Voy a hacer esta reseña rápida para todos aquellos que no hayan visto el anime de esta serie del 2011. Vedlo. Sencillamente vedlo. Es una serie muy recomendable. La serie del 99 al parecer también, pero sólo cubre la mitad del material que esta. Y el manga al parecer es la joya peor dibujada de la historia, pero este anime practicamente lo adapta en su totalidad y sólo se quedan fuera una decena de capítulos que abren un nuevo arco argumental... arco que posiblemente no veamos acabar nunca habida cuenta del ritmo de publicación de Togashi.
Este anime es, sencillamente una joya. Basta decir que, yo, en este blog, afirmo que la comparación con One Piece es más razonable. Y ahora, cualquier que no haya visto la serie / leído el manga, debería dejar de leer. Voy a reseñar esta serie por sagas, así que va a haber muchos spoilers.
La saga del examen, al amparo de una comedia ligera que siempre es fácil de vender en unos primeros capítulos, ya muestra algunas de las virtudes de la serie. Naturalmente su primer cometido es presentar al cuarteto protagonista, así como al gran rival de la serie -Hisoka- y al mentor -Netero-.
El cuarteto protagonista queda claramente definido en unas pocas escenas, no son un prodigio de originalidad, pero la dinámica de grupo entre ellos funciona bastante bien. Tenemos a un prota tontorrón pero decidido, a un vengador oscuro, a alguien vacío y a un "adulto" que hace las veces de respiro cómico de la serie. Todos los personajes son bastante cliché, pero a lo largo de la obra Togashi un notable trabajo en su desarrollo.
Hisoka se presenta como el clásico enemigo loco e imprevisible, un rol ahora muy de moda por el Joker de Ledger. Decir que Hisoka bebe del Joker de la DC no sería descabellado, pero creo que su influencia principal sería el Kefka de Final Fantasy VI. Hisoka es terriblemente carismático y proporciona al mismo tiempo algunos de los momentos más épicos y sádicos de la serie... así como otros de los más cómicos.
Luego, naturalmente, tendríamos a Netero, que enlaza con lo que sería la presentación del concepto de "Hunters"; personas fuertes que viven de la aventura, buscando desafíos libremente que no tienen por que restringirse unicamente al campo de las peleas, que son relativamente escasas en esta saga y de las que incluso se omiten algunas cruciales. Togashi se cuidad de que el propio Gon apenas luche para darle margen de mejora (aunque aquí tengo que decir que el rato de entrenamiento con la pesca es bastante poco justificable habida cuenta de la caza de chapas que se vivía en ese momento). Apenas hay peleas y en muchas ocasiones, aún con un indice de mortalidad dantesco, todo se reduce a algún tipo de juego o prueba de habilidad, pruebas que el autor se cuidará de explicar mediante largas descripciones. El narrador podría ser otro de los protagonistas de la serie, pues explicará en muchos momentos toda la acción, algo que seguramente resultaría demasiado raro de boca de un personaje y que nos ahora largas reflexiones de los propios combatientes pues los combates suelen durar unos pocos instantes. Las batallas de Hunter X Hunter son brutales y todo se decide en unos pocos segundos, ya que los golpes son mortales de necesidad y los personajes no son invulnerables a las balas o a la gravedad, la estrategia es crucial y por ello los personajes ocultan sus poderes para sorprender con ellos en batallas que tienen un componente psicológico muy importante. El examen sirve de presentación tanto de este concepto de Hunter y de "shonen" como para la narrativa del propio Togashi. El humor y las sorpresas se alternan con escenas bastante crudas dando una extraña sensación de ligereza mortal en la que los protagonistas disfrutan de una aventura que en cualquier momento les puede costar la vida, pero es libertad y esa temeridad son los signos identificativos de un Hunter.
Quizás la saga más convencional de la serie, donde seguiríamos el esquema habitual de entrenamiento y combates en el contexto habitual de un torneo de artes marciales.
La escala de poder consigue mantenerse de una forma relativamente estable ya que los combates se resuelven de una forma original, pero también es cierto que el único combate importante es el de Hisoka con un secundario y los combates de Gon y Killua son algo tramposos. Hay un salto de fuerza demasiado grande de fuerza en el piso 200 de la Torre Celestial y el Nen llega demasiado de golpe con una épica densidad y una rigurosidad enciclopédica.
