Kingdom (temporada 3)
Reseñe hace poco más de un año las dos primeras temporadas (ver reseña), cuando aproveché el anuncio de esta tercera temporada para ponerme al fin al día con esta mítica serie... el problema es que llegó la pandemia y tras la emisión de cuatro episodios la temporada en si se retrasó un año. Y esa agónica espera de un año es lo único malo de esta temporada, eso y que quizás 26 episodios saben a poco.
La temporada cubre el arco de la Guerra de la Coalición. Durante las temporadas anteriores Qin tuvo un rol principalmente ofensivo bajo el empuje de Sei, esta temporada es la consecuencia lógica de las anteriores y bajo el mando de Ri Boku el resto de potencias de la China primigenia se unen contra la nación de los protagonistas, siendo toda la temporada una gigantesca campaña bélica de defensa. Esto tiene dos consecuencias:
a) Hay relativamente poca política, más allá de lo que vemos en la corte de Sei, y de la política que se intuye entre los diversos líderes militares, no hay tantas intrigas palaciegas como en otras ocasiones... o al menos estas suceden mucho en segundo plano (si obviamos el obvio movimiento político que en cierta forma supone la batalla de Sai).
b) El ritmo de la serie es demencial. Normalmente las temporadas anteriores tenían algunos momentos valles al cubrir arcos de transición de la serie. Aquí eso no se produce, todo es una gigantesca batalla de tremenda intensidad. La batalla tiene su propio ritmo con momentos de mayor intensidad, pero en todo momento la sensación de peligro es máxima. El único momento en el que la serie se aleja de la batalla es en los dos últimos capítulos, que casi a modo de epílogo cubren el arco de Kyou Kai, que no deja de ser también muy potente a nivel dramático.
La guerra en si es espectacular, Ri Boku es el mayor peligro, pero se nos presenta a numerosos enemigos más y Chu al fin aparece como la gran superpotencia del Sur. Cada nación tiene sus generales y sus grandes soldados, y todos son presentados y desarrollados de una forma más que digna, al mismo tiempo que vemos lucirse a los grandes generales de Qin también (la serie sigue un equilibrio lógico en los shonnen, con lo que si un general destacó mucho en la temporada anterior en esta suele tener un rol más defensivo o pasivo para permitir que otros más se luzcan). Y en las batallas hay algún que otro momento de gritos y poder por fuerza de voluntad, pero la estrategia y las tácticas siguen estando muy presentes y la guerra se siente relativamente realista más allá de la exageración de los generales, y además en esta temporada las armas de asedio cobran una importancia que hasta entonces no habían tenido.
Hay algún que otro momento cómico, pero es una temporada eminentemente épica y dramática, con momentos agónicos y grandes giros de guión para bien y para mal. La animación está a la altura, el ordenador ya no se nota tanto como en las dos temporadas anteriores y -si obviamos que el dibujo del manga es una salvajada superior y que además no tiene censura- la serie es un espectáculo visual verdaderamente impresionante.
Con una cuarta temporada -que será mucho más política- anunciada, y el manga publicado en España, poco más se puede decir. Una franquicia absolutamente recomendable que tiene en esta tercera temporada uno de sus puntos álgidos.
3 comentarios:
Si viese la seríe, tendría que empezar desde el principio. Pasó demasiado tiempo.
SIEMPRE ME HA PARECIDO UNA SERIE QUE LA VES Y TE QUEDAS, HASTA TERMINARLA JEJEJE
erGuiri, bueno, puedes ponerte con el manga, que a fin de cuentas lo acaban de comenzar ahora en España.
Mitzburn, tiene el problema quizás de que los arcos son muy largos y es agónico ver terminar sus batallas, pero... es droga pura
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