Ha finalizado por fin el que creo que, sin duda, ha sido el combate más anticipado de la serie en los últimos diez años. Habíamos presenciado grandes combates como el Eagle vs Takamura, los enfrentamientos de Sawamura (Ippo y Mashiba) o algunos de la "segunda generación", pero desde aquel mítico "Takamura vs Hawk" no tenía la sensación de haber vivido ningún "combate de la vida" como lo fue la indicada "Batalla de los Halcones" o "Venganza". Este por fin ha llegado. El gran combate de Miyata. El único combate que podía hacer a Miyata aplazar su duelo con Ippo. El combate en el que se enfrenta a su pasado. El combate en el que puede reivindicar el estilo de su padre. El gran combate del rival de Ippo ha llegado. Un combate protagonizado además por un boxeador tremendamente técnico y elegante. Un combate al Morikawa había apostado mucho y del que creo que ha salido bien, aunque con un tachón final.
Han sido tres tomos de combate que creo que se pueden clasificar en dos partes: técnica y corazón de Miyata. La primera parte del combate nos muestra a un Miyata llevando al límite su boxeo, boxeando con una agresividad inusual en él pero al mismo tiempo mostrando una velocidad y una técnica poco menos que divinas. Aquí Miyata muestra todas sus cartas, un juego de piernas y una inteligencia monstruosas que culminan en unas contras invisibles para el contrario. El boxeo perfecto del pújil es un anticipo de lo que será en un futuro, pues su brillantez muestra aquí dos pegas importantes: pegada y resistencia. Morikawa dejó claro desde los primeros episodios del manga que Miyata era un genio, así pues necesita estas dos debilidades que son precisamente las dos grandes virtudes de Ippo. Randy Boy apenas sufre pues, a pesar de un par de contras, los puñetazos de Miyata son débiles. Y Miyata no puede resistir el ritmo, y esto es algo que no notaría ante Ippo pero si ante un monstruo como Randy Boy.
A partir de aquí comienza la segunda parte del combate, una parte en la que Randy sencillamente apalea a Miyata. La determinación del japones y el como se arriesga a recibir golpes a fin de conseguir contras es impresionante, pero es también una táctica errónea ante un enemigo claramente superior en poder de pegada. Aquí Randy Boy se erige como el gran boxeador que es, su dominio del cuadrilátero es impresionante al ser ambidiestro pero creo que a Morikawa le ha faltado rubricar este personaje. Randy se ha presentado siempre como un monstruo de boxeador, pero verdaderamente no hemos visto nada extraordinario en él (aquí reseño que, igual que siempre presenciamos una resurrección del protagonista, los grandes villanos también la tienen). Randy se limita a golpear a Miyata y este recibe y recibe. Aquí el combate pasa de ser físico a ser mental. Morikawa ignora casi el enfrentamiento y se centra en mostrar la relación de absoluta confianza -y puro y llano amor paterno-filial- de Miyata con su padre. Resulta increible como ambos se abstraen del combate, como para ambos no existe nadie más que el otro. Siempre hemos conocido la admiración ciega de Miyata por su padre, pero en esta saga hemos profundizado algo más en este personaje como tal y Morikawa lo ha culminado todo no ya con la superación del hijo al padre y la aparición de un nuevo estilo de Miyata, si no con ese mágico momento en el que el padre de Miyata recuerda como este le miraba siempre y anuncia que ahora es su momento de mirarle a él. Es este, independientemente del combate, el gran momento de la saga y el motivo por que la simple existencia de Randy Boy ya está justificada.
El final del combate ha sido, no obstante, extraño, y es lo que me ha dejado un regusto amargo. Ha sido un combate de tempo extraño, donde a una exhibición de Miyata se le ha sucedido un hundimiento global y donde se ha repuesto de este milagrosamente. Morikawa ha introducido un nuevo golpe para Miyata pero, aunque consideremos que se trate de uno de esos puñetazos que se lanza una vez de cada millón, resulta excesivo el hecho de que parezca haber superado la barrera del sonido. Hajime no Ippo no se ha caracterizado por este tipo de licencias y espero que Morikawa la matice pronto de alguna forma. Además, como he comentado, me ha parecido que el cambio de estados en el combate ha sido demasiado rápido, así como que he echado en falta una resurrección de un personaje como Randy Boy del que esperaba bastante más.
Poco más se puede comentar de este combate. Ippo lo ha presenciado y, naturalmente, confiaba en Ippo, pero teniendo en cuenta las lesiones de este incluso ha dudado, y es algo que era casi inevitable pues él único que podía confiar en Miyata en este combate no era otro que su padre. Pocas veces en la serie ha sido menos importante la figura de Ippo. Para buscar repercusiones posteriores de este combate tendriamos que retroceder a la previa del combate, el sparring de Itagaki con Randy Boy, la tentativa de lo propio de Ippo y la presencia de Sakaguchi podrían hacer pensar en un posible nuevo combate contra este rival (aunque está idea supondría un nuevo combate largo sin demasiada emoción). Pero la previa también ha recuperado al gran Sendo -y a Sawamura como comentarista de excepción-, y sería bueno volver a ver al Tigre de Nagiwa en acción.
