A veces las primeras impresiones engañan. Y es muy fácil engañarse con Keijo, una serie que va de tías dándose culazos para echarse de plataformas flotantes (un deporte un pelín -sólo un pelín- machista que creo que existe de verdad más allá de los videojuegos de Dead or Alive). Este anime parece sólo de culos y tetas, y en verdad en practicamente cada una de sus frases vemos alguna de estas palabras... pero lo cierto es que me he sorprendido al encontrar una serie tremendamente divertida y disfrutable.
Lo primero, por extraño que pueda parecer... no me parece una serie fanservicera. Está todo tan supersexualizado al ver de continuo a las chicas en bañador que al final se pierde este factor, luego en verdad apenas hay referencias sexuales más allá de un par de coñas de primero de humor, y para rematar no aparece un sólo chico en la serie más allá del padre de una chica y de espectadores random. Eso me parece significativo, aquí no hay comedia de enredo ni echii en ese sentido, aquí tenemos a una docena de chicas que se toman muy en serio su formación para conseguir alcanzar la gloria en su deporte... por surreal y estúpido que este sea. Y eso es lo que es esta serie, un spokon paródico.
Así pues tenemos a un grupo de chicas que son muy competitivas entre ellas, pero por supuesto disfrutando mucho del juego y de la rivalidad, esforzándose siempre por superarse a si mismas y a sus contrincantes. Y las chicas son simpáticas y caen bien de primeras, y la protagonista es una chica alegre a la que es imposible no querer porque sencillamente se mete en el deporte para ganar mucho dinero. Y naturalmente cada una de las chicas es distinta y lucha con técnicas diferentes a las del resto, y cada una de estas técnicas es una chorrada superlativa basada en algún juego de palabras con "culo" o "tetas" que además en ocasiones homenajea a series populares del mundillo. Así que al final tenemos una épica constante con frases e imágenes que darían para incontables memes.
Si a la serie le sumamos una animación decente y un ritmo frenético, tenemos una serie cuyo éxito y popularidad es comprensible (aunque en Japón las ventas han sido paupérrimas). Es una serie muy particular, y desde luego es fácil -muy fácil- que a alguién no le guste o incluso pueda sentirse ofendido (ya ni digo ofendida) por ella. Si tuviera que comparar esta serie con alguna quizás sería con Ben-to (ver reseña), aunque sin el componente romántico. Es una de esas locuras que sólo pueden salir de ese sudeste asiático tan loco, y creo sinceramente si uno se acerca a ella sin prejuicios y con la sana idea de desconectar de la realidad y ver una sucesión de gilipolleces se va a divertir.