Disfrute como un niño con el anime, he disfrutado tanto o más con una serie de acción real que abarca practicamente la misma historia y disfrutaría todavía más con el manga si alguna editorial se dignara a traerlo. Las peripecias de un joven director de orquesta y una pianista -punto de partida poco sugerente-, comenzando en la música con un pequeño grupo de otros músicos es, sencillamente una delicia. No hablaré mucho de la historia, pues es bastante simple y funciona a las mil maravillas, ni sobre la narrativa pues se asemeja mucho a la del anime y esta ya era portentosa, y tampoco hablaré sobre el score pues este ya se presupone grandioso y supera incluso al del anime al tener más tiempo para mostrar temas. "Nodame Cantabile" es una historia sencillamente maravillosa que, en su segundo visionado -repito, las diferencias con el anime son minúsculas- me ha seguido encantando. Hablaré de "Nodame Cantabile" con "dorama".
Lo primero que me llama la atención de este drama es su buen equilibrio entre lo que es "real" y lo que es "manga". Los dramas japoneses tienen una tendencia a la exageración y -en el caso de los actores- a la sobreactuación. En el caso de esta serie tenemos dos personajes: los normales y los raros, los normales suelen realizar actuaciones relativamente comedidas y sólo en momentos puntuales son "arrastrados" a la exageración de gestos que, descomunalmente, se ve en personajes como Nodame, Masumi o Mine. Curiosamente, al más puro estilo manga, los personajes serios de vez en cuando se deshiniben y los alocados se vuelven serios en los mismos momentos. En Densha Otoko, los actores no estaban demasiado bien y ello perjudicaba a la historia por la exageración de sus gestos, en Nodame todo esta mucho más medido y en -de alguna manera- han conseguido recrear perfectamente en carne y hueso unos personajes de manga (valiéndose no sólo del talento de los actores, si no también de pequeños efectos visuales y montajes). Los actores estan francamente bien en esta serie, en especial Mine y Chiaki, que particularmente me han emocionado bastante con su entusiasmo por la música.
Después tengo que hablar de la extraña espectacularidad de la serie, pues aunque es obvio que son actores finguiendo que tocan y que la música es un efecto más, resultan espectaculares las distintas piezas musicales y -sobre todo- los conciertos. Momentos como el debut de la "Orquesta S" o las piezas a doble piano son mucho más impactantes que en el anime. Y también resulta mucho más espectacular la montaña de basura que es el piso de Nodame.
Sobre el ritmo, los encuadres, el guión, la selección de temas musicales... nada puedo decir, todo es absolutamente igual que en el anime, y este era una obra maestra.
Por último, los puntos negativos. Los efectos especiales son casi nulos y se basan en unos pequeños montajes y efectos infográficos, pero la productora debería haber intentado que el flashback del accidente aéreo de Chiaki no fuera tan condenamente cutre (es extremadamente cutre). Y la selección de actores es francamente mejorable, independientemente del histrionismo habitual de estas series, no puedo creer que no existan un par de actores japoneses con rasgos algo alemanes (Stresseman canta mucho, un japones moreno con peluca no es un alemán).
Pero, pequeños defectos al margen, esta serie es una pequeña maravilla que ni siquiera habiendo visto el anime (que es practicamente igual) pierde su atractivo.
Lo primero que me llama la atención de este drama es su buen equilibrio entre lo que es "real" y lo que es "manga". Los dramas japoneses tienen una tendencia a la exageración y -en el caso de los actores- a la sobreactuación. En el caso de esta serie tenemos dos personajes: los normales y los raros, los normales suelen realizar actuaciones relativamente comedidas y sólo en momentos puntuales son "arrastrados" a la exageración de gestos que, descomunalmente, se ve en personajes como Nodame, Masumi o Mine. Curiosamente, al más puro estilo manga, los personajes serios de vez en cuando se deshiniben y los alocados se vuelven serios en los mismos momentos. En Densha Otoko, los actores no estaban demasiado bien y ello perjudicaba a la historia por la exageración de sus gestos, en Nodame todo esta mucho más medido y en -de alguna manera- han conseguido recrear perfectamente en carne y hueso unos personajes de manga (valiéndose no sólo del talento de los actores, si no también de pequeños efectos visuales y montajes). Los actores estan francamente bien en esta serie, en especial Mine y Chiaki, que particularmente me han emocionado bastante con su entusiasmo por la música.
Después tengo que hablar de la extraña espectacularidad de la serie, pues aunque es obvio que son actores finguiendo que tocan y que la música es un efecto más, resultan espectaculares las distintas piezas musicales y -sobre todo- los conciertos. Momentos como el debut de la "Orquesta S" o las piezas a doble piano son mucho más impactantes que en el anime. Y también resulta mucho más espectacular la montaña de basura que es el piso de Nodame.
Sobre el ritmo, los encuadres, el guión, la selección de temas musicales... nada puedo decir, todo es absolutamente igual que en el anime, y este era una obra maestra.
Por último, los puntos negativos. Los efectos especiales son casi nulos y se basan en unos pequeños montajes y efectos infográficos, pero la productora debería haber intentado que el flashback del accidente aéreo de Chiaki no fuera tan condenamente cutre (es extremadamente cutre). Y la selección de actores es francamente mejorable, independientemente del histrionismo habitual de estas series, no puedo creer que no existan un par de actores japoneses con rasgos algo alemanes (Stresseman canta mucho, un japones moreno con peluca no es un alemán).
Pero, pequeños defectos al margen, esta serie es una pequeña maravilla que ni siquiera habiendo visto el anime (que es practicamente igual) pierde su atractivo.