El 2009 no me ha parecido uno de los mejores años del anime desde que soy un seguidor más o menos asiduo de la animación japonesa. Kyoani ha terminado de desmoronarse en pos del moe, grandes proyectos con mucho potencial se han quedado a medio camino de nada, otros ni siquiera se si han comenzado a andar algún camino, ha sido un año en el que hemos tenido que confiar más en proyectos pequeños meramente alimenticios. No obstante, ha habido buenos animes, y aunque la compañía más fiable de en estos momentos me parece Shaft, ha habido un anime que me ha gustado más aún que las peripecias de Kanako y esa maravilla -aún no comentada- llamada Bakemonogatari.
Mi anime favorito del año pasado, sucediendo a las entregas del 2006, 2007 y 2008 no es otro que:
Kimi ni todoke
Me resulta casi embarazoso admitir que mi anime favorito del año pasado es un shojo, pero finalmente la escena de los baños ha pesado más que la cita de Senjougahara y Araragi.
"Kimi ni Todoke" es un shojo como la copa de un pino, pero es además un pequeño cuento de hadas. La protagonista y sus amigos viven en un mundo chachi piruli donde todo es de color de rosas, un retrato sumamente idealizado de la vida adolescente japonesa donde los problemas que existen son muy insignificantes. No hay delincuencia en el mundo de esta serie, no hay fracaso escolar más allá del necesario para unos pertinentes gags, no hay violencia ni vandalismo más allá de unas pocas pinceladas. Se trata de un mundo donde la buena intención siempre gana y donde todos los villanos pueden redimirse. ¿Imposible? ¿Surreal? Claramente sí. Pero particularmente me gusta ver un de vez en cuando un anime donde los buenos sean tan claramente buenos y donde "el bien triunfe". No dudo que lo que vemos es bastante falso, pero en cierta manera compensa la crudeza de otras series como "Battle royale" o la mismísima "GTO". Lo que "Kimi ni todoke" propone no es otra cosa que una ensalzación de la verdad, la honradez y todos los buenos sentimientos y propositos que podemos llevar a cabo. Naturalmente no soy un experto en shojos pues apenas he leído Fruits Basket, visto Lovecom y poco más, pero esta me parece a ese concepto de manga "para chicas" lo que One Piece al shonnen: una idealización de sus valores, un refinamiento de sus virtudes e ideales más puros.
"Kimi ni todoke" nos traslada a un clásico instituto japones, donde encontramos a Sawako, una chica acomplejada por su aspecto lúgubre que basicamente es la personificación de la honestidad y la integridad. Sawako es casi una santa que se me mantiene alejada de todo el mundo porque piensa que podría molestarles de una forma u otra. Cambiara cuando conozca a Kazehaya, un chico alegre que le atrae cual bombilla a polilla por su facilidad para hacer amigos. Después apareceran Chizu y Ayane y se convertiran en sus amigas, así como otros personajes desempeñaran roles más o menos secundarios y que poco a poco definiran la trama romántica de la serie.
Las tramas románticas de la serie no son ningún prodigio de originalidad, pero Sawako las convierte en ese algo más que me ha fascinado de esta serie. En una ocasión la autora del manga original comentaba que había creado a Sawako no como a una hija si no como a una nieta, con la intención de que fuera muy buena y poder vestirla con vestidos bonitos. Sawako es anacrónica. Dentro de lo idealista que es el mundo de este manga, todos los personajes son relativamente normales, pero no Sawako, Sawako es una bomba emocional. Un fallo que le veo a muchos shojos es que ves peleas y malentendidos que se arreglarían con unas pocas palabras, pero los personajes son terriblemente cazurros. Sawako no. Sawako habla y lo suelta todo. Es una niña emocionalmente, no sabe interpretar las indirectas y no termina siquiera de comprender el concepto de mentira. Sawako siempre intenta hablar, y cuando habla lo suelta todo. En su recta final la serie me ha parecido más lenta y contenida, pero en sus primera mitad la serie es una auténtica sucesión de discursos que no dejan de sorprenderme por la honestidad y -sobre todo- pureza que destilan. Naturalmente, como he comentado, esto hace dificil de creer una historia, pero me gusta olvidarme un poco de este duro mundo en el que vivimos y creer que una existencia como la de Sawako es posible.
Contrariamente a lo que los grandes discursos podrían llevar a pensar "Kimi ni todoke" tiene un componente cómico muy marcado. La ingenuidad de Sawako es más que notable y es incapaz de interpretar un doble sentido o cualquier frase que no tenga un claro sentido literal. Esta característica de la protagonista y un grupo de secundarios bastante correctos me han provocado muchas sonrisas y alguna que otra carcajada. Otro de los grandes defectos de los shojos -a mi parecer, claro- es su tendencía a que todo sea un drama constante; Kimi ni Todoke es un drama en algunas ocasiones -y lo es en plan bestia- pero la mayor parte del tiempo es una agradable y ligera comedia romántica.
Tecnicamente la serie esta bien animada y tiene una buena música, pero obviamente no son los shojos un género que destaque especialmente por su vanguardismo visual. La serie tiene una dirección clasica, con unos encuadres más o menos normales y algún que otro simbolismo fácil para salir del paso. Recurre mucho a los personajes deformados para los momentos cómicos, y particularmente me encanta como queda en esta serie. Como contra, mencionar unicamente una tendencía a enmarcar las escenas en burbujas y pompas que creo que en ocasiones es tan excesiva que resulta incluso paródica.
