El día que Yagi se precipitó

Claymore 89 - Sueño imposible

Mi sensación final tras este capítulo no es otra que la de que el autor se ha precipitado. Es evidentemente un capítulo muy importante, y creo que además es bastante bueno. Pero como lector no puedo evitar sentirme algo engañado. Naturalmente, Yagi sabe mejor que nadie hacia donde quiere llevar la historia, y además Claymore siempre se ha caracterizado por un ritmo terriblemente alto. Pero aún así la sensación de que todo un mito como Isley haya sido derrotado en unos pocos capítulos por una "plaga" de reciente creación no deja de resultarme algo extraña.
Particularmente nunca me ha gustado demasiado la escala de poderes en esta serie, amen de no existir como tal, siempre me ha dado la sensación de que Yagi se sacaba algunas cartas mágicas de la manga. Estas rastreadoras son la última entrega y confirman que los abisales eran unos enemigos del pasado. No obstante, se abren muchas dudas.
El tablero tiene más piezas que nunca y la jerarquía de estas esta menos clara que nunca. Isley supuestamente ostentaba un grado de poder al que sólo podían compararse Riful, Luciella y Priscilla. Ahora nos encontramos que ha muerto, asedidado por una horda de voraces e indestructibles pirañas que derrotan a sus enemigos por agotamiento extremo. Esto coloca a la organización en una posición muy favorable, pues disponen de un arma formidable que se suma a una Alicia que supuestamente tiene un nivel cercano al de Priscilla. Por otra parte, si bien la organización parece confiada en acabar con Riful, esta tiene todavía una interesante carta secreta en forma de dueto de hermanas petrificadas.
Particularmente espero que Riful se reafirme como el gran personaje que es y ofrezca un espectaculo más digno que el de Isley, caída triste que no puede ser llamada de otra forma que no sea decepción. La Organización parecía muy debilitada sólo con Alicia y no me había gustado la ligereza con la que se había desembarazado de todas las guerreras del Norte. Ahora parece todo lo contrario. No me gustaría que la figura de los Abisales quedara tan deteriorada y espero que el sueño de Riful no sea en vano (o que haya sido devorada por su propia criatura). No obstante, ahora sí Yagi parece estar preparándolo todo para el escenario mucho más grande que seria la guerra contra los draconianos.
La última reflexión de este análisis no puede ser para otro que para Isley, uno de los personajes más carismáticos del manga. Isley -como Riful- no es un Espectro, es un hombre con un poder monstruoso que esta dominado por su conciencia y no por sus instintos. En este aspecto, este capítulo lo dignifica todavía más al reafirmar que alejó a Priscilla y Raki para protegerlos, y que sus ansias de poder se habían visto extrañamente colmadas con la compañía de ambos. Esta humanización del personaje, este deseo de la familia como realización, contrasta algo con la completa deshumanización que supone la Organización y que si antes ya estaba presente con las Claymores ahora ha sido llevado al límite con las rastreadoras y Alicia y Beth. Es un paralelismo interesado y claramente intencionado.
A pesar de las virtudes de este capítulo, mi sensación final sigue siendo la de decepción por la caída de Isley y la manera en la que se ha producido. Decisión que , siendo discutible, es sin duda valiente por parte de Yagi y muestra que sabe que es lo que quiere contar. Espero con ansias el próximo capítulo aún con el miedo de un probable cambio de hilo narrativo.