miércoles, diciembre 28, 2016

Una triste canción de despedida

Solanin

Inio Asano es un autor que se ha hecho muy popular en los últimos años merced a un estilo de mangas bastante serios y adultos. Tenía curiosidad por conocerlo, y esta es una de sus obras más emblemáticas. Solanin es una historia sencilla y corta de apenas un par de tomos, centrada en Meiko -una joven de unos veintipocos años- y su grupo de amigos.

Meiko se encuentra perdida, habiendo alcanzado esa edad en la que uno se da cuenta de que los sueños no se cumplen y que sencillamente ha de seguir adelante con una vida que no le llena tanto como quisiera. Decide entonces dejar su trabajo de oficinista contra las recomendaciones de sus padres, tanto ella como su novio y los amigos de este intentan por última vez cumplir el sueño de este de tener una banda de rock. La historia es muy sencilla, y en un determinado momento -final del primer tomo- mete un giro de guión excesivamente dramático, pero en líneas generales funciona. Es un manga sobre el paso a la madurez y la cobardía o la valentía con la que se puede enfrentar, donde tristeza y resignación se mezclan con esperanza y rebeldía mientras los personajes buscan su propia identidad (o no perder esta en el maremagnun de la sociedad adulta).
La historia no busca acabar bien con una banda de rock exitosa, ni siquiera busca solucionar un par de conflictos entre las relaciones de los protagonistas, sencillamente es testigo de la pequeña lucha de estos jóvenes. Se concede un final ligeramente esperanzador, pero tampoco nada especialmente llamativo, en su ambición la obra quiere mostrarse comedida y realista, y eso lo consigue, teniendo un final tan sencillo como plausible.
Quitando el giro de guión excesivamente dramático, el guión es bastante sólido y sencillo, es una de esas series que reflexiona sobre la vida pero donde las preguntas que ocasionalmente se hacen los personajes parecen naturales y no excesivamente melodramáticas. El tono serio del argumento se traduce en el estilo visual, muy detallado y realista, donde vemos poco más que fundidos en negro para interiorizar los pensamientos y alguna que otra metáfora. Hay bastante comedia, pero es una comedia algo amarga, y ni siquiera en los gags más alocados vemos muchas deformaciones o recursos cómicos visuales.
No diré que es el mejor manga que he leído, porque está lejos de serlo, pero es una obra sencilla y honesta muy recomendable.

6 comentarios:

Setzer dijo...

Es de la biblioteca, no? Lo tendré en cuenta si al final hago lo que estuvimos hablando.

Ale235 dijo...

Creo que es hora señor Eter que haga su Top manga y anime! jaja. Abrazo

eter dijo...

Setzer, sip, biblioteca, hay una colección decente de series.

Ale235, uff... si acaso una lista, que los tops son todavía más complicados. Pero de momento me parece que me costaría mucho... y la versión manga de la lista sería bastante pobre :(

Jhon Kei dijo...

Esta obra es perfecta comenzar a leer a Asano. Uno podría leer, también, What a Wonderfull World para ver como al autor le encanta interconectar personajes o Nigilografy (no recuerdo bien el nombre) para ver como juega con el subrealismo. Pero, una vez leído Solanin, creo que lo mejor es ya ir por el plato principal Oyasumi Pumpum.

Kururin dijo...

Asano fue una revelación. Peeero tiende a emparanoiarse y desbarrar, ahondando en la cursilería más de lo deseable. Y a veces acierta, pero otras pierde el norte y recurre a ello para tapar agujeros de guión o alargar el asunto. De lo que adolece Punpun. Se desenvuelve mejor en tomos únicos y en series cortas.

Solanin es mi favorita, emotiva y contundente en su sencillez.

eter dijo...

Jhon Kei, me apunto la de Wonderfull World, que no la tenía muy ubicada, y al ser sólo 2 tomos es más fácil que me anime con ella que con Oyasumi

Kururin, Oyasumi me da algo de miedo, en Solanin mete mucho dramatismo... y en más de 10 tomos hay que forzar mucho la cosa y meter demasiados accidentes de tráfico para mantener ese nivel de dramatismo.