Tengo mis problemas con la saga de Totland, creo que eso lo he dejado más que presente a lo largo de las reseñas. Tenía sus cosas buenas y sus cosas malas, sus aciertos y sus errores. Pero lo que más me ha extrañado en este último año es lo mucho que se ha extendido en el tiempo, con Wano y Kaidoh a la vuelta de la esquina, y con tan pocos efectivos junto a Luffy, siempre pensé que sería una saga casi de transito... una saga de infiltración y huida frenética como pudo ser Impel Down. Una saga que no sería mundialmente conocida.
Pero a Oda le ha dado por pisar al acelerador, y si bien creía -y sigo creyendo- que todo lo importante vendrá en los siguientes capítulos de la Reverie y la mucha información que entonces veremos, Totland ha sido mucho más importante gracias a Morgans, ese periodista con pocos escrúpulos que no quiere otra cosa que vender periódicos y ansía tanto esos tiempos interesantes que están por llegar que no duda en convertirse en un catalizador de ellos. Porque este capítulo, una broma gigantesca y fanservicera por parte de Oda -no me quiero imaginar siquiera la cara del editor cuando viera el título del capítulo- es también uno de los más importantes de la historia del manga. Poco a poco Luffy ha ido haciéndose famoso, al principio en su mar, luego en el Grand Line con aquella quema de bandera en Ennies Lobby, luego con aquel incidente con los Tenryubito al que pocos días después siguió la revelación de su linaje en Marineford, y luego en Dressrosa cuando oficializó su regreso. Sin embargo, por cada una de estas escenas, casi a continuación teníamos otra, no de ninguneo ni de menosprecio, pero si más bien de dejar claro cual era el siguiente escalón. Ya no hay más escalón. Luffy ha entrado en la liga de los Emperadores y después sólo está la cima. Por supuesto no tiene todavía ese nivel, por supuesto todo es una inventada de Morgans que le ha atribuido un plan de asesinato de Big Mom con factores tan elaborados como una afiliación de piratas tan sanguinarios como los Fire Tank o una bomba introducida con antelación. Y la suerte ha estado mucho con Luffy en una saga en la que no han hecho otra cosa que huir y donde han sufrido grandes perdidas... pero cierto es que han huido... han huido de Big Mom y por el camino Luffy ha derrotado a dos de sus comandantes. Eso es cierto. Como también es cierto que Luffy se ha enfrentado a varios almirantes y ha derrotado a no menos shichibukais. Como también es cierto que hay siete tripulaciones piratas con un total de más de 5000 soldados que navegan bajo su bandera, así como varios países -con sus ejércitos- que le deben mucho. Morgans ha decorado mucho la verdad y ha interpretado muy libremente algunos de los hechos, pero en el peor de los casos solo se ha equivocado atribuyendole a Luffy una malicia y una ambición que no tiene, y en la mayoría de sus afirmaciones está muy acertado por mucho que sus fuentes sean tan fiables como Cavendish o Bartolomeo.
La Peor Generación era algo que todos tenían en mente, y ahora uno de ellos está comenzando a despuntar de verdad. Eran una amenaza seria para la Marina, pero ahora ya no pueden ser ignorados siquiera por los Emperadores. Luffy se ha convertido al fin en lo que todos esperábamos: el factor de desequilibrio entre los Tres Poderes. En la Marina ya no pueden ignorarle más, y si bien Shanks y Teach le esperaban, Kaidoh y Big Mom sólo sentían hacia él una indiferencia absoluta que ahora ya ha dado paso a una enemistad clara.
Ahora lo curioso es ver como lo manejará Oda. Luffy, por definición, ya no podría entrar tranquilamente en una isla... por mucho que su presencia suela tener un perfil bajo hasta que se pone serio. Ahora mismo su bandera es demasiado conocida en el mundo, y más allá de los aislacionistas de Wano no debería tener mucha libertad de movimientos en el resto del mundo, no al menos bajo el prisma aventurero y sencillo que siempre ha tenido la serie. Tardaremos en verlo, pero quiero ver como maneja Oda a un Luffy que ya debe ser uno de los rostros más reconocibles del mundo (Shabody y la Isla Submarina serían lo más parecido al enfrentamiento de Oda a esta problemática previamente).
En el capítulo hay otras cosas, como esa confirmación de Zeus como refuerzo de Nami, ese Sanji ahora con más recompensa que Zoro* y que tiene otro nuevo poder que se niega a utilizar (sigo creyendo que en algún momento veremos su versión "Spiral" del "Death Wink" de Ivankof), esa reaparición de Cocodrilo -aspirando ya a fundar un club de lectura de periódicos- y todos esos cameos que se dirigen hacia la Reverie y que también nos han reintroducido a un Coby y un Helmeppo que no recuerdo si habían aparecido tras el salto temporal en el manga más allá de su aparición en la película Z. Pero todo, naturalmente, queda eclipsado ante ese fanservice que siempre son los aumentos de recompensa de Luffy, aumentos que siempre son también indicadores del grado de avance de la historia y que nos dicen en esta ocasión que ya estamos mucho más cerca del final que del principio.
*Si en el siguiente capítulo de repente vemos a Zoro atacando una base de la Marina y acabando con un par de Vicealmirantes para que le suban la recompensa no me extrañaría.