Dragon Quest es, sin duda, la saga de rol japonesa por excelencia. El lanzamiento de cada nueva entrega es un acontecimiento en aquel país, e incluso con la última entrega hubo sonadas protestas cuando los desarrolladores anunciaron que cambiarían el tradicional sistema de combate por turnos. Porque esta serie no admite experimentos, es basicamente siempre lo mismo, ese es su encanto. Entrenar, entrenar y entrenar para subir de nivel, comprar armas y armaduras y finalmente enfrentarse a la mazmorra de turno en un combate por turnos. No tiene más y la gente no quiere más. Es rol de la vieja escuela, rodeado por una historia simple y carente de complicaciones y un agradable sentido del humor.
Hasta la llegada de la octava entrega para PlayStation 2, esta saga no había llegado a Europa; tras el relativo éxito de aquel juego, se ha decidido lanzar en Europa los remakes del 4 al 6 que constituyen la trilogía de Zenithia, perfectos para promocionar la saga antes de que aterrize el proyecto más ambicioso planificado para la pequeña portatil de Nintendo: Dragon Quest IX: Los defensores del cielo estrellado. Y este juego, remake de un original del 90 para la NES, era también la perfecta ocasión que un servidor tenía para conocer la serie. Y el resultado no podía ser más satisfactorio.
Es un juego muy especial, y no es accesible, eso hay que saberlo desde un principio. La estrategia tiene un componente importante, eso siempre es obvio en este tipo de juegos, pero aquí lo que más importa es no evitar un sólo combate y luchar y luchar contra todo tipo de enemigos para subir el nivel de tus héroes, mejorando así sus aptitudes y consiguiendo hechizos más poderosos. Hay que saber eso desde el principio, este juego consiste basicamente en conseguir experiencia. Es un juego que requiere mucha paciencia y dedicación. A mí, particularmente, me ha gustado; pero es un método muy agotador y ahora mismo ni se me ocurriría jugar a la quinta entrega hasta dentro de unos meses.
Pero sobre este método tan tradicional, el juego funciona a la perfección. El primer elemento a mencionar es, obviamente, el propio sistema de batalla, pues dentro de su tradicionalismo las posibilidades son inmensas. Hay multitud de hechizos y un número también considerable de armas, armaduras y objetos en general. Por supuesto cada personaje tiene sus virtudes y sus defectos y hemos de intentar manejarlos todos de una forma relativamente decente a fin de integrar unos buenos grupos de batalla. En el sistema de batalla la única pega que encuentro es que los personajes que no tenemos luchando en el grupo reciben también puntos de experiencia por batallas en las que no participan, algo que creo que estropea esa dificultad de este tipo de juegos que es el subir de nivel los personajes que menos te gustan.
Después entra en escena el sentido del humor y la ligereza de la historia. Los diseños de Toriyama ayudan en los monstruos pero el gran mérito es de los guionistas y, en este caso, también de los traductores. La historia es simple y no se toma en serio en ningún momento, y eso en cierta manera es de agradecer en esta época de héroes atormentados. Hay un demonio, un mal innombrable, un terror oscuro... lo que se quiera decir, un simple y llano malo, y hay unos buenos que, por la razón que sea, van contra él. Hay pequeños matices, por supuesto, pero la historia nos coloca desde el principio en el papel de un héroe profetizado y hay personajes que -literalmente- se unen a él porque le ven vestido como un héroe. Siempre he defendido que la historia es muy secundaria en un juego y que es verdaderamente complicado plasmar una trama consistente y unos personajes interesantes y hacer al mismo tiempo un juego divertido. Un libro es una historia, pero un videojuego es ante todo un juego, y la historia puede ayudar, pero no puede regir el juego en sí. Aquí nos encontramos con una historia simple para cubrir el expediente, que nos coloca unos buenos y nos obliga a cruzar todo el mundo para salvarlo. La historia es verdaderamente innecesaria y no tiene más ambición que la de arrancar unas cuantas sonrisas al jugador con un sano y desenfado sentido del humor. Aquí también hay que mencionar el excelente trabajo de localización del juego, con un gran número de acentos que creo que resultan más divertidos que insultantes por su simpleza y alegría y con unos gags bastante bien localizados.
