sábado, julio 21, 2018

El amor en los tiempos del moe

Wotaku ni Koi wa Muzukashii

"Wotaku" es un sencillo anime romántico otaku de colegiales, para colegiales que han crecido... a fin de cuentas hay muchos otakus ya en la veintena o la treintena, y el mangaka de la obra original juzga -con bastante sentido- que quizás a estos les apetezca ver una sencilla comedia romántica con protagonistas más cercanos a ellos que los clásicos estudiantes de instituto. Así pues, aquí tenemos una historia de un par de parejas de trabajadores de oficina. 

La protagonista -la adorable Momose- llega a una nueva empresa queriendo evitar a toda costa que se descubra que es una fujoshi que dibuja doujins, algo que ha arruinado sus trabajos y noviazgos previos, sin embargo pronto se encontrará en la empresa con un antiguo amigo de la infancia -con una personalidad bastante apagada- que pasa toda su vida jugando a videojuegos, que revelará casi de inmediato su condición de otaku. Descubrirá entonces también que su sempai es una cosplayer de relativa fama, y que el novio de esta y jefe de todos es un otaku fanático del yuri ligero. El videojugador le pedirá salir argumentando que quizás necesite una relación en la que no tenga que ocultar que es una otaku.

Las parejas de la serie están hechas desde el principio y no hay apenas tensión entre ellas ni drama (y cuando lo hay no funciona especialmente bien más allá de algún pequeño momento que recurre al comodín de la nostalgia); es una serie que se enfoca casi por completo hacia la comedia y el "slice of life", mostrándonos el día a día de un par de parejas otakus con su vida laboral y unas citas comunes que no dejan de ser pequeñas quedadas que exploran diversas vertientes de la cultura otaku (tenemos el capítulo de la visita a una librería, el de la comiket, el de la quedada para jugar al Mario Kart... ). La serie no inventa absolutamente nada, pero la química entre sus personajes es excepcionalmente buena, y tiene una protagonista que es imposible no querer... y a estos suma bastantes referencias explícitas a otras series, mangas o videojuegos que convierten la serie en un pequeño festival de cameos donde uno esta atento a ver la Kato-san de un cartel en el metro (ver reseña de Saekano) o la Toshino Kyoko en la portada de un manga (ver reseña de Yuri Yuru). 
La animación de la serie no tiene grandes alardes, pero tampoco bajones alarmantes, y los diseños -si bien tienen un estilo algo genérico- se salen un poco de lo común por el simple hecho de que los protagonistas tienen una decena de años más de lo habitual en el género. La cantidad de guiños a otros productos otakus hace que veamos alguna que otra deformación cómica visual o incluso una versión alternativa virtual de los protagonistas cuando juegan online, haciendo que la serie también sea simpática de ver en este sentido.
Es una serie simpática y agradable de ver por la simple diversión que transmite ver a sus protagonistas vivir tranquilamente y disfrutar de sus aficiones en compañía de unos amigos semejantes a ellos, porque incluso con toda su ligereza la serie tiene un poso de amargura al reflejar también que los protagonistas viven su afición casi en secreto por la marginación a la que la sociedad les obliga, y que sólo al encontrar a otros que les aceptan pueden vivir tranquila y felizmente haciendo lo que quieren con unas dinámicas de pareja muy sencillas y poco convencionales (y aquí incluso diría que la serie transmite muy bien lo que es la particular sociedad laboral japonesa, porque en el trabajo apenas hablan y echan muchísimas horas con toda la naturalidad del mundo).
Un slice of life de parejas sencillo e idealista que repasa muchas variantes del mundo otaku, perfecto como entretenimiento ocasional.

3 comentarios:

Anonimatus dijo...

La doble moral de la sociedad japonesa, han creado unas industrias impresionantes centradas en el entretenimiento de las que deberían estar orgullosos pero los aficionados a lo que producen estas deben mantenerlo oculto para no ser parias sociales.

erGuiri dijo...

Yo esta serie la abandoné al 4to o 5to episodio. Simplemente dejó de interesarme.

Sobre la moralidad Japonesa, no creo que sea "doble", lo es desde nuestro punto de vista, pero ellos tienen "otra" moralidad, y su forma de comportarse, desde su punto de vista, no es "doble". Pero sí lo es desde el nuestro. Esto.. no sé si me he explicado jajaja

eter dijo...

Lo de la doble moral es curioso. Verdaderamente creo que habría dos culturas otakus; no creo que tengan nada contra la de Miyazaki, Tezuka u otros grandes clásicos o clásicos modernos como como Aoyama, Adachi, Taniguchi, Takahashi, Urasawa (e incluso algún autor de shonen puro y duro como Inoue, Toriyama o hasta Oda). Son gente que mueve mucho dinero dentro del país y -aunque han tardado- se han dado cuenta de que también lo hacen fuera y pueden usarlos como elemento de exportación cultural.

Ahora bien, luego tenemos toda la subcultura otaku que llena las comitek, con sus fans enfermizos de idols, las tías que van disfrazadas y que parece que aspiran a porno cosplay, todas las fujoshis del j-pop.... la sociedad japonesa está tan alienada que ha acabado generando un tipo de producto para la gente que desprecia y que no es capaz de integrar dentro de la "gente normal". Como en occidente, no sé, las fans de crepúsculo o 50 sombras de Gray, o los frikis puros y duros hace unos años.

En ese sentido este tipo de culturas son curiosas, es como si generaran una extraña espiral de decadencia XD