Han sido tres tomos de combate que creo que se pueden clasificar en dos partes: técnica y corazón de Miyata. La primera parte del combate nos muestra a un Miyata llevando al límite su boxeo, boxeando con una agresividad inusual en él pero al mismo tiempo mostrando una velocidad y una técnica poco menos que divinas. Aquí Miyata muestra todas sus cartas, un juego de piernas y una inteligencia monstruosas que culminan en unas contras invisibles para el contrario. El boxeo perfecto del pújil es un anticipo de lo que será en un futuro, pues su brillantez muestra aquí dos pegas importantes: pegada y resistencia. Morikawa dejó claro desde los primeros episodios del manga que Miyata era un genio, así pues necesita estas dos debilidades que son precisamente las dos grandes virtudes de Ippo. Randy Boy apenas sufre pues, a pesar de un par de contras, los puñetazos de Miyata son débiles. Y Miyata no puede resistir el ritmo, y esto es algo que no notaría ante Ippo pero si ante un monstruo como Randy Boy.
A partir de aquí comienza la segunda parte del combate, una parte en la que Randy sencillamente apalea a Miyata. La determinación del japones y el como se arriesga a recibir golpes a fin de conseguir contras es impresionante, pero es también una táctica errónea ante un enemigo claramente superior en poder de pegada. Aquí Randy Boy se erige como el gran boxeador que es, su dominio del cuadrilátero es impresionante al ser ambidiestro pero creo que a Morikawa le ha faltado rubricar este personaje. Randy se ha presentado siempre como un monstruo de boxeador, pero verdaderamente no hemos visto nada extraordinario en él (aquí reseño que, igual que siempre presenciamos una resurrección del protagonista, los grandes villanos también la tienen). Randy se limita a golpear a Miyata y este recibe y recibe. Aquí el combate pasa de ser físico a ser mental. Morikawa ignora casi el enfrentamiento y se centra en mostrar la relación de absoluta confianza -y puro y llano amor paterno-filial- de Miyata con su padre. Resulta increible como ambos se abstraen del combate, como para ambos no existe nadie más que el otro. Siempre hemos conocido la admiración ciega de Miyata por su padre, pero en esta saga hemos profundizado algo más en este personaje como tal y Morikawa lo ha culminado todo no ya con la superación del hijo al padre y la aparición de un nuevo estilo de Miyata, si no con ese mágico momento en el que el padre de Miyata recuerda como este le miraba siempre y anuncia que ahora es su momento de mirarle a él. Es este, independientemente del combate, el gran momento de la saga y el motivo por que la simple existencia de Randy Boy ya está justificada.
El final del combate ha sido, no obstante, extraño, y es lo que me ha dejado un regusto amargo. Ha sido un combate de tempo extraño, donde a una exhibición de Miyata se le ha sucedido un hundimiento global y donde se ha repuesto de este milagrosamente. Morikawa ha introducido un nuevo golpe para Miyata pero, aunque consideremos que se trate de uno de esos puñetazos que se lanza una vez de cada millón, resulta excesivo el hecho de que parezca haber superado la barrera del sonido. Hajime no Ippo no se ha caracterizado por este tipo de licencias y espero que Morikawa la matice pronto de alguna forma. Además, como he comentado, me ha parecido que el cambio de estados en el combate ha sido demasiado rápido, así como que he echado en falta una resurrección de un personaje como Randy Boy del que esperaba bastante más.
Poco más se puede comentar de este combate. Ippo lo ha presenciado y, naturalmente, confiaba en Ippo, pero teniendo en cuenta las lesiones de este incluso ha dudado, y es algo que era casi inevitable pues él único que podía confiar en Miyata en este combate no era otro que su padre. Pocas veces en la serie ha sido menos importante la figura de Ippo. Para buscar repercusiones posteriores de este combate tendriamos que retroceder a la previa del combate, el sparring de Itagaki con Randy Boy, la tentativa de lo propio de Ippo y la presencia de Sakaguchi podrían hacer pensar en un posible nuevo combate contra este rival (aunque está idea supondría un nuevo combate largo sin demasiada emoción). Pero la previa también ha recuperado al gran Sendo -y a Sawamura como comentarista de excepción-, y sería bueno volver a ver al Tigre de Nagiwa en acción.
7 comentarios:
Como explicarlo... coincido en todo lo que has dicho pero me quedo un sabor demasiado amargo en la boca.
La pelea me parecio excelente hasta la mitad del 845, pero es que ese final... no puedo evitar sentir que Miyata ganó by the face (2 contras al hilo con las costillas rotas, esa es una licencia que Morikawa no se puede permitir a estas alturas).
