Rodando voy, rodando vengo, por el camino...

Gantz - capítulo 300

El manga de Hiroya Oku ha cumplido ya su capítulo 300 y casí diez años contemplan la existencia de este, particular y polémico donde los haya, manga. Es este un manga que se basa fundamentalmente en un dibujo discutiblemente bueno (reconozco su calidad y espectacularidad, pero me parece plano y demasiado frío por el exceso de ordenador, amen de que muestra una monotonía excesiva en sus diseños femeninos) y en un argumento que trata de ser absolutamente extremo. Los personajes de Gantz viven una extraña pesadilla, un videojuego mortal en el que todos están verdaderamente muertos y donde la intención del autor es siempre llevarlos al límite en todos los sentidos posibles de la palabra. Por su aparente simpleza argumental y por el gratuito y continuo fanservice que nos ofrece en forma de sexo y gore, este producto me parece un shonnen bastante descarado. Pero todo este fanservice no siempre es gratuito y, en varias ocasiones, nos sirve para ilustrar a la perfección la psiqué de sus personajes, todos ellos personajes llevados al extremo que se encuentran perdidos y desean -ante todo- sentirse vivos.
Cuando, hace ya más de dos años y medio, cree este blog escribi una reseña sobre el comienzo de lo que era la segunda parte del manga. A día de hoy no mucho ha cambiado. El ritmo de Gantz es extraordinariamente lento y podemos decir que practicamente casi los 70 capítulos que han pasado desde entonces se han ido en una misión. Una misión espectacular como siempre por el grafismo del autor y su estudio, pero una misión que se me hizo inhumanamente larga por a) lo inhumanamente larga que propiamente era, b) que esa longuitud estaba acarreada por muchas batallas intermedias intrascendentes y un enemigo final demasiado cansino. Después llegó el anuncio del fin del mundo, la resurrección de Kurono y algún que otro ejemplo del extremismo en el que viven unos personajes terriblemente humanos e inseguros. Es aquí cuando la serie mejor se desenvuelve y cuando, en secuencias como la de Nishi en el colegio, muestra todo su potencial. La serie también trata de explicar poco a poco su inexplicable trama y parece que, precisamente ahora, será cuando lo haga. No tengo demasiada confianza en Hiroya Oku y la verdad es que preferiría que todo quedara sin explicar, porque seguramente la explicación dejará más cabos sueltos que amarrados y será tan surreal y ¿por qué no decirlo? absurda que nos decepcionará. Particularmente no sigo Gantz por su argumento, lo sigo por las posibilidades de algunas escenas que ocasionalmente sobresalen entre ese mar de sesos y ese desfile constante de pechos que acomplejarían a Lara Croft. Naturalmente también hay lugar para el fanservice, como esa inolvidable batalla contra el monstruo hecho de mujeres desnudas (se mire por donde se mire no hay simbolismo posible, solo desnudos gratuitos que teoricamente deberían ser morbosos) y, por supuesto, esa surreal escena de los dos Kuronos que podía haber sido mucho mejor explotada (me gusta como se ha desarrollado el personaje de Rekia, pero no como lo han hecho los dos Kuronos, espero que ambos vayan a las misiones y este conflicto pueda desarrollarse como se merece).
¿Qué deparará Gantz en el futuro? No hay nada seguro más allá de la eterna escena de Katou con su hermano tras cada misión o las portadas dedicadas a mujeres semidesnudas. Parece que el manga quiere explicar ahora algo de su historia, y eso me da miedo; siempre preferiré que se centren en unos personajes que ahora saben cuanto falta para el fin del mundo y que además tienen a una colección de clones correteando por su ciudad.
En todo caso, y aunque eso supongan tres o cuatro años, al menos parece que el manga esta próximo a su fin (veo seguro que llegará al 350, pero no tanto que alcanze el 400). Quiero pensar que la historia estaba planificada desde el principio a pesar de la irrupción de vampiros, tramas argumentales raras y personajes que entraron en el cuarto de la bola negra para poco más que nada.