La Jump ha comenzado a publicar esta serie y, tras una decena de capítulos, creo que se puede realizar una primera reseña de esta serie y de lo que parece que puede prometer. Es una serie que me ha sorprendido muy gratamente y que en sus primeros capítulos muestra algo de frescura argumental (muy escasa en estos días) y una buena combinación de humor con batallas. El punto de partida tiene su punto de originalidad y se adapta a la perfección a las series que ahora publica la popular revista, es una serie con posibilidades de ser entretenida e incluso de crecer a algo más... ahora falta saber si tendrá la oportunidad para hacerlo o se convertirá en la nueva "Double Arts" o "Hatsukoi Limited".
La historia es relativamente simple y tópica. El Anticristo tiene previsto su advenimiento y para ello ha escogido a un joven japones como " padre", este joven ha de cuidar al pequeño demonio y formarlo como tal. No tiene demasiado sentido, pero esto no deja de ser un manga y no creo que en ningún momento el autor quiera escribir "La divina comedia 2". El joven es el mal personificado, un joven camorrista y pendenciero que si bien tiene un buen corazón en el fondo no es un caso tan exagerado de falso gamberro como el Ichigo de Bleach; el Oga de esta serie puede ser bueno en el fondo, pero es un cabronazo con todas las de la ley. Este protagonista va desarrollando una especie de vínculo que ya se nos avisa irá a más y le hará más fuerte. De primeras, en estos primeros capítulos ya se ha visto que el protagonista es una bestia parda y que los "matones" de instituto no son nada para él, preveo algún que otro enemigo tipo yakuza pero pronto habrá que pasar a otro nivel de enemigos: demonios, exhorcistas, sacerdotes, ángeles. Supongo que en ese momento la serie se convertirá en un shonnen más con inacabables combates, pero espero que el autor sepa llevar bien estas batallas y dotarlas de algo de emoción y emotismo, así como de originalidad y humor (el hecho de que Oga no se pueda separar más de 15 metros de Beelzebub es un buen punto de partida).
El humor es el otro gran valor de esta serie, pues a un protagonista bastante divertido -colocado en una situación absolutamente surrealista- se le han unido unos secundarios que no hace nada más que liar la cosa un poco más. La estrella, por supuesto, es Hilda, una demonio-meido que hace de niñera de Beelzebub y de madre adoptiva; además de aportar un poco de inocuo fanservice, esta meido-gotica complica un poco más la situación obligando siempre al protagonista a luchar contra lo que sea para probarlo y aumentar también la fuerza de su lazo con el pequeño bebe demoniaco. Junto a ella, un amigo con posibilidades, un extraño demonio llamado "Alaindelon", un gamberro con pinta de futuro compañero y una futurible novia.
El dibujo es bastante bueno. No es demasiado espectacular, pero es correcto y sobrio en muchos de sus diseños, y el autor muestra también un uso bastante acertado de las deformaciones con fines humorísticos. Naturalmente los fondos son muy mejorables y la composición muy tradicional, pero son -como el dibujo- elementos que mejoran con capítulos y confianza.
El argumento seguramente degenere a un shonnen de hostias con algo de humor, pero este esquema puede dar aún hoy lugar a series originales y con bastantes posibilidades, y esta serie al menos en sus primeros capítulos es la impresión que me ha dado. Una serie, al menos de momento bastante agradable y entretenida.
La historia es relativamente simple y tópica. El Anticristo tiene previsto su advenimiento y para ello ha escogido a un joven japones como " padre", este joven ha de cuidar al pequeño demonio y formarlo como tal. No tiene demasiado sentido, pero esto no deja de ser un manga y no creo que en ningún momento el autor quiera escribir "La divina comedia 2". El joven es el mal personificado, un joven camorrista y pendenciero que si bien tiene un buen corazón en el fondo no es un caso tan exagerado de falso gamberro como el Ichigo de Bleach; el Oga de esta serie puede ser bueno en el fondo, pero es un cabronazo con todas las de la ley. Este protagonista va desarrollando una especie de vínculo que ya se nos avisa irá a más y le hará más fuerte. De primeras, en estos primeros capítulos ya se ha visto que el protagonista es una bestia parda y que los "matones" de instituto no son nada para él, preveo algún que otro enemigo tipo yakuza pero pronto habrá que pasar a otro nivel de enemigos: demonios, exhorcistas, sacerdotes, ángeles. Supongo que en ese momento la serie se convertirá en un shonnen más con inacabables combates, pero espero que el autor sepa llevar bien estas batallas y dotarlas de algo de emoción y emotismo, así como de originalidad y humor (el hecho de que Oga no se pueda separar más de 15 metros de Beelzebub es un buen punto de partida).
El humor es el otro gran valor de esta serie, pues a un protagonista bastante divertido -colocado en una situación absolutamente surrealista- se le han unido unos secundarios que no hace nada más que liar la cosa un poco más. La estrella, por supuesto, es Hilda, una demonio-meido que hace de niñera de Beelzebub y de madre adoptiva; además de aportar un poco de inocuo fanservice, esta meido-gotica complica un poco más la situación obligando siempre al protagonista a luchar contra lo que sea para probarlo y aumentar también la fuerza de su lazo con el pequeño bebe demoniaco. Junto a ella, un amigo con posibilidades, un extraño demonio llamado "Alaindelon", un gamberro con pinta de futuro compañero y una futurible novia.
El dibujo es bastante bueno. No es demasiado espectacular, pero es correcto y sobrio en muchos de sus diseños, y el autor muestra también un uso bastante acertado de las deformaciones con fines humorísticos. Naturalmente los fondos son muy mejorables y la composición muy tradicional, pero son -como el dibujo- elementos que mejoran con capítulos y confianza.
El argumento seguramente degenere a un shonnen de hostias con algo de humor, pero este esquema puede dar aún hoy lugar a series originales y con bastantes posibilidades, y esta serie al menos en sus primeros capítulos es la impresión que me ha dado. Una serie, al menos de momento bastante agradable y entretenida.