No es una mala saga y resulta emocionante como siempre lo son los torneos, pero es claramente una saga de transición donde, una vez consolidada la serie, Togashi comienza a expandir y explicar la naturaleza de unos poderes que antes habrían resultado demasiado duros para unos capítulos que tenían como objetivo enganchar inmediatamente al lector.
La gran pregunta de esta serie es ¿York City o Hormigas-quimera? Aunque naturalmente habrá quien prefiera otras sagas, creo que las Hormigas y las Arañas son el grupo de villanos más carismáticos de esta serie y yo, particularmente, me quedo con la Brigada Fantasma. York City me parece no lo mejor que puede dar el género del shonnen, pues creo que en este sentido quizás la saga de Meruem sea mejor (y eso sin hablar de lo visto en otras series), pero si lo más lejos que se puede navegar en un shonnen sin llegar a ser un seinen.
York City no es está completa, o esa al menos es la sensación que tengo. Es la primera parte de una historia que se debería completar en Ciudad Meteoro -quizás con Gyro de por medio-, donde ya si que tendríamos los combates de rigor de los Hunters protagonistas contra los carismáticos miembros de este grupo organizado. No creo que lleguemos jamás a ver esa saga, y en cierta manera me alegro porque supongo que sería mucho más tópica con versus y cosas como un Killua vesus Chrollo Lucifer. Pero aquí no hay opción posible de batalla con la excepción de un Kurapika fuera de sí con varios power-ups relativamente bien manejados, así que no hay peleas. Hay momentos de lucimiento como esa batalla de Ugo contra cuatro mafiosillos que es una de las más espectaculares demostraciones de fuerza física que he visto, y tenemos ese momento de glorioso fanservice que es el líder de la Brigada contra Silva y Zeno. Pero... ya está. No hay muchas más batallas, si acaso escaramuzas fugaces donde todos se siguen entre ellos y donde todo es una gigantesca partida de ajedrez en la que todos se ocultan sus cartas y donde todo consiste en obtener una ventaja de medio segundo que te permita pillar por sorpresa al adversario ya que el más mínimo descuido te puede costar la vida (la saga misma comienza con una masacre en la que varios secundarios que parecían importantes son asesinados porque no llegan a considerar que su enemigo pueda ser un emisor, y cuando se dan cuenta ya están muertos).
Poco o nada se puede decir contra esta saga, quizás en algún momento se pasen con Kurapika, y desde luego sobra el episodio del alfarero... pero por todo lo demás, modélica. Es como una mezcla perfecta de Dragon Ball con Death Note, donde los villanos no saben a que se enfrentan y actuan con cautela, y los héroes si saben a quien se enfrentan y por ello mismo actuan con más cautela. Es una saga donde, como he dicho, no hay apenas combates y todo se reduce a una especie de tensa calma en una ciudad siempre nocturna. Los poderes y las habilidades del Nen son explotados como nunca con usuarios que ven el futuro, manipulan la mente, leen el pensamiento, escuchan los latidos del corazón o hacen desaparecer cosas. Todos se observan intentando aprender los puntos débiles del contrario y llegado un momento es tan importante lo que se sabe como lo que se ignora. La Brigada Fantasma es un claro ejemplo de un gran grupo de villanos perfectamente diseñado para algo más que para unos contra uno molones. Todos son particulares y todos carismáticos a su manera (aunque algunos apenas disponen de minutos durante esta saga). Son todos fuertes, pero es sobre todo un grupo bien diseñado, con una parte de músculo y otra de apoyo, con habilidades que se complementan a la perfección entre ellas y que sirven siempre a "la Araña".
El cuarteto protagonista está bien manejado, con un Leorio que actua dentro de sus posibilidades y unos Gon y Killua que consiguen sobrevivir a duras penas aprovechando todos sus puntos fuertes y aprendiendo algunos trucos, pero que en ningún momento hacen nada que resulte especialmente forzado. Y Kurapika esta bien manejado como un angel vengador que antepone a todo una venganza que le atormenta al ser una persona esencialmente pacífica. Kurapika es "bueno", pero eso no impide que mate a sangre fría a pesar de que compruebe que estas muertes no le alivian lo más mínimo.