Hasta la llegada de la octava entrega para PlayStation 2, esta saga no había llegado a Europa; tras el relativo éxito de aquel juego, se ha decidido lanzar en Europa los remakes del 4 al 6 que constituyen la trilogía de Zenithia, perfectos para promocionar la saga antes de que aterrize el proyecto más ambicioso planificado para la pequeña portatil de Nintendo: Dragon Quest IX: Los defensores del cielo estrellado. Y este juego, remake de un original del 90 para la NES, era también la perfecta ocasión que un servidor tenía para conocer la serie. Y el resultado no podía ser más satisfactorio.
Es un juego muy especial, y no es accesible, eso hay que saberlo desde un principio. La estrategia tiene un componente importante, eso siempre es obvio en este tipo de juegos, pero aquí lo que más importa es no evitar un sólo combate y luchar y luchar contra todo tipo de enemigos para subir el nivel de tus héroes, mejorando así sus aptitudes y consiguiendo hechizos más poderosos. Hay que saber eso desde el principio, este juego consiste basicamente en conseguir experiencia. Es un juego que requiere mucha paciencia y dedicación. A mí, particularmente, me ha gustado; pero es un método muy agotador y ahora mismo ni se me ocurriría jugar a la quinta entrega hasta dentro de unos meses.
Pero sobre este método tan tradicional, el juego funciona a la perfección. El primer elemento a mencionar es, obviamente, el propio sistema de batalla, pues dentro de su tradicionalismo las posibilidades son inmensas. Hay multitud de hechizos y un número también considerable de armas, armaduras y objetos en general. Por supuesto cada personaje tiene sus virtudes y sus defectos y hemos de intentar manejarlos todos de una forma relativamente decente a fin de integrar unos buenos grupos de batalla. En el sistema de batalla la única pega que encuentro es que los personajes que no tenemos luchando en el grupo reciben también puntos de experiencia por batallas en las que no participan, algo que creo que estropea esa dificultad de este tipo de juegos que es el subir de nivel los personajes que menos te gustan.
Después entra en escena el sentido del humor y la ligereza de la historia. Los diseños de Toriyama ayudan en los monstruos pero el gran mérito es de los guionistas y, en este caso, también de los traductores. La historia es simple y no se toma en serio en ningún momento, y eso en cierta manera es de agradecer en esta época de héroes atormentados. Hay un demonio, un mal innombrable, un terror oscuro... lo que se quiera decir, un simple y llano malo, y hay unos buenos que, por la razón que sea, van contra él. Hay pequeños matices, por supuesto, pero la historia nos coloca desde el principio en el papel de un héroe profetizado y hay personajes que -literalmente- se unen a él porque le ven vestido como un héroe. Siempre he defendido que la historia es muy secundaria en un juego y que es verdaderamente complicado plasmar una trama consistente y unos personajes interesantes y hacer al mismo tiempo un juego divertido. Un libro es una historia, pero un videojuego es ante todo un juego, y la historia puede ayudar, pero no puede regir el juego en sí. Aquí nos encontramos con una historia simple para cubrir el expediente, que nos coloca unos buenos y nos obliga a cruzar todo el mundo para salvarlo. La historia es verdaderamente innecesaria y no tiene más ambición que la de arrancar unas cuantas sonrisas al jugador con un sano y desenfado sentido del humor. Aquí también hay que mencionar el excelente trabajo de localización del juego, con un gran número de acentos que creo que resultan más divertidos que insultantes por su simpleza y alegría y con unos gags bastante bien localizados.
Lo último a mencionar sería su particular estructura, que me ha gustado de sobremanera a pesar de que supongo practicamente empezar cinco veces el juego. Cada personaje comienza por separado y sus destinos se van uniendo. Como he dicho, la historia es una chorrada, pero este recurso narrativo esta bastante bien y siempre es agradable estar jugando con un personaje y ver a otro que has controlado antes andar por el escenario como un transeunte más. Se consigue también así profundizar más en el mundo creado y en la propia historia, y además la jugabilidad se explora al ser cada personaje distinto al resto (y aquí hay que mencionar especificamente a Torneko y la particular aventura de un orondo vendedor que inicialmente no esta preparado para la batalla).
