Nisemonogatari me pareció una basura gigantesca, lo dije en su momento (ver reseña) y no es una opinión que haya mejorado con el tiempo. Parte de la culpa de aquella opinión, además de la propiciada por la propia serie, venía dada por su predecesora; Bakemonogatari me parece uno de los mejores -y más raros- animes que he visto (ver reseña). Nisemonogatari me decepciono como secuela, o como continuación pues si historia estaba absolutamente centrada en la presentación de las Fire Sisters. Esta "Second series" es al fin, a falta del arco de Kanbaru y la película que nunca llegará de Shinobu, la secuela que todos esperábamos de la particular historia de Araragi, su harem, sus monstruos, sus juegos de palabras, sus conversaciones interminables y las paranoias visuales de Shaft.
"Monogatari: second series" presenta la conclusión más o menos formal de las historias principales de 5 de las heroínas clásicas de esta particular serie: Hanekawa (considero a efectos prácticos las OVAs de Nekomonogatari Kuro como parte de esta temporada), Mayoi, Sengoku, Shinobu y Senjougahara. Lo de final es relativo, pues es de esperar que estos personajes continuen apareciendo y desarrollandose con las siguientes temporadas de la serie, pero es en esta temporada cuando el foco se coloca sobre cada una de ellas.
Tenemos 5 arcos claramente diferenciados en esta temporada, aunque algunos guardan una clara relación entre ellos. Y los 5 arcos están muy bien, y además cada uno de ellos es diferente al resto (radicalmente diferente en algunos casos). Esta es una serie que, naturalmente, depende por completo por su predecesora, pero el mérito de sus autores es notorio y consiguen que adquiramos un gran grado de empatía con cada una de las chicas y sus historias llegan a ser verdaderamente emocionantes en el sentido más puro de la palabra... la estructura de las sagas es mostrarnos un par de episodios cargados de esos diálogos que son marca de la casa y luego sacudirnos con las revelaciones finales, y funciona, funciona muy bien. Y las historias sorprenden y funcionan, al margen de los habituales recursos visuales de Shaft que todos más o menos ya conocemos y alguno que otro más (toda la narración de la historia de Shinobu se ilustra con un gigantesco mural, por decir un ejemplo), la serie toma de las novelas el recurso narrativo del cambio del protagonista. En la primera temporada Araragi era el claro protagonista de todas las historias, aquí sólo se puede decir que lo sea de la dupla de historias de Shinobu y Mayoi, un par de historias que exploran el amor desde una óptica sobrenatural e inequivocamente triste y melancólica, dos historias donde curiosamente las protagonistas se intercambian el protagonismo la una con la otra, las dos historias más grandilocuentes y exageradas narrativamente. Otras dos historias estan narradas en primera persona por dos de las heroínas, siendo en este caso el tema el despecho del amor y de la propia sociedad y el como enfrentarse a él, viendo a una heroína sobreponerse a este y a otra -en un primer momento- sucumbir. La quinta historia nos coloca directamente como protagonista a uno de los villanos de las historias anteriores y explora a través de él a la heroína principal de la serie.
Es difícil hablar de esta serie a aquel que no la conozca. Diálogos interminables aparentemente inútiles, juegos de palabras extraños y sobredosis de todo tipo de información mediante pantallazos que te cuentan desde detalles de cualquier tema del que los protagonistas hablen hasta el número de la escena del episodio y la fuente en él utilizado. Creo que el estilo de Shaft es bastante conocido, y la narrativa de Nisio no es precisamente una novedad tampoco. La mezcla de ambos es casi fácil de imaginar. Eso era Bakemonogatari, y eso es Monogatari: second series. Hay que conocer esta serie para poder hablar de ella, y si se conoce, y si se le ha cogido cariño a los personajes, esta serie atrapa y proporciona algunos de los mejores momentos de este año de anime con secuencias terriblemente bien construidas que alcanzan la fibra más sensible del espectador. Y he de mencionar que, extrañamente habida cuenta de lo que ha sido siempre esta franquicia, apenas hay fanservice, al menos no lo hay a un nivel excesivo si exceptuamos cierta escena de baño de los primeros episodios. No hay demasiada acción en esta segunda temporada, tampoco hay echii, ni siquiera diría que hay mucha comedia, es simple y llanamente un extraño drama sobre cinco tipos de romances.
A nivel técnico es una serie con unos diseños agradables, pero con una cantidad de recursos visuales tan grandes que puede gustar o desagradar. El ritmo y el guión, siendo terriblemente complejos por la estructura de la serie, me parecen terriblemente sólidos. La serie funciona maravillosamente bien y cada arco comienza tranquilo para acabar estallando con una fuerza brutal.
¿Recomendable? Sí y no. La primera temporada ya me parecía una imprescindible y creo que todo el mundo debería verla, pero sobre ese "todo el mundo" creo que aquellos a los que no les gusto tampoco les va a gustar esta segunda temporada, mientras que todos aquellos que si disfrutaran con aquella serie lo haran con esta y se quedaran esperando ese Hanamonogatari en el que veremos que demonios pasa con Gaen Suruga.
En el 2009 este anime se quedó a nada de conseguir la prestigiosa mención del blog del mejor anime del año, pero finalmente cayó frente a "Kimi ni todoke" (ver reseña); este año, gracias a que Chihayafuru (ver reseña) ya pasa a recibir un status similar al de One Piece en el blog, esta franquicia al fin se alza con ese título.