El ritmo de la serie es brutal en su primer tercio y después se frena algo, pero en ningún momento he tenido la sensación de que la trama se relentizaba en exceso o que los autores estaban ganado tiempo con relleno.
Es un anime particular. Un shojo encuadrado en un mundo de color de rosa donde todo es dificil de creer pero en el que sería maravilloso poder hacerlo. No es el clásico anime que normalmente veo, pero me ha encantado. Lo dicho, para mí, el mejor anime del 2009.
Kimi ni todoke
Me resulta casi embarazoso admitir que mi anime favorito del año pasado es un shojo, pero finalmente la escena de los baños ha pesado más que la cita de Senjougahara y Araragi.
"Kimi ni Todoke" es un shojo como la copa de un pino, pero es además un pequeño cuento de hadas. La protagonista y sus amigos viven en un mundo chachi piruli donde todo es de color de rosas, un retrato sumamente idealizado de la vida adolescente japonesa donde los problemas que existen son muy insignificantes. No hay delincuencia en el mundo de esta serie, no hay fracaso escolar más allá del necesario para unos pertinentes gags, no hay violencia ni vandalismo más allá de unas pocas pinceladas. Se trata de un mundo donde la buena intención siempre gana y donde todos los villanos pueden redimirse. ¿Imposible? ¿Surreal? Claramente sí. Pero particularmente me gusta ver un de vez en cuando un anime donde los buenos sean tan claramente buenos y donde "el bien triunfe". No dudo que lo que vemos es bastante falso, pero en cierta manera compensa la crudeza de otras series como "Battle royale" o la mismísima "GTO". Lo que "Kimi ni todoke" propone no es otra cosa que una ensalzación de la verdad, la honradez y todos los buenos sentimientos y propositos que podemos llevar a cabo. Naturalmente no soy un experto en shojos pues apenas he leído Fruits Basket, visto Lovecom y poco más, pero esta me parece a ese concepto de manga "para chicas" lo que One Piece al shonnen: una idealización de sus valores, un refinamiento de sus virtudes e ideales más puros.
"Kimi ni todoke" nos traslada a un clásico instituto japones, donde encontramos a Sawako, una chica acomplejada por su aspecto lúgubre que basicamente es la personificación de la honestidad y la integridad. Sawako es casi una santa que se me mantiene alejada de todo el mundo porque piensa que podría molestarles de una forma u otra. Cambiara cuando conozca a Kazehaya, un chico alegre que le atrae cual bombilla a polilla por su facilidad para hacer amigos. Después apareceran Chizu y Ayane y se convertiran en sus amigas, así como otros personajes desempeñaran roles más o menos secundarios y que poco a poco definiran la trama romántica de la serie.
Las tramas románticas de la serie no son ningún prodigio de originalidad, pero Sawako las convierte en ese algo más que me ha fascinado de esta serie. En una ocasión la autora del manga original comentaba que había creado a Sawako no como a una hija si no como a una nieta, con la intención de que fuera muy buena y poder vestirla con vestidos bonitos. Sawako es anacrónica. Dentro de lo idealista que es el mundo de este manga, todos los personajes son relativamente normales, pero no Sawako, Sawako es una bomba emocional. Un fallo que le veo a muchos shojos es que ves peleas y malentendidos que se arreglarían con unas pocas palabras, pero los personajes son terriblemente cazurros. Sawako no. Sawako habla y lo suelta todo. Es una niña emocionalmente, no sabe interpretar las indirectas y no termina siquiera de comprender el concepto de mentira. Sawako siempre intenta hablar, y cuando habla lo suelta todo. En su recta final la serie me ha parecido más lenta y contenida, pero en sus primera mitad la serie es una auténtica sucesión de discursos que no dejan de sorprenderme por la honestidad y -sobre todo- pureza que destilan. Naturalmente, como he comentado, esto hace dificil de creer una historia, pero me gusta olvidarme un poco de este duro mundo en el que vivimos y creer que una existencia como la de Sawako es posible.
Contrariamente a lo que los grandes discursos podrían llevar a pensar "Kimi ni todoke" tiene un componente cómico muy marcado. La ingenuidad de Sawako es más que notable y es incapaz de interpretar un doble sentido o cualquier frase que no tenga un claro sentido literal. Esta característica de la protagonista y un grupo de secundarios bastante correctos me han provocado muchas sonrisas y alguna que otra carcajada. Otro de los grandes defectos de los shojos -a mi parecer, claro- es su tendencía a que todo sea un drama constante; Kimi ni Todoke es un drama en algunas ocasiones -y lo es en plan bestia- pero la mayor parte del tiempo es una agradable y ligera comedia romántica.
Tecnicamente la serie esta bien animada y tiene una buena música, pero obviamente no son los shojos un género que destaque especialmente por su vanguardismo visual. La serie tiene una dirección clasica, con unos encuadres más o menos normales y algún que otro simbolismo fácil para salir del paso. Recurre mucho a los personajes deformados para los momentos cómicos, y particularmente me encanta como queda en esta serie. Como contra, mencionar unicamente una tendencía a enmarcar las escenas en burbujas y pompas que creo que en ocasiones es tan excesiva que resulta incluso paródica.
El ritmo de la serie es brutal en su primer tercio y después se frena algo, pero en ningún momento he tenido la sensación de que la trama se relentizaba en exceso o que los autores estaban ganado tiempo con relleno.
Es un anime particular. Un shojo encuadrado en un mundo de color de rosa donde todo es dificil de creer pero en el que sería maravilloso poder hacerlo. No es el clásico anime que normalmente veo, pero me ha encantado. Lo dicho, para mí, el mejor anime del 2009.