Si la pelea hubiera terminado con una victoria de Randy podriamos haber asistido al drama de Miyata, teniendo que desarrollar su estilo a la fuerza y no por una ayuda del guion y teniendo que subir una categoria de peso... amen del hecho de que Ippo podria haber vuelto a tener un gran combate, que no lo tiene desde el Dragon Slayer.
No se, me resultó muy irreal la victoria de Miyata... esta era una pelea para demostrar que los buenos tambien podian perder; le hubiera aportado una sensacion de imprevisibilidad genial a la historia una victoria de Randy.
Lo que mas me gustó de la pelea de la pelea fue la relacion de amor padre-hijo de los Miyata, perfectamente retratada por Mori y el sparring con Sendo, obivamente xD.
Ahora toca el torneo de clase A (la pelea de Taka es un tramite)... yo solo digo que si Aokimura no ganan el torneo la decepcion va a ser GIGANTE y me replanteare seriamente el seguir el manga.
Un saludo
PD: Aunque los mejores combates de la serie sean, al menos para mi, Lallapalooza y el Takamura vs. Hawk (bastante por encima del primero... y bueno, de cualquier pelea que haya existido en un manga xD) añoro los Date vs. Ricardo, Kimura vs. Mashiba, Aoki vs. Imae, Ippo vs. Date, Miayata vs. Mashiba... combates en donde todo podia pasar y terminaban en victoria de los "malos".
A mí me pasó exactamente lo mismo al ver ese final. La primera vez que hablé sobre Hajime no ippo comenté eso, que me gustaba porque no era el típico manga donde los luchadores realizaban técnicas imposibles pero con ese último golpe de Miyata se han pasado tres pueblos. Incluso si lo hubiera hecho al principio del combate lo habría aceptado más pero en su estado era imposible que lanzase un golpe semejante.
Tal como se desarrolló el combate, en mi opinión, Miyata debería haber perdido. Aunque lo dudaba (por aquello de que ya perdió una vez contra Mashiba) pensaba que tendría una pequeña resurrección pero que al final caería ante la habilidad de Randy (que al final su ambidiestrismo poco se mostró ya que parecía haberse convertido en un south path más que en ambidiestro). Los golpes verticales de Miyata no deberían haber sido un problema para Randy, solo tenía que desplazarse hacia la derecha (más aún sabiendo que estaba dañado por ese lado). En definitiva, estuvo bien sentimentalmente pero tecnicamente no tanto.
gaston, yo espero que en los próximos capítulos se matice todo un poco. Como dices, Morikawa no puede comenzar a estas alturas a meter golpes mágicos. En todo caso... es Miyata, a mi siempre me ha parecido exagerado todo lo relacionado con las contras y estos boxeadores tan técnicos.
Este ha sido un combate muy intenso a nivel emocional, pero a nivel puramente pujilístico creo que algo flojo.
El problema que tiene Morikawa es que tiene demasiados personajes y alarga ya mucho los combates. Y por esta extensión... sabes que Gedo no va a ganar a Ippo. No hay grandes rivales desde Sawamura. Y con Miyata más o menos pasaba lo mismo, Morikawa no se podía permitir que perdiera ante Randy porque eso lo sumiría en una depresión del copon. Y la consecuencia colateral de esto... es que Aoki y Kimura son los bufones. Una pena.
arketon, creo que todos tenemos una opinión más o menos parecida del combate.
A mi me habría gustado llegar al duodécimo asalto y que los jueces hubieran dado la victoria a Miyata, en cierta manera no dejaría de ser una derrota y podría hacerle evolucionar. Además, esa "derrota" de Randy le abriría las puertas a una batalla con Ippo.
En todo caso, el cambio de Miyata controlándolo todo a a Miyata recibiendo la paliza de su vida fue demasiado grande.
Por lo menos espero que este haya sido el final del personaje más insoportable de este manga, el miserable enano puercoespin que responde al nombre de Mr. Sakaguchi. Cada vez que le veo reirse de los rivales me pone negro el tapon de mierda ese.
Gracias a Dios que Takamura le dio lo que el insufrible escarabajo de la patata estaba pidiendo a gritos desde que aparecio.
Por cierto y visto lo visto, ¿en serio pensaba que Randy podía con Martinez? Por favor, que estamos hablando de Ricardo y eso son palabras mayores.
Randy para mi gusto ha sido algo decepcionante, uno esperaba ese último momento agónico que siempre tienen todos los rivales.
Y no creo que hayamos terminado con la versión de Ippo de "Don King", por desgracia.
Tendrías que ver la raw de esta semana. Parece que para compensar por lo de Randy ha querido colarnos un Supersaiyan, porque Woli, el actual rival de Ippo, vuela y todo.
Ya he visto lo de Woli y sí... es muy triste.
Morikawa debería dejar de querer presentar a personajes tan supuestamente carismaticos y, con algo de desarrollo y dignidad, darles esa condición.
Bastaría con un combate preeliminar en el que derrotaran a Sendo o algo así.
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