Fahrenheit 451 es la novela más célebre de Ray Bradbury y uno de los grandes clásicos de la ciencia-ficción. Al igual que "Un mundo féliz" de Aldous Huxley, la novela nos coloca en un mundo futuro completamente dominado por el conformismo. Es una novela más descriptiva que narrativa, es decir, nos plantea preguntas mediante situaciones; relataré algunas de ellas así que advierto de la presencia de spoilers.
En un futuro incierto y post-apocaliptico, el protagonista pertenece a una nación que sobrevive en la ignorancia. ¿Hay una guerra? Es dificil de saber hasta el final de la novela, la sociedad vive en una burbuja de conformismo e ignorancia que les da la felicidad. Los medios y el gobierno lo dominan todo mediante el medio a la "guerra" y a "el pensamiento que nos aleja de la felicidad".
El protagonista es un bombero, pero no apaga fuegos, los provoca quemando libros. Porque los libros son el gran mal de esa sociedad, el mal que les hace pensar y plantearse preguntas, el mal que les recuerda que no son autómatas y tienen derecho a la libertad. Nuestro protagonista comienza a hacerse estas preguntas al conocer a una muchacha libre a la que le gusta la naturaleza, caminar y hacerse preguntas -y que es marginada y tachada de loca por ello-. Despues vemos secuencias terribles, como cuando una mujer prefiere morir con sus libros a ver como queman a estos y se incinera, o como el protagonista se da cuenta de que apenas conoce a su mujer y esta es un ente alienado por la televisión incapaz de pensar. El protagonista acabará rebelándose contra todo y consiguiendo la libertad (aunque antes nos regalará escenas tan espeluznantes como la del chivo espiatorio o el final apocaliptico).
A nivel argumental el libro es una condenada maravilla. Plantea hipotesis que con las que estamos desgraciadamente familiarizados (aunque por supuesto no a semejante nivel) y nos hace reflexionar sobre hacia donde nos dirigimos. Sobre el poder del miedo y el concepto de felicidad.
El problema, a mi modo de ver, reside en el estilo de Bradbury. No me gusta. Es así de sencillo. La manera de escribir del autor se me hace atropellada, con un ritmo raro que alterna diálogos lentos con otros momentos que suceden a gran velocidad, y además abusa de metáforas y comparaciones que me resultan extrañas e inadecuadas.
El protagonista es un bombero, pero no apaga fuegos, los provoca quemando libros. Porque los libros son el gran mal de esa sociedad, el mal que les hace pensar y plantearse preguntas, el mal que les recuerda que no son autómatas y tienen derecho a la libertad. Nuestro protagonista comienza a hacerse estas preguntas al conocer a una muchacha libre a la que le gusta la naturaleza, caminar y hacerse preguntas -y que es marginada y tachada de loca por ello-. Despues vemos secuencias terribles, como cuando una mujer prefiere morir con sus libros a ver como queman a estos y se incinera, o como el protagonista se da cuenta de que apenas conoce a su mujer y esta es un ente alienado por la televisión incapaz de pensar. El protagonista acabará rebelándose contra todo y consiguiendo la libertad (aunque antes nos regalará escenas tan espeluznantes como la del chivo espiatorio o el final apocaliptico).
A nivel argumental el libro es una condenada maravilla. Plantea hipotesis que con las que estamos desgraciadamente familiarizados (aunque por supuesto no a semejante nivel) y nos hace reflexionar sobre hacia donde nos dirigimos. Sobre el poder del miedo y el concepto de felicidad.
El problema, a mi modo de ver, reside en el estilo de Bradbury. No me gusta. Es así de sencillo. La manera de escribir del autor se me hace atropellada, con un ritmo raro que alterna diálogos lentos con otros momentos que suceden a gran velocidad, y además abusa de metáforas y comparaciones que me resultan extrañas e inadecuadas.
4 comentarios:
Hablando de spoilers: este comentario cuenta el final, así que mejor abstenerse de leerlo.
Lo que más me gustó de este libro fue el jefe de Montag y su aserto sobre para qué hacer frente los problemas cuando se pueden quemar. Me pareció un personaje muy logrado, ya que en sus razonamientos parecía alguien que ya había atravesado lo que Montag vivía y había optado por el desengaño y el pragmatismo.
Odié que el libro elegido fuera la Biblia, me pareció traicionar el espíritu de la novela que el protagonista memorizase algo relacionado con la religión. Cambiar una alienación por otra me decepcionó mucho.
Lo de la Biblia... es igual que Shakespeare, los autores anglosajones tienen una extraña obsesión con él (y si el libro se ha escrito hace más de 30-40 años... pues la biblia tambien)
No me he leído el libro,pero sí vi la película y me pareció fantastica...sobre todo el final^^
Un saludo
La idea es muy buena, a mi lo que no me concence del libro es la narrativa en sí.
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