Nada más. Un juego que me ha gustado bastante, pero que es evidentemente muy agotador y poco accesible. Me parece un juego bastante redondo, pero es un juego al que hay que enfrentarse sabiendo muy bien lo que es.
Nada más. Un juego que me ha gustado bastante, pero que es evidentemente muy agotador y poco accesible. Me parece un juego bastante redondo, pero es un juego al que hay que enfrentarse sabiendo muy bien lo que es.
8 comentarios:
Me alegro mucho de que te haya gustado. Estoy de acuerdo en todo lo que dices, es una saga con una jugabilidad que requiere paciencia, por la alta IA enemiga y la lentitud con la que se sube de nivel (quizá demasiada), pero afortunadamente esas horas invertidas se ven recompensadas cuando, con tu esfuerzo neuronal, derrotas a un jefazo que te busca las cosquillas. Es de lo más gratificante.
Y hago especial incapié en el tema del argumento. Hay mucha gente que dice que el alma de un JRPG es una historia profunda y emocionante. El problema es que en ocasiones ese argumento tan "magistral" acaba eclipsando al apartado jugable, siendo estas partes interactivas una mera anécdota para seguir tragándose horas de vídeos y diálogos. Los juegos están para jugar, si quiero una buena historia me cojo un libro, veo una película o leo algún tebeo. Por eso el simplísimo y casi inexsistente hilo argumental de los DQ me parece todo un acierto.
Saludos.
P.D. Te aconsejo que pruebes el de PS2, es magistral. Habiéndote gustado éste te gustarán todos los de la saga, palabra^^.
El de PS2 es complicado que lo juegue, ya que no tiene PS2 y es demasiado largo y pesado para hacer un maratón, como hicimos en el caso del Project Zero 2. A ver si se anima a comprar una PS2, ahora que la han rebajado :P
El que si que tiene que jugar, cuando descanse un poco de este, es el remake del 5, que también tiene un enfoque bastante interesante a como tratan la historia, además de la misma mecánica que el DQ4.
Sobre la historia en los juegos, si bien es cierto que la historia de los dragon quest suelen ser la clásica "heroe derrota al señor maligno, salva el mundo y salva a la chica", siempre se las ingenian en darle algún pequeño giro en cada juego para que no canse, aunque al final sigue siendo la misma mecanica: subir de nivel, ir a la mazmorra de turno y repetir hasta terminar el juego.
De todas formas, tal vez sea porque estoy mas acostumbrado a este genero, pero no pienso que una buena historia no pueda funcionar con un juego. Es cierto que hay casos, como en los Dragon Quest, donde la historia no es mas que una excusa para decirte a que mazmorra te toca ir y otros donde intentan hacer una historia tan complicada que al final se hace insoportable, como el FF8, o donde tras un buen comienzo se les va la pinza a los guionistas metiendo cosas raras al final, como Star Ocean 3, pero hay muchos que tienen una historia bastante interesante y constante, por ejemplo Suikoden V, Odin Sphere o los Persona 3 y 4.
Por último y volviendo al DQ4, como ya ha se ha dicho, hay que destacar la magnifica traducción/localización que se han currado para tanto este como el siguiente DQ. Los personajes parecen tener vida propia, lejos de los clásicos pueblerinos con lineas genéricas que pueblan la mayoría de los RPGs. Veremos como cada región tiene su propio acento, coletillas o forma de hablar, donde parodian franceses, catalanes, sudamericanos o hasta rusos, con sus particulares R invertidas. Todo un acierto por parte de S-E.
Kururin, el de PS2, como comenta Setzer, es dificil que lo juege. Tengo la DS y la Wii, y la PS2 no entra de momento en mis planes. Y si bien Setzer es un gran amigo y gracias a él pude "disfrutar" del Project Zero II, esta claro que un juego de esa extensión esta lejos de cualquier projecto de marathon videojuegil.
