Año más que completo del siempre prolífico Tobias Sammet. A principios de años nos presentó la tercera entrega de su Avantasia, y ahora nos presenta el octavo proyecto de su banda de toda la vida. Tobias ha sido siempre considerado -y con razón- un niño prodigio y un auténtico genio del power-metal, el más directo heredero de aquella mítica generación de metaleros alemanes que asombraron al mundo a finales de los 80.
No obstante, si bien las raices de Tobias surgen de aquella época y su influencia es claramente notable en discos como "Vain Glory Opera" o "Theater of Salvation", resulta igualmente obvio que poco a poco se ha ido alejando de ellos. El niño creció y con el crecieron y se diversificaron sus mundos. El power-metal claramente inspirado en los "Keepers" de Helloween que hizo célebre a Edguy y a Avantasia evolucionó en el magnífico "Hellfire club" a un heavy mucho más tradicional a la par que complicado y orquestado. A este le siguió un muy irregular "Rocket ride", donde en mi opinión Sammet continuaba su extraña evolución músical pero quería abarcar tantos géneros que se perdía. En esta ocasión no ha pasado. "Tinnitus Sanctus" es un disco bastante más uniforme que su anterior trabajo. Particularmente creo que es gracias a "Scarecrow", donde Sammet ya experimentó bastante con algunos temas que eran demasiado lentos y otros que bordeaban incluso el pop.
Pero hablando ya propiamente de este compacto, nos encontramos con una expléndida decena de temas. Si bien resultan un poco complicados a la primera escucha, el sónido es claramente "Edguy" y la diversidad de estilos y la simple y cuidada elegancia de las composiciones de Sammet logra imponerse de nuevo sobre cualquier etiqueta de género. Sammet no se repite, evoluciona siempre y es algo que creo que su música siempre agradece. Obviamente agradecería que hubiera más temas rápidos, pero el rock puro y duro de algunos cortes o los preciosos medios tiempos en los que cada vez se desenvuelve mejor ni mucho menos son temas que desmerezcan el heterogeneo resultado final. Es curioso no obstante que si unieramos algunos de los temas más potentes del tercer disco de Avantasia -disco que en nada se parece a los anteriores- y de este, obtendríamos un disco que seguramente agradecerían mucho más los fans tradicionales de la banda. No obstante, si bien la tercera entrega de Avantasia me parece algo irregular, no me sucede lo mismo con este disco. Si bien echa en falta algún single más rompedor y un tono un pelín más duro y potente, es un disco que me ha gustado bastante.
"Ministry of saints", "Pride of creation", "Wake up dreaming black" y "Speedhoven" son el regalo de Sammet a sus fans más tradicionales. Puro power-metal de Edguy. Velocidad frenética, melodías pegadizas y alegres que ocasionalmente estan salpicadas por buenos solos instrumentales y unos coros que inundan cada momento de estas épicas composiciones. "Sex fire religion" es seguramente el tema que menos me gusta del disco, es un tema muy influenciado por el heavy de los setenta y si bien tiene una fuerza considerable se me hace anodino por unos coros demasiado planos. "Nine Lives" y "9-2-9" bordean el hard-rock pero son unos temas excelentes y demuestran lo bien que se mueve el grupo en este terreno; "Dead or rock" y es un tema claramente heredado de los grupos americanos de este género. Y por último tenemos "Dragonfly" y "Thorn without a rose", dos temas de medio tiempo preciosos.
Esperaba este disco con algo de miedo, pues veía más probable que Toby y su banda siguieran el camino de sus últimos discos a que volvieran a ser la fantástica banda que nos sorprendió durante el cambio de siglo. Han seguido el camino que "Rocket ride" apuntaba, pero afortunadamente lo han corregio y este disco no es ni mucho menos tan raro y difuso como aquel. No me parece el mejor disco de la banda, pero tampoco uno que no haga honor a su nombre, ni mucho menos.
No obstante, si bien las raices de Tobias surgen de aquella época y su influencia es claramente notable en discos como "Vain Glory Opera" o "Theater of Salvation", resulta igualmente obvio que poco a poco se ha ido alejando de ellos. El niño creció y con el crecieron y se diversificaron sus mundos. El power-metal claramente inspirado en los "Keepers" de Helloween que hizo célebre a Edguy y a Avantasia evolucionó en el magnífico "Hellfire club" a un heavy mucho más tradicional a la par que complicado y orquestado. A este le siguió un muy irregular "Rocket ride", donde en mi opinión Sammet continuaba su extraña evolución músical pero quería abarcar tantos géneros que se perdía. En esta ocasión no ha pasado. "Tinnitus Sanctus" es un disco bastante más uniforme que su anterior trabajo. Particularmente creo que es gracias a "Scarecrow", donde Sammet ya experimentó bastante con algunos temas que eran demasiado lentos y otros que bordeaban incluso el pop.