Greed Island tiene un claro problema: al autor le importan una mierda los lectores. Tiene otro problema como la falta de un villano carismático, porque el Bombardero sabe algo a poco, pero es un mal menor. El principal problema es que esta es una saga onanista como ella sola.
Togashi hace lo que le da la gana, y se nota que disfruta con ello, creándose todo un mundo propio dentro del universo de Hunter, haciendo su particular "Hack" y homenajeando a los videojuegos que tanto le gustan. El problema es que esto no es lo que quieren los lectores de la Jump. Los lectores de la Jump quieren unas Hormigas-Quimera, y a las malas pueden llegar a aceptar una York City, pero no quieren un juego de estrategia donde los poderes de los personajes son relativamente irrelevantes y donde todo se basa en la estrategia a la hora de usar las habilidades de un centenar de cartas cuyas habilidades no quieren memorizar. El trabajo que hay tras esta saga es brutal, es como una miniserie dentro de la serie principal donde el Nen deja paso a todo un nuevo sistema de poderes perfectamente creado y diseñado. Pero la gente no quiere esto, es demasiado... distinto.
A lo particular de esta saga se une, como hemos dicho, que el villano no es demasiado carismático, y que además Leorio y Kurapika desaparecen definitivamente de escena dando el protagonismo a la dupla Gon-Killua.
Tenemos a Bisky, que es un personaje enorme con un carisma brutal, que realiza el rol de mentor haciendo que los personajes suban varios niveles de poder y que además aporta una comedia muy disfrutable a la serie. Tenemos a Hisoka como particular alíado en unos momentos gloriosos. Tenemos un partido de voleibol con Nen tan espectacular que incluso resulta anticlimático, y tenemos un uso de la estrategia muy bueno en general.
Greed Island no es perfecta y adolece algo de falta de carisma, pero es una saga muy meritoria que creo que tiene la desgracia no encontrarse entre York City y las Hormigas-Quimera y tener como público a unos lectores/espectadores que, en líneas generales, no quieren calentarse tanto la cabeza.
La saga más conocida de la serie, así como creo que también la más polémica. Es la saga más puramente shonen de toda la serie una vez pasados los exámenes, es también la más larga (la serie tiene unos 150 episodios y esta saga ocupa bastante más de un tercio de ellos), y es también una saga que muestra algunos de los mejores momentos de la serie, pero también algunos de los peores.
Los mejores porque todo el prolegómeno de la saga es brillantemente cruel con la invasión de Hormigas, y el epílogo es igualmente bueno con el destino de algunas de ellas. Y los mejores porque todas las Hormigas tienen un carisma brutal y cuando menos te lo esperas te encuentras cosas como Ikalgo o Welfin, y eso sin mencionar esa salvajada de personajes que son los tres Guardias Reales y el propio Rey. Los mejores porque toda la relación entre el Rey y Komugi puede ser algo tópica, pero es una absoluta maravilla. Los mejores porque la saga del asalto al palacio es una autentica salvajada de tempo narrativo y planificación con decenas de sucesos que se suceden en apenas unos minutos que requieren más de diez episodios de la serie. Los mejores porque cuando piensas que la saga ya ha acabado tras el corto pero muy intenso combate entre el Rey y Netero aún te queda una decena de episodios con una cantidad sorprendente de giros de guión y una intensidad brutal a pesar de que el destino de las Hormigas está ya decidido.
En esta saga Togashi muestra lo mejor de su estilo y lo adapta a las reglas tradicionales de los shonnen, con mucha autosuperación, ensalzamiento de la amistad, y honor y lealtad hasta niveles inimaginables, pero todo ello lo hace con capítulos donde en ocasiones habla más el narrador porque lo ha de explicar todo, con personajes que parecen irrelevantes en un principio pero que cobran una importancia capital, con combates rápidos y dinámicos dominados por la estrategia, con unas habilidades que interactuan entre ellas con precisión matemática -algo literal en este caso el excesivamente surreal Potclean de Knuckle-, con faroles por parte de todos los bandos, con giros de guión extremadamente lógicos y con muertes constantes y relativamente sorprendentes.
