encima de todo en House. Tenemos una saga -algo ridicula si somos realistas- con un policia que acosa a House, pero que fuerza bastante a los personajes y nos coloca a un protagonista sin sus queridas drogas, tenemos conflicto con un Chase -muy crecido en esta temporada- y una Cameron -convertida en un putón, hablando claro- y tenemos a un Foreman que es el único médico capaz de hacer frente a House y esta aterrorizado ante esa misma idea, y luego tenemos episodios magistrales como el de la chica violada.
Lo mejor de todo es que, aunque esta temporada la han salvado a base de guión y personajes, los creadores de la serie saben que su producto esta quemado y necesita una renovación. Y han tenido valor a cargarse -a priori- a 3 de los protagonistas de un casting de 6. House se queda sin sus ayudantes y en la próxima temporada tendrá que contratar a nuevos, eso nos dará -además de muchos elementos cómicos- nuevos personajes con los que enfrentar la particular personalidad de House.
En resumen... buena temporada y buenos augurios para la siguiente.
Gregory House es un gran personaje, con el suficiente carisma para ser en ocasiones un auténtico desgraciado y ganarse todos los insultos que le profieren y aún así seguir cayendo bien. Es un personaje tan interesante que conlleva todo el peso de la serie para bien y para mal (hay episodios en lo que todo queda tan supeditado al protagonista que acaba resultando surreal).
Lo interesante era que la segunda temporada ya daba muestras de agotamiento. La serie sigue siendo buena y tiene un buen grupo de guionistas que siempre aportan algo a cada episodio, pero la estructura básica de estos estaba ya muy vista: llega paciente, creen que es algo, lo curan, cuando parece que esta bien empeora, momentos de pánico en los que no saben que pasa, House tiene una idea feliz, la impone contra todos sus compañeros -que, recordemos, siguen siendo médicos del más alto nivel- y el paciente se salva milagrosamente. De vez en cuando alguna que otra variación, alguna muerte... pero siempre todo muy parecidos. Ver un episodio de la serie no cansa, pero ver una veintena tan parecidos sí. Y esta tercera temporada tiene ese mismo esquema, y va a peor porque los casos médicos no sorprenden en absoluto.
Afortunadamente los creadores de la serie conocían también este hecho y han optado por pasar el tema médico a un segundo plano y centrarse por completo en los personajes, profundizando por encima de todo en House. Tenemos una saga -algo ridicula si somos realistas- con un policia que acosa a House, pero que fuerza bastante a los personajes y nos coloca a un protagonista sin sus queridas drogas, tenemos conflicto con un Chase -muy crecido en esta temporada- y una Cameron -convertida en un putón, hablando claro- y tenemos a un Foreman que es el único médico capaz de hacer frente a House y esta aterrorizado ante esa misma idea, y luego tenemos episodios magistrales como el de la chica violada.
Lo mejor de todo es que, aunque esta temporada la han salvado a base de guión y personajes, los creadores de la serie saben que su producto esta quemado y necesita una renovación. Y han tenido valor a cargarse -a priori- a 3 de los protagonistas de un casting de 6. House se queda sin sus ayudantes y en la próxima temporada tendrá que contratar a nuevos, eso nos dará -además de muchos elementos cómicos- nuevos personajes con los que enfrentar la particular personalidad de House.
En resumen... buena temporada y buenos augurios para la siguiente.
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