Obvio es que la época dorada de Helloween no va a volver. Los "Keepers" surgieron de una alineación de planetas (ver reseña), pero lo cierto es que con treinta años a sus espaldas, la banda de las calabazas sigue dando guerra. Este no es su mejor álbum, y para mi gusto tampoco llega al nivel de inspiración de esa segunda juventud que fue del "Master of the rings" al oscuro "The dark ride", época a la que le podríamos atribuir la plata aunque en verdad no tiene mucho que envidiar a los tiempos de Kai Hansen. Pero lo cierto es que tras ese inocuo "rabbits" la banda ha encontrado un nuevo estilo bastante claro. Fue un error el nombre de aquel "Keeper III", y para mi gusto con "7 sinners" se pasaron con lo heavy... pero el estilo de los Helloween actual es muy sólido y este disco encaja a la perfección con ellos.
"Nabatea" es un tema algo raro, seguramente el más diferenciado de todos los temas, pero para mi peca demasiado de ser un "single de Deris", temas con un estribillo demasiado marcado que no terminan de funcionar y un estilo intencionado de "heavy de libro" que no es el que mejor se adapta a las habilidades de composición del cantante de la banda.
"World of war" es un tema rápido con una guitarra sencillamente espectacular que se confunde casi con el bajo y compone una base rítmica brutal. Es un tema con una gran fuerza que luego es relevado por "Live now", uno de esos temas en los que se alternan muchos momentos en los que Deris practicamente es lo único que se escucha en la canción con otros en los que la batería y las guitarras explotan con fuerza. Otro buen tema que tiene pinta de funcionar muy bien en conciertos.
"Far from the Stars" y "Burning sun" dan el relevo como compositores a Grosskopf y Weikath respectivamente; aunque algo más duro y rápido, es puro metal surgido de las raices ochenteras de la banda (el primero más en su versión happy desenfadada y el segundo algo más duro y contundente). Ambos firman después dos temas más, "Straight out of hell", muy power, himmica y melódica, y "Years", con una velocidad espectacular.
Con "Waiting for the thunder" y "Hold me in your arms" alcanza su mitad suavizándose para no sobresaturar. El primero es uno de esos bonitos medios tempos melódicos apoyados por unos bonitos teclados, el segudo es ya una balada pura y dura, lenta y pausada, con un trabajo brutalmente contenido de guitarras y voces.
"Wanna be god" junto con la posterior "Asshole" son los temas cachondos del disco. Temas divertidos para conciertos, especialmente la primera, que en su prescinde casi por completo de guitarras y suena casi unicamente a batería y coros en un homenaje confeso a Freddie Mercury, la segunda es también una canción muy de coros pero tiene unos cambios de ritmo sorprendentes.
El disco comienza a acabar con "Make fire catch the fly", velocidad melódica a mansalva con pianos y coros a la par de una batería contundente. Un tema que define mucho el estilo de la banda de una década para acá. "Church breaks down" sigue ese mismo estilo, aunque añadiéndole acordes cuasi religiosos que le dan un toque distinto.
El estilo del grupo sigue evolucionando, y tenemos temas muy trabajados, brillantes a nivel de composición y de interpretación. Pero... los temas no dejan de ser muy parecidos entre ellos, son distintos, pero uno tiene la sensación de que aunque las notas sean distintas las guitarras suenan iguales en todos ellos. Y, la composición peca de sobreelaborada, son temas de disco, no de conciertos... y eso le quita mucha fuerza a un disco heavy.
2 comentarios:
Es de agradecer tu vuelta al Heavy.
Temazos de Helloween.
A ver si no pasa tanto tiempo hasta la próxima reseña, tengo varios discos pendientes.
Publicar un comentario