El principal problema de esta parte viene por parte del protagonista, un Gon del que se nota que Togashi esta algo hastiado porque encuentra mucho más interesante a Killua. Gon es un personaje demasiado plano, y en esta saga incluso pierde su carácter alegre y se convierte en algo extraño. En un momento dado todos los protagonistas se limitan a esperar mientras entrenan a Gon y Killua y repiten una y otra vez las virtudes de esto, es ridículo, y más habida cuenta de como se soluciona todo al final, que en estos momentos no llamen a varios Hunters más fuertes y que ataquen la colmena antes de que nazca el Rey. No tiene sentido, y en una serie con un guión tan medido como Hunter este tipo de errores cantan muchísimo. Algo parecido sucede cuando nos meten una minisaga en Ciudad Meteoro donde vemos a la Brigada Fantasma contra algunas Hormigas. Fanservice puro y duro en unos combates sin demasiada emoción que sólo sirven para mostrar forzosamente las habilidades de los miembros de la Brigada que aún no se conocían y poco más.
Y estas partes de entrenamiento o el relleno fanservicero de la Brigada Fantasma son malos y aburridos, pero no se pueden comparar a "Gon-san". Aquí hay un error incomprensible por parte de Madhouse y ese es el haber omitido por completo a Kaito en la infancia de Gon, es incomprensible porque sería un episodio al principio que justificaría el impacto de su muerte en Gon... pero al narrarse casi al final -e incluso restarle importancia- resulta absurdo que Gon se desquicie. El ejemplo más claro sería One Piece, Kaito sería Shanks, y todos sabemos que Luffy perdería la cabeza si supiera que el pelirrojo hubiera muerto... pero lo sabemos porque nos lo cuentan al principio y nos damos cuenta de que Shanks es la persona que ha marcado la vida de Luffy... como Kaito es la que ha marcado el camino a seguir en un Gon al que poco le importa Gin. Esto Togashi lo muesta. No es complicado, es algo obvio y lógico de narrativa. Por eso se me hace tan extraño que en el anime lo hayan omitido (incluso en el anime del 99, donde no cubrieron el arco de las hormigas-quimera, lo narraron correctamente). Aún así, considerando la historia original del manga, que Gon acabe con Pitou se me hace raro y forzado, tal y como se nos presenta a los Guardias Reales. Si Netero apenas logra "cansar" al Rey, se hace raro que un Gon pueda tocar a Pitou. Quizás un Motobei Gigante o algún otro Hunter muy poderoso pudiera hacerlo, pero creo que todos consideramos a Ugo de la Brigada Fantasma un claro ejemplo de lo que puede hacer un Potenciador en su máxima expresión... y no creo que nadie piense que podría con Pitou (o al menos no con tan insultante facilidad). Aquí tenemos un claro guionazo shonnen para lucimiento del protagonista, y aunque Togashi lo maquille con la condición de la muerte y demás... se me hace muy extraño y forzado.
El nuevo principio
El final de la serie me encanta, si no pienso demasiado en él. Tras la épica de las hormigas-quimera, Togashi se toma un pequeño respiro con una saga que tiene un elemento muy dramático de manos de Killua, pero que es una auténtica locura en su vertiente de las elecciones de Hunters, con la presentación de muchos personajes extravagantes, la irrupción en escena de ese gran McGuffin que era Ging y un Leorio acaparando protagonismo. El problema es que si pensamos en la amenaza del Rey, ahora con todos estos Hunters poderosísimos y el aprecio que hasta Pariston muestra por Netero, resulta algo incomprensible que este tuviera tan poca ayuda antes... se desvirtúa algo la política para conseguir que "la rata" sea un aliado carismático y no un villano terriblemente problemático de manejar para el autor.
Algo parecido pasa con Killua, que ya ha desplazado por completo a Gon como protagonista y tiene grandes escenas con su familia y sus mayordomos en una especie de persecución loca, pero terriblemente mortal, con ese par de fuerzas del caos que son Hisoka e Ilumi. El poder de Nanika es también algo excesivo, si bien con el Rey y la Guardia Real Togashi bordeaba la espiral de poder, aquí claramente se sumerge en ella.
Es una saga muy divertida y repleta de carismática, pero adolece un poco de la falta de la valentía que se vió en York City, y se nota que Togashi se está guardando cartas para el futuro. Es, no obstante, sumamente disfrutable, y además constituye un excelente final para la serie.