Pero hablando ya propiamente de este compacto, nos encontramos con una expléndida decena de temas. Si bien resultan un poco complicados a la primera escucha, el sónido es claramente "Edguy" y la diversidad de estilos y la simple y cuidada elegancia de las composiciones de Sammet logra imponerse de nuevo sobre cualquier etiqueta de género. Sammet no se repite, evoluciona siempre y es algo que creo que su música siempre agradece. Obviamente agradecería que hubiera más temas rápidos, pero el rock puro y duro de algunos cortes o los preciosos medios tiempos en los que cada vez se desenvuelve mejor ni mucho menos son temas que desmerezcan el heterogeneo resultado final. Es curioso no obstante que si unieramos algunos de los temas más potentes del tercer disco de Avantasia -disco que en nada se parece a los anteriores- y de este, obtendríamos un disco que seguramente agradecerían mucho más los fans tradicionales de la banda. No obstante, si bien la tercera entrega de Avantasia me parece algo irregular, no me sucede lo mismo con este disco. Si bien echa en falta algún single más rompedor y un tono un pelín más duro y potente, es un disco que me ha gustado bastante.
"Ministry of saints", "Pride of creation", "Wake up dreaming black" y "Speedhoven" son el regalo de Sammet a sus fans más tradicionales. Puro power-metal de Edguy. Velocidad frenética, melodías pegadizas y alegres que ocasionalmente estan salpicadas por buenos solos instrumentales y unos coros que inundan cada momento de estas épicas composiciones. "Sex fire religion" es seguramente el tema que menos me gusta del disco, es un tema muy influenciado por el heavy de los setenta y si bien tiene una fuerza considerable se me hace anodino por unos coros demasiado planos. "Nine Lives" y "9-2-9" bordean el hard-rock pero son unos temas excelentes y demuestran lo bien que se mueve el grupo en este terreno; "Dead or rock" y es un tema claramente heredado de los grupos americanos de este género. Y por último tenemos "Dragonfly" y "Thorn without a rose", dos temas de medio tiempo preciosos.
Esperaba este disco con algo de miedo, pues veía más probable que Toby y su banda siguieran el camino de sus últimos discos a que volvieran a ser la fantástica banda que nos sorprendió durante el cambio de siglo. Han seguido el camino que "Rocket ride" apuntaba, pero afortunadamente lo han corregio y este disco no es ni mucho menos tan raro y difuso como aquel. No me parece el mejor disco de la banda, pero tampoco uno que no haga honor a su nombre, ni mucho menos.
4 comentarios:
Yo tengo el Hellfire Club y si bien el metal no es lo mío, me gustó bastante.
Por otro lado, he escuchado canciones sueltas del Rocket y me mola pero es que a mi el hard glam rock este me gusta en pequeñas dosis :P
Ya me bajaré el nuevo de Edguy a ver como está aunque ultimamente estoy muy suave en general..
Edguy evoluciona como pocos grupos, power frenético con matices épicos en sus inicios, luego heavy puro y duro y ahora bordea el hard-rock o glam o como se llame.
No obstante, siempre, absolutamente siempre, es un grupo terriblemente accesible.
Con este disco, Edguy arañan algo de lo que anteriormente fueron. Con algunos solos de guitarra increíbles, y breves pero preciosas tonalidades épicas.
Cierto es que ya no son aquella banda de power metal. Pero su evolución no deja de asombrar. Pues construyen canciones complejas, sin abandonar esa relativa accesibilidad que tienen.
Sex Fire Pistol es una canción pauperrima. Es un intento fallido de Lavatory Love Machine.
Pero luego, te deleitan con the "pride of creation". Absoluta caña durante todo su minutaje.
O "Dragonfly". Que preciosidad de canción. Con un estribillo emotivo de autentico metal de antaño.
Particularmente me gusta que ya no sean tan power. Un problema de este tipo de bandas -sobre todo me pasaba con Stratovarius- es que sus discos eran Singles alargados. Tenían un par de canciones geniales, tres o cuatro buenas y luego el resto ya sencillamente eran demasiado "cara B". Edguy esta claramente liderada por Sammet y en cierta manera es bueno que este no quiera encasillarse, si el tio quiere hacer algo más flojo... hacer temas puramente veloces sería erróneo.
El power cansa demasiado y los grupos se quedan pronto anclados en sus grandes discos y después todo parecen trabajos continuistas menos inspirados (Helloween, Ganma Ray, Blind Guardian y Rage serían ejemplos muy claros). Tobias tiene como instrumento el piano y eso me inspira confianza en cuanto a composiciones y melodías en lugar de velocidad.
Como dices, "Dragonfly" es una preciosidad, y "Thorn without a rose" otra. Particularmente el punto flojo de esta banda me parecían las baladas puras y duras, y creo que han alcanzado un gran nivel en este aspecto.
Lo sorprendente no deja de ser la capacidad de Tobias. Supongamos que quitamos Sex Fire Religion y algún que otro tema y en su lugar metemos "Scarecrow" y "Sheltter from the rain" y "Toy master" del Avantasia III. Estaríamos hablando de un discazo muy power.
Pero supongo que es más "sano" para un grupo componer sin ataduras de género.
Veamos que nos depara Tobias en Scarecrow II, que creo que esta anunciado para el año que viene.
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