Jaku-Chara Tomozaki-kun
Uno ve Gamers! y allí plantean la vida con analogías de videojuegos (ver reseña). Es una comedia de enredo clásica, de esas en las que ves una habitación en la que van entrando y saliendo personajes justo a tiempo para no ver a otros y que se vaya montando un gran embrollo. Ves Genshiken y ya ni que decir (ver reseña), los personajes aman y en cierta forman también odian una pasión que les hace ser tan únicos como inadaptables a la sociedad. En estas series, como en muchas otras, se hacen metáforas con juegos o con fantasía, los personajes tienen ensoñaciones y establecen paralelismos; y esto es universal, podemos verlo también en películas o en series. ¿Qué pasa? Que en todas estas series esos recursos son eso: recursos. Formas de hacer ver la realidad de una forma más poética o con la que el protagonista puede establecer analogías con entornos donde se siente más seguro. Pero en todas ellas los protagonistas saben que la ficción es ficción.
En todas ellas lo saben, pero no aquí.
El problema de esta serie es que se toma en serio. Quiere ser comedia, quiere tener su toque de locura, y al mismo tiempo quiere ser la enésima serie con protagonista medio antisocial que observa cínicamente la fauna adolescente japonesa. Hemos visto ya muchas series así, y la mayoría de ellas son mejores que esta (la comparación con Yahari es cruel, pero la vida es así). Porque aquí tenemos que la heroína es al mismo tiempo la villana, y esto es interesante, y la serie repunta hacia el final cuando el protagonista masculino comienza a oponerse a su contraparte femenina, cuando la Megumi Kato de esta serie comienza a oponerse a su Tomoya Aki (si hay una serie de la que esta bebe, es Saekano), pero todo lo anterior es bastante decepcionante o flojo en el mejor de los casos.
El argumento nos presenta un personaje apático y retraído, pero que resulta ser el mejor jugador de un clon de Smash Bross. Un día el chico queda con su mayor rival en el juego, que resulta ser la chica más popular de su instituto. Resulta que la chica, entre estudiar para sacar las mejores notas y entrenar para ser la mejor deportista, y además salir con sus amigos para la reina de la clase, logra sacar tiempo para destacar en el "poco competitivo" mundo de los juegos online. La chica esta decepcionada al ver que su gran némesis se ha "rendido en el juego de la vida" y confiesa ser poco menos que una hikkikomori que se ha solucionado sus problemas sociales en base a ver el mundo como un gigantesco juego con pantallas a superar... y acaba convirtiéndose en una especie de tutora que impone tareas al prota para que este también sea "una persona normal".
Hay muchos conceptos discutibles en esa sinopsis, pero lo peor viene cuando vemos que las tareas son relativamente incómodas socialmente como hablar X veces con tal chica o cosas así... que de por si no tienen nada de malo aunque sean de todo menos naturales y estarían más cerca de colocar al prota en una situación de acosador que otra cosa, pero bueno, el análisis de ciertas convenciones sociales de aspecto y actitud es interesante. Pero como la serie es tramposa no hay progresión o problemas, porque el protagonista se integra pronto en los grupos, la gente le mira mal la primera vez que les habla, pero la segunda vez da la extraña casualidad de que el prota se halla justo en el momento y en el lugar perfecto para quedar bien. No hay conflicto en su integración con el grupo "guay", pasa a ser uno de ellos con una facilidad extraña... es como si ves "El club de los 5" y pasas de la presentación inicial de los cinco protagonistas al final cuando acaba el día del castigo. No hay conflictos que uno tenga la impresión que el protagonista supere, todo le viene rodado porque la serie es tramposa y es crítica con la sociedad, pero ante todo es una serie casi de waifus.
Hacia el final mejora algo, pero tampoco es que entonces sea nada del otro mundo, y lo anterior ha sido muy normalito, con un tipo de diseños a los que ya estamos muy acostumbrados y una narrativa donde se nota monstruosamente el corte entre las diversas novelas que se adaptan.
Hay alternativas mucho mejores y no puedo recomendar esta serie que es, principalmente, decepcionante.
5 comentarios:
Ehh,lo siemto,pero si yo tuviera una pierna de repuesto como demostraron que tiene el prota,lo que menos tendría sería falta de autoestima.
Este anime además de ser un menjunje de clichés que llevan pudriéndose desde hace años y que me desagradan es como dices tramposa al final es simplemente un romance estándar entre el típico chico retraído social y la típica chica perfecta en todo lo que hace y dios que mal me caen esta clase de personajes de "estudiante ejemplar" con buenas notas, buena en deportes, la más querida y popular de la clase etc. y que parece hacer todo eso sin costarle nada si no fuese porque el prota es realmente el chico seria una completa mary sue, pero en realidad es solo otra waifu idealizada más.
PD: que cojones con la escena del baño? tal ves por eso es que inspeccionarse los cuerpos solo lo hacen entre las chicas X_X
Ashikabi, la serie cumple tantos clichés que he querido ser clemente en la reseña y no meter otro sueño beta más de los que hace XDDD.
Fede 5000, es que la tía cae muy mal XD. Tienes a la timidita que es una kudere de la vida ultratopica, pero bueno, se la ve buena, amable y todo eso, muy novia perfecta para este tipo de series. Tienes a la alegre que es un poco cargante a veces, pero muestra su vulnerabilidad y que no deja de estar al límite... tambien vale. Pero es que la tia ultraperfecta... es insoportable. Se ve que tiene dramas y cosas así, y por lo que tengo entendido en las novelas la desarrollan más -normal, es la prota-, pero al menos de momento aquí es poco menos que insoportable.
Todo el tema de plantearse la vida como un juego me gustó, el convertir cada convención social en una fase servía para desmenuzarla, analizarla y criticarla si era menester. Siendo consciente de que todo está exagerado y caricaturizado por ser ficción, da algunas claves muy interesantes que ayudan a sobrevivir a personas más retraídas.
Ahora bien, yo sigo en mis trece de que a esta serie le falta colmillo, no hay ni una gota de cinismo, cosa extrañísima siendo el tipo de serie que es y abordando los temas que aborda. Tampoco hay derrotas o victorias amargas o dificultades. Como bien dices, las comparaciones con Oregairu son odiosas como poco, mucho más si como en mi caso vienes de ver las tres temporadas del bueno de Hachiman del tirón.
Yo no soy tan duro, en conjunto disfruté de la serie y de sus puntos fuertes, pero también es verdad que todas las series similares que se me ocurren me parecen bastante mejores.
Sí, el analizar cada frase, cada ademán meticulosamente y jugar a lo de las impresiones y el como nos ven y como podemos proyectarnos está bien, esta muy bien... pero claro, luego venían las tonterías de que el tio le caía bien a Mr.Popularidad por humillarle en el Smash y toda sensación de que se estaba dibujando un retrato de fauna social adolescente se iba un poco por el retrete.
Como dices, le falta mucha mordiente. Al final cuando comienza el conflicto con la tía gana algo, pero... es que menos mal, porque antes uno literalmente se sentía mal viendo como la tía poco menos que le ponía de deberes ligarse a la del pelo blanco, que te daba una pena brutal y estabas viendo al prota convertirse en escoria social. Por suerte la serie al final alcanza un buen destino, pero... es muy flojita en general.
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