Tercer libro de esta saga de cuatro libros. Los dos primeros libros formaban una historia cerrada, y estos dos -recuperando protagonistas y situaciones de los primeros- repiten el esquema.
El mundo de los protagonistas esta ya completamente definido y en esta entrega apenas hay juegos de política o conspiraciones de poder (aspectos que constituían el grueso del segundo libro), en esta entrega se profundiza en la magia y los aspectos místicos. La primera guerra era una guerra con muchos aspectos políticos y algo de magia, aquí nos encontramos con una guerra que parece motivada por un "ente" maligno increiblemente poderoso y que hace que los libros se enfoquen hacia su vertiente más puramente fantástica.
Este tercer libro me ha gustado bastante, aunque más como prólogo a lo que será el cuarto que por la historia que cuenta en sí. Tenemos a Arutha y su séquito elevados a la categoria de protagonistas absolutos en una carrera contrarreloj por encontrar un antídoto para un veneno, será un viaje que les llevara hasta el corazón del reino de los elfos oscuros. Esta parte de la historia no es demasiado brillante, es bastante convencional y tópica. Sin embargo, al mismo tiempo tenemos a Pug comenzando a indagar en la verdadera naturaleza de esa amenaza, y sus capítulos resultan mucho más grandilocuentes y espectaculares que los anteriores.
El libro en su trama principal no me gusta demasiado, pero como he dicho, parece estar pensado para allanar el camino a un cuarto libro que tengo muchas ganas de leer.
El principal problema que le veo a este libro es "Jimmy": el narrador-protagonista. Es el clásico ladrón pillo encantador que a todo el mundo cae bien por alguna extraña razón y al que además los autores se empeñan en dar más y más protagonismo aunque ello perjudique al resto de personajes. He visto muchos personajes así, y Jimmy no es ni mucho menos el Seda de las crónicas de Belgarath. No es que sea un personaje malo ni caiga mal, pero cuando uno lee sus partes siempre se está preguntando donde esta Pug.
Un aspecto negativo a comentar -y que nunca pensé que diría de libros de fantástica- es la pésima traducción. El libro esta lleno de anacronismos (los personajes no dejan de usar medidas de tiempo que deberían desconocer como horas o minutos (entiendo que estas puedan existir, pero es que les falta sincronizar relojes) y la traducción tiene ademas muchos modismos actuales que desentonan con la temática de la obra).
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