Las historias... es lo de siempre. Como dices, si yo quiero una historia, me leo un libro. Aún no he visto un juego que pueda decir que tenga una gran historia y que esta se desarrolle bien. Pueden tener un argumento más o menos bueno, pero incluso las aventuras gráficas tienen problemas en este aspecto. La historia es un aliciente, pero el motor de un juego es... el juego. Una de las últimas entradas que he hecho ha sido sobre la película de FF VII, y en cierta manera ilustra esto que estamos comentando. Mario y Zelda nunca han necesitado argumento -ya ni que decir el Tetris-, y siguen siendo maravillas, y este DQ IV sigue esa tónica. En un juego se tiene que jugar, se tiene que plasmar la historia o la magia del producto mientras el propio jugador juega, el tiempo de lectura -ya ni hablar de las películas interactivas que son muchos juegos hoy en día- debería ser mínimo. Okami, por ejemplo, es un juego que me encanta, pero es insufrible que en su primera hora apenas jueges unos 20 minutos.
Setzer ¿estas posteando desde el trabajo?
De momento la PS2 no esta en mis planes... el precio de la consola no es lo importante, pero si ya con la Wii y la DS no doy abasto... pues ya ni te digo si me consigo esa. ICO, Colossus, Project Zero I & III, Dragon Quest VIII, Personas, Shin Megami Tenseis, Disgeas, Final Fantasys, Kingdom Hearts, Devil may cray.... no tengo tiempo para jugar a tantos juegazo.
El caso de Final Fantasy VIII con ese francotirador a una bruja es excesivo, pero los argumentos -en general- de los juegos flojean. Resident y Metal Gear suelen ser puestos como grandes historias dignas de cine... pero la gente olvida decir "cine malo". Resident me gustaba como parodia del cine de terror y de la mansión abandonada infestada de monstruos... pero se les fue la cabeza con tanta Umbrella después; Metal Gear es una película de acción de serie B (Snake es un homenaje incluso a Kurt Russell), pero ya cuando empezaron con clones y conspiraciones se les fue de la mano.
Los juegos de rol son más peligrosos todavía. No dejan de ser "dragonadas" con todo lo despectivo que tiene este término en la literatura fantástica. Y jamás, por mucho que se empeñen los guionistas, conseguiran que un chico normal acabe salvando el mundo sin convertirse antes en el mayor hijo de puta de la historia. Y la otra alternativa que queda es la de "elegido", más peligrosa aún.
La historia siempre ha de ser narrada lo más por encima que se pueda y dejar que sea el propio jugador el que la viva.
Lo tengo pendiente pero como digo siempre...tengo tanta cosa pendiente que ya me asusto solo de pensarlo xD
Y veo que te pasa como a mí con los DQ. Son juegazos pero se suda tanto la gota gorda que no quieres volver a ver uno en unos meses largos xD Tengo el DQ VIII y me produjo esas sensaciones por lo que no creo aquí sean diferentes.
Estos son los juegos que harían que me comprada la DS. Desafortunadamente no tengo dinero, y la verdad es que teniendo un PC potente, la 360, PSP y Wii creo que no le harçia mucho caso XD.
Tengo pendiente jugar al de PS2 en el emulador (que va bastante fino) y es una saga que particularmente me atrae pero no he podido jugar a ninguno, soy mas de final fantasy's =P
xesu, yo tenía muchas ganas de coger un DQ... pero -y me ha encantado- he acabado cansado para varios meses.
La DS tiene demasiados juegos buenos de rol, no es posible jugar siquiera a la mitad de ellos.
light, yo FF no cato ninguno desde el 8 (que lo abandoné en el último cd), aunque quiero ver si me compro alguna de las reediciones de la DS (no se si el III, IV o V, pero el VI si lo tengo marcado como compra segura cuando salga).
Sobre el tema de consolas... teniendo lo que tienes es normal que no te compres la DS, y si además tienes el VIII...
Los Dragon Quest siempre han reprsentado al rol nipón clásico, es increíble las ventas que consiguen en el mercado japonés, la IX de DS tiene unas previsiones de venta bestiales, creo que eran 5 millones solo en Japón.
eter, yo me haría con el FF IV de DS, una auténtica genialidad. A parte del VI claro, que ese en cuanto salga seguro que es un imprescindible instantáneo.
Los Final Fantasy... tengo ganas del VI porque siempre dicen que es el mejor, pero ahora mismo me dan un poco de pereza (aún tengo el recuerdo del 8 y la imagen que han formado de emos con las últimas entregas).
En todo caso ahora estoy con el Sonic RPG de la DS, y luego vendra el Little Kings Story de la Wii.
Publicar un comentario